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11 de noviembre 2024 - 5:25hs

"Quiero ser contador", fue unas de las primeras palabras que dijo Carlos Lecueder en su infancia. Y lo fue. Pero también es un empresario exitoso vinculado con decenas de emprendimientos, entre ellos y junto a su padre Luis, los primeros shoppings que se construyeron en Montevideo. En una charla con Alejandro Fantino, Lecueder hizo un repaso de su trayectoria, habló de la importancia de su familia, sobre sus éxitos pero también de sus fracasos.

Alejandro Fantino: Carlos, ¿cómo estás? Gracias por este rato para conversar. Mirá la pregunta que te voy a hacer. Por ahí parece una pavada, pero tiene cierta profundidad según tu respuesta. ¿Te gusta Uruguay? ¿Te gusta Montevideo? ¿Te gusta este lugar?

Carlos Lecueder: Me encanta Uruguay, adoro mi ciudad. Creo que es una ciudad espectacular, creo que tiene cosas como la Rambla, que es una cosa casi única. Quiero mucho mi ciudad y me encanta hacer cosas donde vivo.

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AF: Vos has recorrido el mundo ¿qué otras ciudades te gustan?

CL: Buenos Aires me encanta. A Buenos Aires le falta más contacto con el río, que es lo que extraño cuando estoy por allá. Creo que París es la ciudad más linda del mundo y que Nueva York es el lugar donde uno siempre quiere ir. Aparte de eso, Roma, inolvidable.

AF: Contame de tu vida, ¿dónde naciste?

CL: Nací en Montevideo, crecí viviendo en Pocitos y voy a morir viviendo en Pocitos.

AF: Contame de tu familia, ¿qué hacían tu padre y tu madre cuando eras chico?

CL: De las cosas lindas que he vivido en mi vida es que nací en una familia muy unida, con mucho amor y donde el contacto con los hijos era la prioridad en la vida. Eso me formó. A mi señora le pasó lo mismo con lo cual cuando nos conocimos, es como que teníamos un camino juntos por delante y es lo que practicamos todos los días. Nuestra familia es por lejos lo más importante que tenemos y aquello por lo cual peleamos todos los días.

Mi padre fue contador con lo cual yo a los tres cuatro años en cuanto empecé a decir frases coherentes decía “quiero ser contador”. Trabajaba en un estudio y tenía ganas de hacer negocios inmobiliarios, el estudio era de contadores, por lo tanto llevaban contabilidad, impuestos, asesoramiento contable, fiscal, económico. Pero papá quería ser desarrollador, quería empezar con ese tema y entonces en el año 71, cuando yo estaba en edad para empezar a trabajar, tenía 19 años fundó el estudio Luis Lecueder, con su nombre y ahí empezamos a hacer ya no solamente la parte contable y fiscal, sino que empezamos a hacer edificios. Papá armó una empresa que trabajó en Punta del Este, llamada SAFEMA, trabajó mucho en Punta del Este, hicieron 34 edificios en los siguientes 10 años. Un día vino una crisis uruguaya que era consecuencia de una crisis argentina. En el 81 cae una tablita en Argentina, explosión económica, 82 cae la tablita en Uruguay, lo mismo, y ahí el sector inmobiliario para. Entonces mi padre dice: “hagamos un Shopping Center”. Nadie sabía muy bien lo que era, pero ahí nace el primer shopping de Montevideo. Entonces a partir de ahí empezamos a crecer, hicimos Shopping Center, hicimos terminales de ómnibus, etc.

AF: Cuando empezaste a trabajar en el estudio de tu padre, ¿cómo entraste?

CL: Yo era estudiante de Ciencias Económicas, estaba creo que terminando 3º o 4º. Entré en el Salón General Abierto de Trabajo con toda la gente que está trabajando en el sector contable. Después pasé al sector fiscal. Es muy difícil decir que yo no era el hijo del principal del estudio. No es cierto. Es muy difícil decir que yo era un funcionario más porque seguramente mis compañeros de trabajo con quienes había una amistad eterna con muchos de ellos, sentían eso pero la realidad es que con una muy buena relación trataba del igual al igual. Es muy uruguayo eso. No somos el hijo del jefe, somos todos iguales.

AF: Se puso de moda hace unos años una serie que se llamó Succesion. Hay una famosa frase que siempre corre por allí que es que cuando vos seguís lo que hacía tu papá, solo triunfás si tenés un don parecido o superior al de tu padre. Si tenés un don por debajo del don de tu padre, si tu padre fue exitoso, es difícil que la encuentres. La brujita Verón jugaba tanto o mejor que el padre. Y hay miles de casos. Te quiero preguntar esto, pero vos sos un tipo que jugó en la liga de su padre.

LC: Yo seguí un camino, porque mi padre me inspiró.

AF: Pero vos ese don lo heredaste

LC: No sé si es herencia o haberlo vivido juntos, más bien vivencia diría. Yo trabajé con él del 71 al 94, o sea 23 años. Veía un proyecto nuevo y me yo miraba la parte financiera o los flujos. Y un día empecé no solamente a ser una especie de ayudante de él, sino que empecé yo también a liderar proyectos, y él me seguía y me corregía.

Como el caso de Montevideo Shopping que fue un click en mi vida. Yo era contador y asesor. El asesor asesora, el empresario dirige y decide. Entonces un día tuve que pasar a tomar decisiones. Y en esas decisiones algunas están bien y otras mal. Mi padre estaba al lado mío y me daba las pautas y me dejaba decidir. Y me fue formando.

AF: ¿Pero en Montevideo Shopping decidiste vos?

CL: La decisión de ponerlo en marcha es de mi padre, el que lo puso en marcha y lo inauguró fue mi padre. Yo empecé a trabajar con él para hacerlo crecer. Y un día quedó solo y siguió creciendo. Mi padre falleció hace 30 años. O sea que en 30 años hemos seguido aplicando dos cosas: la forma de trabajar y los valores. Eso quizás es lo más importante que yo heredé y que aplicamos y que nos ayuda para hacer cosas, para ser creíbles.

AF: Contame algo de tu papá… tu padre se paraba acá, miraba y tenía como una visión casi te decía de superhéroe, que ven más allá.

LC: Veía más allá. Hacer Montevideo Shopping en este país fue muy difícil. En Uruguay a veces tienen un poco de sensación de que las cosas son difíciles de llevarse adelante. Tenemos una mentalidad de mercado más chico, de un país con menos gente. Cuando dijimos que iba a ser un Shopping Center, nadie creyó. Y hubo momentos que nadie quería alquilar y hubo momentos que la obra costaba caro y había que convencer a la gente que estaba invirtiendo que pusiera plata. Nosotros juntamos inversores que ponen plata. Y el tipo que puso el pecho a las balas y dijo esto va a caminar y se debe hacer y por tal y por otro motivo, ese fue él.

Y cuando vino una terminal de ómnibus también. Mi padre dijo para hacer una terminal tenemos que hacer una terminal que sea excelente, que busque la excelencia no solo desde la terminal sino de todo y buscarle temas que le den más rentabilidad y metimos un Shopping dentro de la Terminal y hoy es un gran proyecto de Montevideo.

AF: Me estabas por contar una historia.

LC: Sí, es una historia linda que vivimos. Allá por el año 93 estábamos en construcción Portones y Tres Cruces. Vamos a almorzar un día a mi casa, y me dice, che, y cuando terminemos esto, ¿qué hacemos? Y otro Shopping. Y andá a saber dónde. Y ese sábado de tarde, nos subimos al auto los dos, le pedí disculpas a mi señora, seguro que no jugaba a Nacional, porque si no hubiéramos ido al estadio. Recorrimos Montevideo durante unas horas y nos paramos frente al terreno donde 16 años después se iba a construir el Shopping.

Años después había fallecido, y me llaman y me dicen que Cutcsa se va a llevar los ómnibus y que el terreno va a quedar disponible y si me parecía hacer un Shopping. Le dije que hace 16 años que estoy esperando.

AF: Y te acordaste del momento con tu padre.

CL: Sí, porque lo vivía con él. Porque empecé a compartir esas cosas. World Trade Center iba a ser viviendas y fuimos a caminar y le dije ¿si hacemos oficinas? Imagínate la vista del puerto del Buceo trabajando ahí arriba, vas a rendir el doble. Y bueno, y dos años después empezamos las oficinas. Lamentablemente después falleció y no vivió el desarrollo del World Trade Center.

AF: Si vos vas a Roma, hay un montón de construcciones que tienen el nombre. El apellido de ustedes tiene que ver con el crecimiento de la ciudad, se inmortalizaron. Y te lo digo filosóficamente.

CL: De cierta forma tengo el honor de que hay una pequeña calle que tiene el nombre de mi padre. Cuando hicimos World Trade Center la intendencia exigió que un camino que había se transformara en calle para mejorar la circulación y quedó sin poner un nombre. Justo fallece mi padre y bueno pasaron los plazos correspondientes y un conjunto de empresarios de Montevideo Shopping hicieron un movimiento y la calle se llama Luis Lecueder.

AF: Le das mucha importancia a la palabra, ¿no?

CL: Sí. Me pasó eso siempre. Nosotros alquilamos locales, vendemos inmuebles, buscamos inversores que invierten. O sea, es permanentemente estar convencido de que invertí acá, comprábamos acá, alquilábamos aquí. Y para eso el negocio se cierra en el momento que nos damos la palabra. El que viene a alquilar va a invertir en el local y tiene que crear lo que estamos diciendo. Entonces la actividad es muy importante. Y una forma más importante es respetar lo que uno dice. A rajatabla.

AF: Contame sobre tu método de trabajo, quiero saber cómo entendés la vida. Para vos, tu profesión es llegar o es el disfrute del viaje en sí mismo. O sea, hay algunos que disfrutan el terminar una obra. No te hablo de una obra de real estate, podría ser hacer un programa de televisión en mi caso, podría ser un juego de fútbol, jugar un mundial, pero otros disfrutan el proceso disfrutan el ir caminando. Es como que la vida es un viaje y no es un puerto de llegada ¿cómo pensás vos tu profesión?

LC: La vida es un viaje. Hoy de mañana estuve tres horas en Montevideo Shopping en una reunión de trabajo que hacemos o todas las semanas o cada dos semanas, mañana me toca Tres Cruces, ayer me tocó Portones y así. Nos sentamos en el mes y discutimos temas importantes. Y en esa reunión siempre se toman decisiones. Yo disfruto cada minuto de esa reunión. A mí me gusta. A veces se arma flor de lío, pero qué lindo es trabajar en un equipo. A veces pasa que un proyecto anda mal y disfrutamos más el tener que pensar cómo darlo vuelta. Uno no gana todos los partidos.

AF: Déjame meterte ahí una repregunta. ¿Qué concepto tenés del fracaso?

LC: El fracaso es el decir, “señores, acá empezamos de vuelta”. O sea, yo creo que si algo anda mal, no hay que decir, fracasó y chau. Lo normal es pelear de vuelta. Nosotros tuvimos un Shopping, eso lo cuento siempre, en la ciudad de Salto, en el norte de Uruguay, que anduvo muy mal de entrada. 2001, 2002, espantoso. La aftosa que vino en Uruguay en esa época fue todo espantoso. Y el shopping estaba casi fundido. Plata para poner no había, los accionistas ya no estaban, fue una especie de proyecto que quedó huérfano. Con 50 comerciantes que invirtieron plata y 200 personas trabajando, ¿podemos decir me voy y chau?

No. Pelear más que nunca. Bueno, mira, el estudio cobra honorarios para administrar, nosotros por hacer el trabajo cobramos un horario. Bueno, en Salto no vamos a cobrar nada, por 8 años nos cobramos un peso. Y a los 8 años lo sacamos adelante. Y hoy el Shopping anda bárbaro. Y en lugar de 200 pesos hay 300 porque lo ampliamos. Entonces yo sé que a veces se fracasa, y decir que no hay fracaso no es cierto, pero cuando uno tiene oportunidad, hay que dar vuelta las cosas y lucharla.

AF: Otra pregunta. Siempre está bueno conversarlo con gente como vos, que le ha ido bien, que son exitosos. La importancia que le das a la plata, a lo material, ¿qué tiene que ver eso en tu vida?

LC: Quedaría lindo decir que la guita no tiene importancia, pero no es cierto. No sería honesto decir eso. Fíjate que yo tengo inversores, si al inversor le digo “mirá, la guita no importa” el tipo va a invertir en otro lado. Entonces no puedo. Yo tengo que hacer que el inversor gane dinero, si no, no hago proyectos. Yo quiero que Uruguay camine. Uruguay necesita inversión, queremos que vengan extranjeros a Uruguay, si no ganan plata, se van. Entonces, la guita es importante cuando uno la usa como un medio para un fin. El fin es en generar el proyecto, el fin es hacer cosas, el fin es generar puestos de trabajo. Es recorrer el shopping y ver los locales y ver que hay tantas chicas vendiendo y muchachos vendiendo que de pronto no tendría trabajo si el shopping no existe. Eso es un orgullo.

Entonces, ¿ese orgullo es más importante que la guita? Sí. ¿Es importante la guita? También. Porque si no, yo no puedo hacerlo. En mi vida personal es un elemento para vivir bien.

AF: ¿El shopping es un invento semimoderno?

LC: Las viejas plazas de hace siglos, donde en la plaza central de una ciudad se juntaba el comercio y hacían ferias y todo, era una especie de shopping. En los años 50, en Estados Unidos, se dijeron, vamos a organizarlos. Vamos a poner un edificio, entonces vamos a traer los comercios no repetidos y armaron un mix comercial. En segundo lugar, armaron un esquema de marketing que atrae gente. En tercer lugar, hoy día: aire acondicionado, seguridad, limpieza, estacionamiento. Entonces, esa base comercial, que el comercio se junta porque estando juntos tiene más fuerza, nosotros le agregamos el concepto de servicio.

AF: Culturalmente no es un lugar donde se compra.

LC: No. Es una experiencia. Por ejemplo, el tema gastronómico es de los que más crece hoy. La gente va de compras, pero también va al cine y a comer. La realidad es que el ir a comer o ir de compras hoy es mucho más que antes. Hoy estamos vendiendo un 40% más de gastronomía que hace 8 años. Y eso son las evoluciones que estamos teniendo. La gente quiere vivir más al aire libre, la gente quiere vivir más en contacto con el verde. La gente también cuando da una vuelta quiere divertirse y comer y no tiene que estar cocinando en su casa o comprando en su casa. Entonces, ya sea comida rápida, que la tenemos en el shopping en muchos locales, o comida elaborada, locales mejores, eso está creciendo y eso es la experiencia de visita.

AF: ¿Te gusta la arquitectura?

CL: Sí. Soy un arquitecto frustrado. Trabajo mucho, con varios estudios especialmente, con dos estudios de arquitectos excelentes.

AF: Yo vivo en Nordelta, en Buenos Aires, mi casa tiene estilo toscana, es italiana. Es la única casa toscana del barrio. Hay 1.500 casas, todas cuadradas. En los 80 eran todo ladrillo visto. El escribano de mi pueblo, que tenía plata, tenía una casa ladrillo visto. ¿Es por oleadas la arquitectura? ¿qué domina hoy en el mundo?

CL: Si te digo que es por oleadas, tengo un montón de arquitectos que mañana y pasado me van a relajar. Pero sí, es por oleadas. De golpe viene poner las maderitas verticales y todos ponen las maderitas verticales o la piedra. Eso pasa y perdón mis amigos arquitectos.

Cuando nosotros hicimos Montevideo Shopping en los años 80, los pisos eran más oscuros. Porque si entraba luz al enfocar el piso se refleja la vidriera y uno no veía la vidriera. El piso más oscuro es medio lúgubre, cambiémoslo. Y si la vidriera no importa, lo importante es la experiencia. Hoy vamos todos a pisos claros.

Los cambios reales hoy están vinculados a la sustentabilidad. Me animo a hablar de que hoy vamos hacia la sostenibilidad. Vamos hacia que todas las viviendas que se hagan, tienen que ser viviendas que tengan, sin dudas, desde el tema del aislamiento térmico, ahorro de energía, tratamiento de ahorro de agua. Hay que hacer la vivienda para que la vivienda sea amigable con el ambiente. El medio ambiente hay que defenderlo. Esa conciencia de que hoy el mundo tiene, que no la teníamos hace muchos años, hoy la tenemos. Hoy hacemos el World Trade Center y lo certificamos LIDL, que es una certificación de eficiencia energética a nivel mundial. Hoy tenemos la zona franca, tenemos la terminal de Tres Cruces, que está en proceso para ser empresa B, que son empresas que aplican determinadas formas de trabajo que garantizan la sostenibilidad, que garantizan el trabajo hacia eso que estamos hablando. Entonces la arquitectura tiene que ir de esa línea.

AF: ¿Y las ciudades? Hay ciudades muy raras, Brasilia es una ciudad muy rara, Dubái es una ciudad lineal. ¿Montevideo cómo es y hacia dónde va el mundo?

LC: Montevideo nace como una ciudad tradicional. Donde hay un centro urbano que es el centro de la ciudad. Y desde el centro se crece hacia los barrios. Lo que empieza a pasar en Montevideo, más que una tendencia urbanística de un urbanista que lo planificó, es un deseo de la gente. El crecimiento continuo es un crecimiento democrático. Porque el señor que vivía en la Aguada dijo: “¿sabes una cosa?, yo quiero vivir cerca del mar, yo quiero tener un pequeño jardín”, y ese señor se compró una casita en la ciudad de la costa, ¿no? y se fue a la Ciudad de la Costa y hoy camina y se va a la playa todos los días antes de ir a trabajar.

Esa tendencia es la que siguió a Montevideo en los últimos años que se potenció con la pandemia. Hoy lo que está pasando es que las tecnologías urbanísticas tienen que ir a ciudades más sanas, a ciudades que atiendan más al público.

Ciudades donde estén todos los servicios, que la gente se traslade hacia ahí, no tenga que trasladarse hasta la otra punta de la ciudad y usar medios de transporte, o usar cada uno su auto, que eso, para mí, no es bueno. Las tendencias son a que la gente hoy quiere vivir más en contacto con la naturaleza, la gente quiere vivir más en espacios abiertos, la gente le huye a las zonas demasiado densas. Y se está construyendo el este de la ciudad, mucho más que el centro.

AF: Tu industria interactúa mucho con el mundo. De pronto el tipo que cosecha y va a sembrar soja o trigo y le van así comprando haya o no haya guerras. Puede cambiarle un poquito el precio del cereal pero no le cambia mucho. Pero tu industria sí, o sea el real estate, el inversor, la tasa de interés de Estados Unidos, hoy ¿cómo están acá en Uruguay?

LC: Uruguay en el año 2002 tuvo una gran crisis. El país se enfrentó a la crisis y dijo: “yo no voy a ir a un default, yo voy a romperme el alma, pero voy a pagar, voy a negociar, pero yo voy a cumplir”, con el presidente Jorge Batlle en su momento. Ese espíritu de cumplimiento y respeto a las normas es el que rige en Uruguay. Y hoy el país lo puede decir con tranquilidad, porque Uruguay en los últimos 50 años tuvo gobierno militar, tuvo al Partido Nacional, al Partido Colorado y al Frente Amplio. O sea los tres grandes partidos gobernando más militares y, salvando el periodo militar que no fue tan así, el respeto por la norma, el respeto por las reglas de funcionamiento de la economía se mantuvieron. Entonces, el que viene a invertir en Uruguay puede decir: “mirá, perdí plata porque el mercado es muy chico, o planté soja y el precio bajó”. Pero no puede decirme que cambiaron las reglas de juego. Entonces, cuando alguien me dice: “¿cómo está Uruguay?” Desde ese punto de vista, excelente. Hoy viene gente a invertir en Uruguay con la convicción de que invierten acá y duermen tranquilos.

AF: En otro país podría tener un salto pero también una gran bajada. Ustedes no.

CL: El respeto con la norma se da, entonces tenemos mucha inversión que se ha dado gracias a eso y no gracias al tamaño del mercado. Uruguay tiene una vocación de abrirse hacia el mundo lamentablemente no ha logrado, el Mercosur ha sido un corsé que nos ha apretado y a veces acuerdos que se han buscado más lejanos han sido difíciles de concretar. Uruguay tiene un nivel de exportación muy importante para el tamaño de su economía, un nivel de exportación de servicios muy importante, que ha crecido mucho en los últimos años. La zona franca de servicios que tenemos aquí son ejemplos de exportación de servicios al mundo, y realmente han crecido y ocupan gente y pagan bien. Tenemos un montón de cosas buenas. Nos falta mucho, sí, nos falta mucho.

AF: ¿Hay algo que te haya llamado mucha la atención a nivel materiales para construir?

CL: La construcción ha ido evolucionando en el mundo. Yo voy a hacer un proyecto y antes no se me ocurría pensar en estructura metálica y hoy hago estructura metálica. Estamos en un edificio que es de hormigón.

AF: ¿Lo metálico superando el hormigón?

LC: En muchos casos. Si yo voy a hacer un shopping nuevo ahora, que es una construcción bastante horizontal, normalmente en dos niveles, la estructura metálica me va a dar menor costo y menor velocidad para construir.

AF: Pensando hacia muchos años adelante, podríamos ir diciendo que así como el combustible fósil va a ir desapareciendo en manos de electricidad o energías limpias y renovables, el hormigón va a empezar a ser dejado de lado.

LC: Hay cosas en que todavía el hormigón no es sustituido. Pero el tema es la madera. Hoy la construcción con estructuras de madera y construcciones hasta totalmente de madera, que en Uruguay era un tema que no estaba en el mercado, está comenzando a crecer.

AF: ¿Y cómo haces un shopping de madera o una torre de madera?

LC: Nosotros estamos haciendo un barrio en la zona de Camino de los Horneros, que se llama Olivos de los Horneros, y ahí vamos a hacer un Clubhouse que va a ser espectacular para los que estén en el barrio. Y es todo madera.

Claro, hacer una torre de muchos pisos de madera es más complicado. Hay que ver, hoy todavía no me animaría, pero edificios chicos ya se están planificando y la madera tiene un impacto del medio ambiente muy diferente y puede hasta ser un tema que compita en costos en el corto a mediano plazo.

AF: De lo que vos soñás para Montevideo ¿hay algo que le puedas contar al que te está viendo?

CL: Yo he tenido la suerte de que las cosas que he ido soñando las hemos ido haciendo. Hoy en la zona del World Trade Center tenemos seis torres que cada vez que las miro me llenan de orgullo. Hay espacio para algo más, me gustaría construir algo más. Está pegado a Montevideo Shopping y veo ahí muchas cosas que tuvieron mucho que ver. La calle Bonavita es una calle que no hemos ensanchado, a pedido de intendencia, pero ahora lo hicimos nosotros. Si me paro ahí veo torres y veo shopping. Y la verdad que es hasta emocionante.

Me encantaría que Montevideo tuviera vías de circulación mejores que las que tiene, que el tiempo de traslado fuera menor al que hoy es necesario tener. Porque Montevideo ha tenido un flujo de crecimiento de vehículos espectacular, una disminución del uso del transporte público y Montevideo ya no es aquella ciudad tranquila de hace 20 años, donde uno iba a un lugar y a otro y no teníamos entrenamientos, hoy ya no es más.

AF: ¿Y cómo haces eso? ¿Hacia arriba no te queda otra?

CL: De pronto, no sé, es difícil. Existe Avenida Italia que es el eje de transporte este oeste de la ciudad que podría tener alguna vía más rápida y una vía más lenta. Capaz eso significa hacer algo más alto. Hay que ver mucho también que esas cosas a veces dividen la ciudad en dos, el sur y el norte, con lo cual yo estoy hablando como simplemente un usuario de la ciudad. Pero hay muchas cosas que me gustaría para que Montevideo solucione su tema de tránsito, que Montevideo solucione su tema de limpieza, que Montevideo solucione su tema de seguridad.

Hay muchas cosas en que Montevideo sería mucho mejor si las tuviéramos un poquito mejor de lo que hoy las tenemos.

AF: ¿Tuviste algún ídolo de Nacional? ¿pediste foto o autógrafo o camiseta?

LC: No soy de pedir muchas fotos, pero la foto con Luis Artíme la tengo y la foto con Luis Suárez la tengo. Ahí tengo dos ídolos que se llaman igual que mi padre, los dos Luis. Pero tengo amigos en el fútbol y tengo jugadores que admiro y que quiero mucho.

AF: ¿ Y cómo es tu relación con Peñarol? Porque yo me construyo por el otro. Boca no sería sin River y Peñarol no sería sin Nacional y viceversa.

LC: Igual acá, igual acá, uno no puede existir sin el otro y lo lindo es competir, lo lindo es que gane uno y gane el otro. Lo lindo es que la alegría vaya por barrios. Y si Peñarol gana se lleva más plata y eso nos preocupa.

AF: ¿Qué tiene que ver el dinero?

LC: Si Peñarol se consagra campeón, nos van a tomar el pelo durante un tiempo y está bien, son las reglas del juego. Pero eso no sería lo más peligroso, eso dura un tiempo. Ahora, si Peñarol se consagra campeón, nos saca una ventaja económica muy importante. Nacional que tiene dificultades financieras, entonces esa ventaja es dos, tres, cuatro años ganando. Entonces uno tiene que razonar a largo plazo hasta en el fútbol.

Hoy nosotros estamos preocupados por el presupuesto mensual que se fue a 900 mil dólares, y uno de los candidatos dice, tiene que ser 500. ¿Cómo hacemos? Ahí está el problema de los cuadros que tienen poco dinero, los presupuestos uruguayos son muy chicos y entonces cuando hay un flujo de Libertadores es el mundo. Los derechos de televisión y Libertadores para un cuadro de fútbol son el gran tema.

AF: Un tipo como vos, experiente, empresario, contador, pero hincha de fútbol también, en Argentina se está dando un fuerte debate sobre la entrada de las sociedades anónimas deportivas. Lo plantea Milei, lo plantea el gobierno actual, yo me opuse. Estoy a favor de las asociaciones civiles sin fines de lucro, me crié en un club así, ¿qué te parece eso?

LC: Sin duda el ideal es el mismo que tú querés, el ideal es ese. Yo soy hincha de Nacional, voy a ver a Nacional, si tengo que ir a jugar al tenis, voy a ir a jugar a Nacional. ¿Por qué? Porque soy hincha, porque hay un tema que se llama pasión y la pasión no va con la sociedad anónima deportiva. Va mucho más con ser hincha del cuadro.

Ahora, en un país como Uruguay, tan pequeño, con solo 3 millones de habitantes, con un producto bruto que no es demasiado grande, tener cuadros de fútbol con potencial económico es complicado. Y entonces si uno quiere hacer un campeonato donde participen 10, 12, 14, 15, 16 cuadros en primera división y otros tantos en la B, tiene que haber alguna solución económica que les permita vivir. Y a veces transformarse en sociedad anónima deportiva permite, que haya equipos que puedan sobrevivir en este entorno, tener equipo competitivo y poder jugar. Acá en Uruguay hasta ahora no ha ganado ningún equipo que sea de ese estilo.

En Uruguay, no sé, el 88% de la población es de Nacional o de Peñarol. Los de Peñarol van a decir que son la mitad, bastante más uno. Los de Nacional decimos lo contrario. Yo creo que sí, creo que hay un poco más de hinchas de Peñarol, pero no importa. Somos los dos más grandes. Y entre los dos más grandes hemos ganado siempre.

Entonces, hoy acá la pasión del hincha llega al equipo y el equipo es el que gana. Pero hay muchos cuadros que si los hinchas son pocos, si hacés un partido, tenés una canchita y tus hinchas que van al partido son mil, con mil entradas o con mil socios no pagás ningún equipo. Entonces necesitas de alguna manera otra fuente de financiamiento.

AF: Un placer hablar con vos.

LC: Faltó un solo tema: mi familia.

AF: ¿Cuántos hijos tenés?

LC: Tengo seis hijos y los seis trabajan conmigo. Y es algo raro eso. Tengo cuatro primero y dos después, misma señora, no hubo cambio de administración. De 30 hasta 47 años: cuatro varones y dos mujeres, los seis de Nacional.

AF: ¿Trabajan todos con vos?

LC: Tengo un ingeniero que está al frente de obras y tengo cinco que son todos contadores y que todos están en el área comercial de los shoppings, en el área inmobiliaria de edificios. Hacemos un trabajo equipo muy bueno con otra gente que no son hijos y que también se integran, tenemos un directorio grande.

AF: ¿Nietos cuantos tenés?

LC: 17. Y va a haber más porque todavía tengo un hijo que no empezó.

AF: ¡Qué linda familia tenés! Dejame sacar esta cuenta. Son 17 nietos, más los 6, son 23. Más tu mujer…

LC: Más 5 parejas 28 más mi mujer y yo: 30. Nosotros hacemos un viaje y somos 30. Nos vamos de vacaciones y buscamos son uno alquila por allá todo para estar cerca por 10 días, después de 10 días cada uno se va a su lado. Pero, pero nos gusta hacer cosas juntos. Mi señora viene de una familia con varios hermanos, entonces el trabajo en equipo con ella también va a en estas cosas.

AF: ¿Tenés locación para todo?

LC: Los sábados se almuerza en casa pero comemos solo los grandes, los chicos vienen comidos.

En casa vamos a la mesa a comer y la mitad del tiempo hablamos de trabajo. Es la vida de todos los días, está mi señora para cambiar el tema y ahí ya no vamos a todo el tema fútbol.

AF: Carlos un enorme gusto.

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