12 de octubre 2025 - 10:07hs

Quiroga, de Alianza Libertad, parte como favorito para convertirse en el próximo presidente boliviano, con una intención de voto del 44,4%, frente al 36,3% de Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), según una encuesta realizada a principios de octubre por la Consultora CB. Un sondeo anterior, realizado a fines de septiembre por la empresa Ipsos Ciesmori y publicado por la emisora televisiva Unitel, le daba al ex mandatario un 47%, frente al 39,3% de Paz.

Bolivia - Encuesta CB

Queda por verse si se confirman los pronósticos de las encuestadoras, que en la primera vuelta daban como favoritos a Quiroga y al empresario Samuel Doria Medina, que finalmente quedó relegado al tercer puesto y dio su apoyo a Paz. El senador por Tarija fue el más votado el 17 de agosto, con el 32% de los votos, y le dio así la espalda a los sondeos, los medios de comunicación, las casas de apuestas y los analistas del establishment.

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"Esta es la Bolivia de verdad, que tal vez no sale en sus encuestas", dijo Paz en un video compartido en sus redes sociales, en el que minimizó los resultados de los sondeos. "Esta es la Bolivia que va a generar una victoria a futuro, porque es con la base popular, democrática, nacional, respetando nuestros recursos naturales, nuestra propiedad privada, a cada gremial, cuentapropista, transportista, empresario", aseguró en un acto ante seguidores.

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Quiroga, por su parte, se mostró confiado en ganar en balotaje. "Sé que Bolivia tiene futuro porque lo vi en cada familia que me recibió, en cada joven que lucha, en cada madre que no se rinde. Hoy te pido que transformemos esa esperanza en realidad. Con tu voto este 19 de octubre, juntos podemos lograrlo", aseguró en un mensaje publicado esta semana en su cuenta de Facebook.

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Ambos candidatos se enfrentarán en la noche de este domingo en un último debate antes de la definición electoral, que determinará quién gobernará Bolivia en los próximos cinco años.

La Bolivia que recibirá el próximo presidente

De cualquier manera, al que resulte ganador del inédito balotaje en Bolivia le espera un difícil camino por delante desde el 8 de noviembre, la fecha prevista para el traspaso de mando. No sólo deberá emprender ajustes económicos que podrían desatar protestas en un país marcado por la inestabilidad social, sino que estará obligado a pactar acuerdos para lograr una mayoría en la Asamblea Legislativa.

La economía boliviana está en desaceleración, arrastrada por la caída del precio del gas - su mayor producto de exportación-, el efecto de fenómenos climáticos extremos en la agricultura y una inflación acumulada de 18% entre enero y agosto. Además, el combustible se está convirtiendo en uno de los productos básicos más escasos, lo que afecta la producción agropecuaria, dispara el costo de vida y atiza el malestar social en las calles.

En un reciente informe, el Banco Mundial (BM) estimó que el producto interno bruto (PIB) boliviano se contraerá un 0,5% en 2025 y que el país seguirá en recesión en 2026 y 2027, con una caída del -1,1% y -1,5% del PIB.

Bolivia - elecciones - AFP

Por su parte, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) proyectó que el próximo gobierno en Bolivia recibirá un panorama fiscal marcado por desequilibrios y restricciones. Según un documento publicado esta semana, el IIF estima que el déficit del gobierno central, sin incluir las empresas estatales, alcanzará el 14% del PIB en 2025. Si se suman las pérdidas operativas de las empresas públicas y se excluyen los subsidios, el desequilibrio consolidado se sitúa en torno al 20% del PIB.

"Este es uno de los mayores déficits en tiempos de paz en mercados emergentes y, críticamente, es estructural", afirmó Jonathan Fortun, economista senior del IIF, según recogió Bloomberg. Los subisidios, especialmente los destinados a los combustibles, siguen representando una parte significativa del gasto público.

Plan de "salvataje": la propuesta de Quiroga

En un acto en El Alto, la segunda ciudad más poblada del país, Quiroga prometió este jueves resolver la falta de dólares y de combustibles con un plan internacional de "salvataje" y convertir al país en una "potencia mundial del litio".

"Póngannos en el Gobierno y yo no voy a dar excusas. El programa de salvataje lo vamos a hacer, los dólares los vamos a traer", aseguró el ex mandatario, de 65 años, que gobernó entre 2001 y 2002 tras reemplazar a Hugo Banzer, del que había sido vice, cuando el entonces presidente dejó el cargo por motivos de salud. El candidato estuvo en el acto junto a su candidato a vicepresidente, el emprendedor tecnológico Juan Pablo Velasco, de 38 años, que es la apuesta para imprimir un aire de renovación a la fórmula presidencial.

Bolivia - Quiroga con Velasco en cierre de campaña - 9-10-25 - EFE
Quiroga con su candidato a vice Velasco en un acto de campaña en El Alto

Quiroga con su candidato a vice Velasco en un acto de campaña en El Alto

Quiroga, que ya fue candidato a jefe de Estado en 2005 y 2015, prometió también dar un nuevo impulso a la industrialización del litio, tras el intento del gobierno de Arce de implantar la extracción directa de litio (EDL) mediante contratos con empresas chinas y rusas, aún sujetos a aprobación parlamentaria. Además, destacó que su partido tiene las propuestas más claras para resolver la crisis, en contraste con Paz, al que acusó de "echar barro, manipular odio y generar división", según recogió la agencia EFE.

"Me voy a dedicar a salvar la economía de Bolivia, a traer inversiones, a abrir mercados. Voy a hacer acuerdos de libre comercio con China, con Corea, con Japón, con Europa", dijo Quiroga a la agencia AFP antes de la primera vuelta. El candidato de Alianza Libertad prometió un "cambio sísmico": bajar el déficit fiscal, reducir el Estado, privatizar todas las empresas públicas deficitarias e impulsar una nueva Constitución con giros "radicales".

Según reveló Ramiro Cavero, a quien designó como ministro de Economía en un posible futuro gobierno, para reducir el déficit se apuntará a un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). "Calculamos que deberíamos contar con entre 3.000 y 4.000 millones del FMI", aseguró a El Observador USA.

Paz, discurso moderado en busca de los desencantados

Paz, de 58 años, no es nuevo en la política: comenzó como diputado en 2002, luego fue concejal, alcalde y gobernador de su natal región de Tarija, en el sur del país. En el 2020 fue elegido senador nacional por la alianza Comunidad Ciudadana, de centroderecha, encabezada por Carlos Mesa, y, ya establecido como referente dentro de la oposición, se postuló a la presidencia por el PDC, alineado con la socialdemocracia europea.

El político, que busca seguir el camino de su padre, el expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993), se presenta como el candidato moderado, que busca convencer a los desencantados con la actual gestión de izquierda de Arce (y su pelea con Evo Morales) y promete medidas para salir adelante de la crisis que no impliquen un fuerte ajuste.

"Somos una visión de centro donde se han agrupado grandes mayorías que han cerrado un ciclo de 20 años, yo creo que eso es un gran mérito", dijo durante la campaña, en la que visitó sectores populares y se reunió también con empresarios. Propone "capitalismo para todos", aunque sus críticos señalan que sus propuestas económicas son aún poco claras.

Bolivia - Rodrigo Paz en acto de campaña - 30-9-25 - EFE
Paz en un acto de campaña en El Alto

Paz en un acto de campaña en El Alto

El plan de gobierno de Paz se basa en la Agenda 50/50, que propone una distribución más equitativa de los recursos públicos. Según explicó, actualmente el Estado concentra alrededor del 85% del presupuesto nacional. Su propuesta consiste en dividir estos fondos a partes iguales entre el nivel central y los gobiernos subnacionales, incluyendo también a las universidades públicas.

En el plano económico, Paz se mostró contrario a la idea de recurrir al FMI para sacar a Bolivia de la peor crisis económica de las últimas cuatro décadas. "No voy a pedir plata al Fondo Monetario Internacional. En Bolivia si no roban, alcanza", dijo antes de la primera vuelta a la radio Erbol, en línea con su promesa de "barrer con la corrupción".

Para impulsar esa propuesta, el senador eligió como compañero de fórmula al ex capitán de la Policía Nacional Edman Lara, que ganó notoriedad en las redes sociales por sus denuncias sobre la corrupción dentro de la institución policial, de la que fue desvinculado el año pasado tras ser acusado de “faltas graves”, una acusación que él rechaza.

Para la analista política Verónica Rocha, el desafío de Paz es captar al electorado que rechaza a Quiroga y a los desencantados con el MAS. Las clases más bajas o empobrecidas "no encuentran una representación, una persona igual a ellos" en ninguna de las dos fórmulas electorales que compiten, destacó en declaraciones a la agencia AP.

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