José Palazzo, uno de los productores más influyentes del rock argentino, estuvo en el programa Rock State de El Observador para hablar sobre su carrera, el fenómeno del Cosquín Rock y, por supuesto, el rock en su forma más pura. Con su extenso recorrido detrás de los escenarios, Palazzo ha sido clave en la creación de uno de los festivales más importantes de América Latina, pero también entiende que este género va más allá de la música.
En entrevista con la periodista Federica Bordaberry, Palazzo recordó el primer paso que dio en su viaje hacia el rock: a los 10 años le regalaron un disco de Piero, pero su verdadero amor comenzó cuando cambió ese regalo por Destroyer de Kiss, un álbum que lo marcaría. "A partir de ahí, para mí el rock era eso", aseguró.
Embed - Jose Palazzo: "Me parece que las mayores actitudes rockeras pasan atrás del escenario" #ROCKSTATE
La actitud rock: una forma de vida
Para Palazzo, el rock no se define únicamente por su sonido, sino por la actitud que cada uno de los artistas transmite. "La actitud rock pasa por cada uno", explica, al mencionar a Luis Alberto Spinetta, Pity Álvarez, y hasta a Bob Dylan, como ejemplos de personalidades que, aunque dentro del mismo género, tenían maneras diferentes de vivir su arte. "Ser un pendeviejo de 54 años como yo es actitud rock", dice, dejando claro que la actitud va más allá de los tatuajes o de cómo se luzca, sino de cómo se vive el rock en lo personal.
Durante la entrevista, reflexionó sobre la relación entre el rock y la sociedad, especialmente en el contexto de la dictadura militar argentina. "La actitud rock en Argentina tuvo mucho que ver con una revolución musical que existió en la época de la dictadura militar", cuenta, señalando cómo el rock se convirtió en un refugio para quienes necesitaban luchar contra el establishment. Aunque los tiempos han cambiado, esa rebeldía sigue viva, solo que ahora "los reclamos son totalmente distintos", agrega.
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El rock de los primeros años, dice Palazzo, era "más crudo". Sin embargo, no está de acuerdo con la idea de que el rock actual sea más "controlado" que el de hace unas décadas atrás. "Hoy, en Argentina, las bandas internacionales que hacen rock o metal tienen un encargado de estructuras que traen de afuera para que mire los vallados, porque somos un público muy fuerte", explicó, defendiendo la idea de que la esencia del rock sigue intacta en los festivales como el Cosquín Rock, donde el pogo y el salto siguen siendo característicos.
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El Cosquín Rock ha crecido y evolucionado, incorporando géneros diversos como el pop, el indie, y el trap, aunque siempre ha buscado mantener el espíritu del rock. "El Cosquín tiene un espíritu rockero porque gran parte de la programación es rockera", explicó. Pero no se limita solo al rock clásico: "Hoy, los chicos pueden escuchar desde el Duki hasta Metallica, y eso es lo que buscamos, que cada uno pueda elegir lo que le gusta sin prejuicios".
Habiendo trabajado con figuras del rock, como Pity Álvarez y Charly García, confesó durante la entrevista que ese tipo de shows tienen sus momentos de caos. "Cuando vos contratás al Pity o a Charly García, sabés que podés fallar", comentó Palazzo, refiriéndose a las situaciones extremas que han vivido en sus giras. Pero él sabe que ese caos forma parte del arte, y es algo que como productor debe aceptar. "Lo que sucede en el escenario, sucede porque en los camarines pasan cosas", dice.
"Lo sigo creyendo, creo que cada aporte que nosotros hacemos desde lo artístico y lo musical ayudan a cambiar nuestra sociedad", afirmó Palazzo. Y aunque reconoce que la etiqueta de "guardián del rock" le queda "recontra grande", su vida y su trabajo son una prueba de su profunda conexión con el género. "Hay muchos guardianes del rock, pero hay algo que no se puede negar: el rock es una forma de vida", concluye.
