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9 de mayo 2025 - 10:06hs

En un contexto donde las enfermedades neurodegenerativas como la demencia y el Alzheimer representan desafíos crecientes para la salud pública, recientes investigaciones destacan la importancia del sueño adecuado como un factor preventivo crucial.

Dormir bien no solo mejora el rendimiento diario, sino que puede ser clave para prevenir estas enfermedades. Un neuropsicólogo británico advierte sobre los peligros de dormir poco y destaca cuántas horas de descanso necesita el cerebro para protegerse del Alzheimer.

Dormir mal: un riesgo silencioso para el cerebro

Cada vez más estudios confirman que el descanso nocturno tiene un impacto directo sobre la salud cerebral. Según el neuropsicólogo Matthew Walker, profesor de neurociencia y psicología en la Universidad de California, Berkeley, el sueño profundo actúa como una "ducha" que limpia el cerebro de toxinas acumuladas durante el día.

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Durante estas fases profundas del descanso, el sistema glinfático se activa para eliminar residuos como la proteína beta-amiloide, una de las principales responsables de la acumulación de placas que caracterizan al Alzheimer. Si el sueño es insuficiente o de mala calidad, este proceso de "limpieza" se interrumpe, dejando al cerebro más vulnerable al deterioro cognitivo.

Cuántas horas hay que dormir para cuidar la memoria

Walker y otros especialistas coinciden en una cifra clave: dormir menos de siete horas por noche eleva significativamente el riesgo de desarrollar demencia. En cambio, quienes mantienen un patrón regular de entre siete y ocho horas de sueño profundo tienen menos probabilidades de experimentar deterioro cognitivo con la edad.

Los datos surgen de estudios longitudinales que siguieron a miles de personas durante décadas. Quienes dormían menos de seis horas por noche a los 50 o 60 años tenían entre un 20% y un 30% más de riesgo de desarrollar Alzheimer u otras formas de demencia.

La paradoja del envejecimiento: se duerme menos justo cuando más se necesita

El problema se agrava con el paso de los años. A medida que envejecemos, no solo disminuye la duración del sueño, sino también su calidad. En particular, se reduce la proporción de sueño profundo (fase N3), el más reparador y esencial para las funciones cognitivas.

De hecho, estudios del propio Walker muestran que a los 70 años, la mayoría de las personas pierde entre un 70% y un 80% de su capacidad de generar sueño profundo en comparación con sus 20 años. Esta reducción no solo impacta en la memoria, sino también en el sistema inmune y en el equilibrio emocional.

¿Dormir de más también puede ser un problema?

Aunque el foco suele estar en quienes duermen poco, los expertos también advierten que dormir más de nueve horas por noche podría ser un signo de alerta. En algunos casos, este exceso de sueño podría estar relacionado con microdespertares frecuentes que impiden un descanso reparador o con enfermedades subyacentes.

El mensaje es claro: no se trata solo de la cantidad de horas dormidas, sino también de su calidad y regularidad.

Dormir bien no es un lujo, sino una necesidad biológica que puede marcar la diferencia entre un envejecimiento saludable y el deterioro cognitivo.

Consejos prácticos para mejorar el sueño

  • Establecer rutinas: Acostarse y levantarse siempre a la misma hora, incluso los fines de semana.

  • Evitar pantallas antes de dormir: La luz azul de celulares y televisores interfiere con la producción de melatonina.

  • Limitar estimulantes: Reducir el consumo de cafeína después de las 16 horas.

  • Ambiente adecuado: Dormitorio oscuro, silencioso y fresco.

  • Evitar siestas largas: No dormir más de 30 minutos durante el día.

El sueño como medicina preventiva

Dormir bien es una de las herramientas más accesibles y poderosas para cuidar el cerebro. Aunque no existe una fórmula mágica para prevenir el Alzheimer, mantener un sueño profundo y reparador es una estrategia sencilla, gratuita y efectiva para reducir el riesgo.

En un contexto donde los casos de demencia aumentan con rapidez en todo el mundo, cuidar el descanso nocturno puede ser una de las decisiones más importantes para la salud a largo plazo.

Temas:

cerebro demencia Alzheimer

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