De política a economía: cuáles fueron las 6 figuras más destacadas de EEUU en 2025

Trump desembarcó en el Despacho Oval con una hoja de ruta clara: su proyecto Make America Great Again (MAGA) quedó en el centro de todas sus políticas y órdenes ejecutivas –que no escatimó– alegando la necesidad de tomar medidas urgentes que eviten un mayor deterioro del país.

Así, el mismo día de su investidura, el mandatario declaró la emergencia nacional en la frontera, un adelanto de lo que sería su intensa agenda migratoria, con redadas constantes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), deportaciones masivas y el despliegue de recursos y agentes en todo el país para hacer frente a esta crisis.

A la par, Trump pisó fuerte en el frente económico, imponiendo aranceles a las importaciones de todo el mundo, alegando balanzas comerciales desparejas y desleales con Estados Unidos. Este enfoque enseguida desató una guerra comercial que en algunos casos derivó en conversaciones y rebajas de tasas, mientras que en otros, como la Unión Europea y China, escaló al punto de poner en serio riesgo las economías y los mercados de miles de productos.

Trump - anuncio de aranceles - AFP.jpg

Muchas de sus iniciativas y órdenes ejecutivas encontraron, sin embargo, reveses en la Justicia, que abrió así un nuevo capítulo en las batallas de Trump, ahora contra los magistrados, a quienes busca tener a su favor como herramienta política.

Su primer año de mandato también estuvo atravesado por el shutdown más largo de Estados Unidos, con 43 días de parálisis total en el gobierno y álgidas negociaciones entre republicanos y demócratas, que giraron en torno a cuestiones de salud pública.

Por último, aunque no menos importante, Trump aprovechó sus primeros meses en el cargo para retomar el vínculo con mandatarios de todo el mundo –entre sus favoritos el argentino Javier Milei, el salvadoreño Nayib Bukele, el israelí Benjamin Netanyahu, el chino Xi Jinping y el ucraniano Volodimir Zelensky– y para mediar en conflictos como el de Rusia y Ucrania, Israel y Hamas, y la crisis en Venezuela, incluso buscando ser galardonado con el Premio Nobel de la Paz.

Elon Musk

Por fuera de Trump, sin lugar a dudas la política de Estados Unidos estuvo atravesada por un outsider que se llevó toda la atención y logró hacerse, en muy poco tiempo, con un peso inimaginable en la Casa Blanca. Se trata de Elon Musk, el millonario empresario que, tras asumir un rol muy activo en la campaña presidencial de 2024, llegó al gobierno como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), cuya tarea era reducir la burocracia y el gasto federal.

Desde su cargo tenía línea directa con el presidente y una gran influencia sobre la continuidad de agencias clave como USAID y el despido masivo de empleados estatales, todas políticas que, según el sitio oficial, permitieron al Estado ahorrar 214.000 millones de dólares en 2025.

Elon Musk con una motosierra en la Cpac - AFP.jpg

Pese a ello, lo cierto es que el mundo seguía expectante una crónica con final anunciado. Y es que los egos de Trump y Musk eventualmente chocarían y desatarían una de las más profundas peleas del año… como ocurrió en mayo.

Aquel mes, el magnate abandonó su cargo tal como estaba previsto, pero poco después, a comienzos de junio, estalló en furia con una serie de publicaciones en X contra la administración y su proyecto de ley presupuestario, que describió como una “abominación repugnante”.

Los cruces escalaron al punto que Musk aseguró que Trump “aparece en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. Guarden esta publicación para el futuro. La verdad saldrá a la luz”, en mensajes que acabó borrando.

Luego de unas semanas de intercambios públicos, la tensión bajó y Musk reconoció haber ido “demasiado lejos” en “algunas” de sus acusaciones, buscando nuevamente la paz con el republicano, aunque Trump dijo estar “un poco decepcionado” y casi no se han mostrado juntos desde entonces.

Kristi Noem

Kristi Noem visita el Cecot en El Salvador - Reuters.png

Kristi Noem es, tal vez, una de las mujeres más importantes del gabinete Trump. La exgobernadora de Dakota del Sur fue designada secretaria de Seguridad Nacional (DHS) a principios de 2025, un puesto central en la implementación de una de las agendas más divisivas y visibles del gobierno: la seguridad fronteriza e inmigratoria.

En cuestión de días, Noem se convirtió en la arquitecta y ejecutora principal de la política de "tolerancia cero" en las fronteras de Estados Unidos, ordenando importantes operativos contra inmigrantes indocumentados, masivas deportaciones y restricciones sin precedentes a la concesión de asilo. También realizó giras a países aliados de la región, con quienes coordinó la recepción de migrantes irregulares y una mayor cooperación en la lucha contra bandas criminales, como la venezolana Tren de Aragua.

Su firmeza le costó múltiples acusaciones y denuncias por desacato judicial, discriminación y por excederse en la aplicación de las políticas, que muchos consideran abusivas e imprecisas, alcanzando incluso a quienes no presentan motivos para ser detenidos y expulsados.

ICE - Detenido durante una protesta en Illinois - AP

Zohran Mamdani

Con su victoria en las elecciones por la alcaldía de la ciudad de Nueva York, Zohran Mamdani se hizo un lugar como una de las caras más relevantes de la política de Estados Unidos. Y no es solo porque tiene bajo su dominio uno de los centros más importantes del país, sino por todo lo que su triunfo implicó.

Mamdani surgió dentro del bando demócrata y caló rápido por su mensaje centrado en la asequibilidad y sus promesas de responder a las necesidades de las clases sociales más bajas y defender a los inmigrantes en el territorio. Su modelo obtuvo un impulso tan fuerte que en noviembre se convirtió en el próximo alcalde de la Gran Manzana, el más joven en un siglo, con 34 años.

Zohran Mamdani, candidato a la alcaldía de Nueva York. AFP

Sin embargo, su figura también despertó grandes críticas por parte de Trump, quien lo acusó de ser un “lunático comunista” y un “antisemita declarado y confeso”, y advirtió que no transferiría “ni un solo céntimo de la administración federal" para su proyecto de convertir a la ciudad “en una Cuba comunista”, en caso de ser electo.

De todas formas, el 21 de noviembre, el presidente recibió al alcalde en su Despacho y, tras una reunión de la que no trascendieron grandes detalles, pareció restablecerse la paz.

“Vamos a ayudarlo a hacer realidad el sueño de todos, tener una Nueva York fuerte y segura (...) Tenemos en común el amor por esta ciudad y el deseo de que le vaya bien”, dijo el mandatario ante los medios, haciendo caso omiso a los cruces previos y generando gran expectativa por el desenlace de este vínculo.

Jensen Huang

El interés comercial derivado del desarrollo de la inteligencia artificial (IA) también se hizo su lugar en el ranking, principalmente de la mano de Jensen Huang, CEO de Nvidia. Su habilidad para navegar el proteccionismo comercial y tecnológico de la Administración Trump, y los cruces con el Gobierno de China le han permitido mantener a la compañía a la cabeza de la carrera de producción y exportación de los chips, con concesiones a menudo tensas pero claves para garantizarse el acceso al mercado crucial del gigante asiático.

Trump con CEO de Nvidia, Jensen Huang (AFP)

A lo largo del año, los líderes sostuvieron múltiples reuniones en la Casa Blanca, con objetivos claros que, inicialmente, parecían contraponerse: priorizar la seguridad nacional y la inversión doméstica vs. preservar el acceso de Nvidia al inmensamente lucrativo mercado chino, vital para el crecimiento de la empresa.

Tras meses de tensión por la guerra arancelaria que se desató entre las naciones, en julio Trump anunció que Nvidia podría exportar su chip H20 (una versión no tan avanzada) a China, solo si dejaba un 15% de estos ingresos al Gobierno. Con el correr de los meses, la retórica se endureció respecto al chip más avanzado de Nvidia, el Blackwell, cuya venta a Pekín quedó prohibida, dado que ello le daría una importante ventaja en el desarrollo de la IA.

A comienzos de noviembre, en un importante guiño a la Casa Blanca y como muestra del buen vínculo con el republicano, Huang aseguró “responder al llamado” del presidente y se comprometió a aumentar significativamente la fabricación de sus chips en Estados Unidos, algo que la administración buscó durante meses en un abanico de sectores.

Poco después, en diciembre, llegó un regalo de Navidad adelantado para Nvidia, que marcó un gran cierre de su año: Trump permitió la venta de chips más avanzados a “clientes aprobados” de China. En adelante, a cambio del 25% de las ganancias generadas de estas transacciones, la compañía podrá vender al gigante asiático sus componentes H200 que, si bien no son los más avanzados, sí incluyen tecnología más moderna y le permitirán mantenerse dentro del mercado que –según Huang– alcanzará los 50.000 millones de dólares este año y otros cientos de miles de millones para finales de la década.

Chip de Nvidia. AFP

Erika Kirk

Erika Kirk se convirtió en un personaje central de la política de Estados Unidos en la segunda mitad de 2025, tras el asesinato de su esposo, Charlie Kirk, y su ascenso al liderazgo de una de las organizaciones más influyentes del país.

Charlie Kirk era un activista estadounidense y cofundador de Turning Point USA, uno de los grupos conservadoras de base juvenil más poderosos y mejor financiados dentro del país. El influencer solía organizar eventos en universidades y espacios públicos en los que debatía abiertamente sobre temas de política, economía, inmigración y educación, entre otros, siempre con su firme impronta conservadora.

Trump entrega medalla a viuda de Charlie Kirk - 14-10-25 - AFP

El 10 de septiembre, durante uno de los encuentros que organizó en una universidad en Utah, fue asesinado a tiros, convirtiéndose en una de las caras más visibles de la grieta política y los debates sobre la libre portación de armas en el país.

Desde entonces, Erika asumió la conducción de TPUSA, desde donde se encarga de mantener vivo el legado de su esposo como símbolo de la lucha cultural conservadora. De hecho, por su influencia dentro del movimiento, Trump otorgó póstumamente a Charlie la Medalla Presidencial de la Libertad e invitó a Erika a pronunciar unas palabras, una muestra de su bienvenida al círculo más íntimo del poder político.