Cuando llegó al local de Punta Carretas a comprar su entrada le mostraron un papel plastificado con la distribución del Velódromo y los asientos ocupados marcados con una cruz. Agarró la cartilla y buscó el asiento más cercano a Shakira que estuviera disponible. “Lo más cerca era en la fila 10, asiento 6. En el medio. Nunca me voy a olvidar de eso”. La entrada seleccionada costaba $800, lo que representaba una cuarta parte de su sueldo, así que sus empleadores la compraron y ella pasó tres meses devolviendo el dinero del ticket.
Pero cuando llegó al Velódromo Municipal ya estaba lloviendo. “Llovía mucho, dimos una vuelta y ya había gente toda mojada volviéndose. Tenías que prender una radio, un noticiero, para enterarte qué había pasado. En la radio del auto dijeron que Shakira había cancelado el show. Me quedé helada”.
Era un show grande para Uruguay. Para montar el espectáculo en el Velódromo se habían traído cuatro camiones de equipamiento técnico desde Argentina. “Me acuerdo que fue una producción bastante compleja”, dice ahora Quique Quinteros, quien estaba a cargo del show de la productora ZXY junto a Rafael Fernández. “Fue la primera gira en el mejor momento de Shakira, con un disco que revolucionó en Sudamérica”.
Shakira, sus padres y toda la delegación había llegado la noche anterior en un vuelo privado. Y Quinteros recuerda que reinaba un “muy buen ambiente laboral”.
“Era muy chica y, siendo latina, tenía la particularidad de tener siempre buena onda y los padres también, que eran quienes manejaban su carrera en ese momento. Estaba muy protegida en ese periodo, la exposición fue muy grande y a veces eso lleva a estar mucho más protegido por el ambiente familiar”, recuerda.
Pero la lluvia empezó a caer y tuvieron que tomar la decisión de suspenderlo una hora antes de abrir las puertas. “Es bastante riesgoso para el promotor hacer un show al aire libre, por el tema del clima. En esos tiempos que era más limitada la información, era mucho más arriesgado que ahora aunque nunca estás libre. Hoy no es lo mismo que hace 25 años atrás”, indica el productor.
Quinteros explica que, especialmente en aquel momento, cuando se compra un show de "alto riesgo económico" se resguarda lo que en la jerga se conoce como un "día colchón" para poder reprogramar en caso de que se presenten contratiempos. Eso estaba previsto, pero la posibilidad de que la tormenta no diera tregua generaba cierto nerviosismo.
Había una alternativa: si seguía lloviendo, Shakira continuaría la gira por Argentina y después regresaría a Montevideo. La segunda opción sería mucho más costosa para la producción, pero la viabilidad del show dependía enteramente del clima y de cómo quedara el campo después de la lluvia. “Estuvimos bastante tiempo sin dormir, prendiendo velas, poniendo sal, todo lo que se hace para que las cosas sucedan”, recuerda con humor.
Y sucedió.
Al otro día, Martínez se levantó y lo primero que hizo fue prender la radio para saber si había novedades sobre Shakira. “Rossana Duarte dice que se había cancelado el recital, que todo el tiempo había estado lloviendo, pero que Shakira se había quedado en Uruguay porque no podía dejar a sus fans tirados. Lo hacían esa noche”. La ilusión, otra vez.
Finalmente, la cantante colombiana subió al escenario del Velódromo el 24 de marzo del año 2000 y al día siguiente las portadas de los diarios uruguayos tenían impresas el rostro de la cantante que se había convertido en la fascinación de 14 mil fanáticos que “no cesaron de aclamar a este particular fenómeno de masas”.
La tapa del diario El Observador la mostraba ya con el pelo rubio en una foto de Alejandro Ferrari en una edición que incluía, por ejemplo, una balance de los primeras semanas del gobierno del expresidente Jorge Batlle en el Edificio Libertad, el anuncio de la baja de precios en las entradas al Estadio Centenario para el partido entre Uruguay y Bolivia por las Eliminatorias del Mundial con boletos que llegaban a los $30, o una extensa cobertura cinematográfica que adelantaba que Belleza Americana se llevaría el Oscar a Mejor Película ese año. Shakira, además, llegaba a Montevideo con el conflicto armado de Colombia en las páginas de los periódicos y la intención de "demostrar que Colombia no es sólo un país de guerrilleros”, según había expresado en una gira de prensa antes de llegar al país.
Estoy aquí: el primer show de Shakira en Uruguay
Una cámara descartable con 36 fotos que había conseguido en una promoción de Foto Martín era todo lo que Giovanna Martínez tenía entre sus manos. “Saqué las dos primeras fotos, la cámara se trancó y no pude sacar más. No tengo recuerdos de esa noche más que lo que me quedó en mi cabeza y de lo que me acuerdo es de verla a ella”. El pelo suelto y rubio, un pantalón negro brillante pegado al cuerpo y una musculosa blanca. Shakira era, finalmente, la concreción de esa ilusión sobre el escenario.
Monalisa, la banda de rock uruguaya formada en abril de 1992 desde las cenizas de Quo Vadis, fue la elegida para abrir el show. Un testimonio del perfil que marcaba aquella joven cantante con una marcada intención rockera. Una agrupación que se convertiría en especialista en abrir shows internacionales como el de Roxette, La Oreja de Van Gogh o Bryan Adams.
La crónica de El Observador, escrita por Alejandro Espina, consideró el show como una “explosión de seducción y talento”. Una hora y media en la que la cantante demostró por qué se había convertido en una sensación en Latinoamérica. Un show que el periodista calificó como “excelente” al darle cinco estrellas.
“La actitud de Shakira frente al público es totalmente novedosa. Es de esas artistas que, a partir de muchas influencias, se creó a sí misma. No hay un referente comparativo al que se lo pueda asociar: nadie canta y baila como ella. (...) Shakira es seducción pura, le sale en forma natural, no se trata de ningún artificio coreográfico, ese encanto brota de su cuerpo en forma innata”, escribió.
A pesar de esa sensualidad innata que el periodista destacó en su reseña, la mayor parte del público que la vio por primera vez en ese recital era sumamente joven. De hecho, el periodista estimó que el 40% de la audiencia eran niñas, el otro 40% eran sus padres que las acompañaban y el resto adolescentes.
"Después de lo visto se puede afirmar que Shakira es la nueva reina de los bajitos”, escribió entonces Espina sobre el primer encuentro de Shakira con su público uruguayo. En consonancia, un cronista de La República tituló con ironía “Shakira en el kindergarten”.
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Luego de cantar Si te vas –el segundo tema del setlist de esa noche– la cantante se refirió a los fanáticos que la fueron a ver. Les dijo que jamás olvidaría "esa imagen de ustedes allá afuera esperándome para verme cantar a pesar de la lluvia". "Por eso espero dar lo mejor de mí", prometió.
Ese es un momento que Martínez recuerda claramente: “Eso fue algo que me emocionó mucho de ella, que se quedara por nosotros. Además en ese momento pensaba ‘se quedó para que no me perdiera este show’. Que ella no nos abandonara fue muy lindo, muy humano”.
Entonces, recuerda que la cantante se acercó al publico y una niña le regaló un oso de peluche con un girasol. “¿Cómo saben que amo los girasoles?”, dijo la artista y esa pregunta quedó grabada en su memoria.
“De lo poco que sabíamos de ella, una de las cosas era que le gustaban los girasoles”, recuerda quien junto a Pablo Trías –fundador del primer club de fans de Shakira en Uruguay– trataba de conseguir toda la información disponible sobre la muchacha colombiana para compartir con otros fanáticos con los que se reunían una vez por semana.
“Habrá sido por la lluvia o no del día anterior, pero se percibió la necesidad de la artista por entregar lo mejor de sí. Fue una hora y media de intensa plenitud musical. ¿Un show breve? No. Qué más se le puede pedir a una artista de 22 años que ya tiene un repertorio de 90 minutos conocido por todos. Shakira cantó lo que tenía que cantar y el recital duró lo necesario”, valoró Espina en la crónica del espectáculo.
Y si bien consideró que “el calor contagiante de la bella y caudalosa voz de Shakira no decayó en ningún momento” hizo un pequeño reparo: “El problema es que Shakira no tiene buena dicción frente a su verborragia poética de versos extensos, un dilema que seguramente corregirá con el tiempo”.
Cuando terminó el concierto, una lluvia volvió a caer sobre Giovanna Martínez. Esta vez abrió las manos y cuando las cerró guardó para siempre los papelitos de colores como el recuerdo de la noche en la que finalmente vio a Shakira sobre el escenario. Y el comienzo de una admiración que permanece hasta hoy.
Las canciones del primer show de Shakira en Uruguay: ¿Dónde estás corazón?, Si te vas, Inevitable, ¿Dónde están Los ladrones?, Antología, Ojos Así, Octavo Día, Moscas en la casa, Ciega, sordomuda, Tú, Alfonsina y el mar, Pies Descalzos, Sueños Blancos, Estoy Aquí, Sombra De ti, No Creo.
El regreso
Esa noche fue el primer encuentro en una relación entre Shakira y Uruguay, que llegó a convertirse en un vínculo compositivo a lo largo de los años.
Al día siguiente a ese show en Montevideo Shakira llevó su espectáculo al Luna Park de Buenos Aires; una ciudad que ya conocía y en la que unos meses antes había visto al “hombre de su vida” en el restaurante Cabaña Las Lilas de Puerto Madero. Ese hombre, el abogado Antonio De La Rúa –hijo del entonces presidente argentino Fernando De La Rúa y la primera dama Inés Pertiné–, la buscó después del concierto y ese fue el inicio de un noviazgo de más de 10 años en lo que la colombiana pasó largas temporadas en José Ignacio.
En aquella época fue homenajeada en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), en una ceremonia de la que participó junto a su pareja y contó incluso con la presencia de la entonces primera dama Mercedes Menafra. Entonces, entre el gentío que la rodeaba y la acompañaba a cada paso como una marea revuelta, habló brevemente con un reportero de Canal 12.
"Estoy feliz de estar rodeada de tanto cariño. Los uruguayos son gente muy dulce”, dijo la artista.
– ¿Tu estadía en Punta del Este ha sido productiva para tu disco?
– Muy productiva. No saben el disco que les estoy haciendo.
Shakira compondría allí gran parte del álbum más desafiante de su carrera, y el que la impulsó definitivamente al mercado internacional angloparlante: Laundry Service / Servicio de Lavandería.
Lo que adelantaba entonces como “un disco en inglés con canciones en español” se convirtió en dos álbumes con 13 canciones como Suerte (Whenever, wherever), Te aviso, te anuncio (Objection) o Underneath your clothes que llevaron a la colombiana a convertirse en una estrella global tras su lanzamiento en 2001.
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Ocho años más tarde, Shakira volvió sobre sus pasos y regresó a componer un nuevo trabajo discográfico. “Es un poco de cábala. Me descubriste porque me he vuelto bastante pragmática", le dijo entonces al periodista Marcelo Gallardo en una nota publicada en El País.
"Este es un lugar muy especial, mágico. Yo vengo a buscar a las musas de Juana Ibarbourou, mi poetisa favorita, para ver si me ilumina", dijo Shakira en la entrevista en la que calificó a la chacra La Colorada como "un lugar idílico y muy romántico" donde podía encontrarse con ella misma. "Es un puente que me acerca al mundo interior", agregó.
Desde aquel primer show, Shakira se presentó en dos ocasiones ante el público uruguayo en Punta del Este. La vuelta de la colombiana a los escenarios del país fue en 2003 en el marco del Tour de la mangosta y volvió a presentarse en el año 2011 como parte de su gira Sale el Sol World Tour. Ambas veces en el Hotel Conrad, hoy Enjoy Punta del Este.
El próximo encuentro será el 3 y 4 de diciembre en el Estadio Centenario en el marco de la gira Las mujeres ya no lloran. “Es algo histórico”, dice Giovanna Martínez, quien hoy es la presidenta del club de fans Pies Descalzos en Uruguay. “Yo soñaba con que Shakira viniera al Centenario”.
Shakira cantará entonces para 100 mil personas durante dos noches, un evento que marca un récord histórico en Uruguay en términos de venta de entradas y que demuestra el entusiasmo del público uruguayo por volver a verla.
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Aaron Snaiderman
“Es algo inédito en Uruguay y va a ser muy difícil que un artista lo pueda repetir", destaca Quinteros sobre el show a cargo esta vez de la productora AM.
"Son contados con los dedos los artistas que hacen un estadio. 50.000 personas para Uruguay es un montón, pero artistas anglo que vienen muy pocas veces y son hitos históricos lo han hecho. Que Shakira, que es una artista relativamente joven con una carrera de 30 años, logre hacer esto realmente le pone un techo al Uruguay dejándolo en otro nivel. Creo que va a quedar en la historia”, agrega.
Toda historia tiene un comienzo. Entre las cien mil personas que se reunirán en el Centenario habrá un contingente de la primera hora: quienes como Martínez se sobrepusieron a la lluvia y el viento para ver a la muchacha colombiana mover las caderas.
"En aquel momento había más adolescentes y niños en el show, hoy en día esos adolescentes somos nosotros. Soy yo, una persona de 46 años. Nunca me imaginé que iba a ir a un recital de Shakira a esta edad. Ahora el sueño que tengo es mirarla a la cara y decirle gracias por acompañarme durante estos 30 años de mi vida ”.