El diputado del Partido Colorado Sebastián Sanguinetti presentó un proyecto para modificar las leyes de tránsito y seguridad vial con el objetivo de “educar” además de “multar”.
La iniciativa contiene dos artículos: uno que permite la sustitución de multas clasificadas leves por un curso de reeducación vial y otro que establece la obligatoriedad de un taller de concientización para quienes les sea suspendida la libreta por conducir bajo los efectos del alcohol o drogas.
“La seguridad vial en Uruguay enfrenta desafíos significativos que requieren atención urgente”, señaló Sanguinetti –que es suplente de Felipe Schipani– en la exposición de motivos.
El legislador consideró que la mayoría de los accidentes siguen teniendo como principales factores causantes la “imprudencia y las malas prácticas de conducción” por lo que es fundamental “avanzar en el camino de mejoras e innovación en políticas de seguridad vial”.
A su vez, mencionó que desde hace años se viene discutiendo la implementación de un sistema de libretas de conducir por puntos, y recientemente se ha avanzado en su regulación, pero aún no ha sido implementada.
“Nuestra iniciativa busca aplicar desde ahora los beneficios de este enfoque preventivo y educativo, mientras el país sigue avanzando en la implementación de la libreta de conducir por puntos. Así, aseguramos que los conductores infractores reciban formación en seguridad vial, sin depender de plazos inciertos o de demoras en la implementación de otras reformas”, indicó en el texto.
Las modificaciones
El proyecto supone incorporar un artículo a la ley para que los infractores puedan sustituir, por única vez en el año, una multa de tránsito de hasta 8 UR por un curso de reeducación vial siempre que la infracción “no haya causado heridos o muertes y sea considerada leve”.
“Esta medida garantizará que los conductores infractores tomen conciencia de sus errores y adquieran herramientas para una conducción más segura, en lugar de limitarse al pago de una sanción pecuniaria”, escribió el diputado.
Planteó que el curso sea diseñado y supervisado por la Unasev y deba contar con al menos 6 horas efectivas de formación. “La aprobación del curso será un requisito indispensable para evitar la aplicación de la multa original, asegurando que esta opción no se utilice de manera oportunista”, agregó.
La segunda parte del proyecto consiste en una modificación del artículo que penaliza la conducción habiendo consumido alcohol o drogas.
Actualmente, la normativa establece la suspensión de la habilitación para conducir. Sanguinetti plantea que haya una instancia educativa que permita generar “conciencia en el infractor sobre los riesgos de su conducta”.
“Proponemos que, durante el período de suspensión, el infractor deba asistir obligatoriamente a un taller de concientización sobre los peligros de la conducción bajo los efectos del alcohol y otras sustancias psicotrópicas”, señaló y consideró que para garantizar una “formación efectiva” deberá tener una “duración mínima” de 10 horas.
“La obligatoriedad de esta formación busca no solo sancionar, sino también modificar el comportamiento del infractor a largo plazo, reduciendo la posibilidad de reincidencia”, dijo y relató que hay experiencias positivas en España y Suecia que demuestra que la combinación de sanciones con programas de educación obligatoria disminuye la repetición de este tipo de infracciones y mejora la seguridad vial.