La Dirección General Impositiva (DGI) intensificará los controles sobre contribuyentes que presentan reiterados incumplimientos, especialmente vinculados al Impuesto al Valor Agregado (IVA), como parte de su estrategia de gestión del cumplimiento tributario.
Actualmente se analiza a un conjunto de contribuyentes en los que se detectaron diversas y repetidas formas de incumplimiento fiscal que afectan la correcta liquidación de este impuesto. Según la calificación de riesgo asignada a cada caso, se implementarán acciones específicas orientadas a que regularicen su situación.
En caso de que los incumplimientos persistan, la DGI podrá aplicar medidas previstas en la normativa vigente, como la inclusión de los deudores en una lista pública que será difundida en el portal web de la Administración Tributaria, explicó el organismo.
Además, se podrá restringir el uso de la constancia para imprimir documentación fiscal y se informará a los clientes que los comprobantes emitidos por dichos contribuyentes no serán deducibles en su liquidación de impuestos.
La intención de la administración actual es reducir la evasión de impuestos, a nivel general, en Uruguay. La evasión del IVA está en el entorno del 20%, la del IRAE algo por encima del 40% y la del IRPF por debajo del 15%, pese a que no hay estimaciones muy recientes.
En una entrevista reciente con El Observador, el director de la DGI, Gustavo González señaló que existen contribuyentes que incumplen por errores o desconocimiento de las normas, junto con una percepción de riesgo que “se ha debilitado” en los últimos años. También existen contribuyentes que recurren a mecanismos creativos para evitar el cumplimiento, lo que exige reforzar el trabajo de inteligencia para detectar nuevas situaciones.
Uno de los focos del gobierno está puesto en mejorar la eficiencia de la DGI para aumentar la recaudación, como informó El Observador en setiembre pasado. En ese sentido, se proyecta implementar un modelo que reconoce las múltiples causas del incumplimiento tributario —desde el desconocimiento o dificultades financiaras hasta el fraude deliberado—, e incluye acciones específicas para procurar cambios de conducta en los contribuyentes.
“Nos interesa que los mejores resultados sean consecuencia de tener una cultura de cumplimiento más desarrollada, donde se entienda la importancia de las obligaciones tributarias”, señaló González.
A mitad de año la DGI había comenzado a desplegar acciones de gestión del cumplimiento tributario dirigidas a contribuyentes que prestan servicios personales fuera de la relación de dependencia, en el marco de la campaña de presentación de declaraciones de IRPF, IASS e IVA Servicios Personales.
Las medidas incluyeron fiscalizaciones presenciales, entrevistas en oficinas, comunicaciones dentro del programa de seguimiento de conducta y otros controles en todo el país. El foco se puso en un segmento con mayores oportunidades de incurrir en incumplimientos, como subvaluación de ingresos, sobrevaluación de créditos fiscales, falta de documentación o falta de declaración de todas las actividades.
La selección y el diseño de estas acciones se basó en un análisis que evaluó el comportamiento de este grupo a partir de la información disponible en la DGI, proveniente tanto de los propios contribuyentes como de terceros.