Tras la muerte de José “Pepe” Mujica, ocurrida el martes 13 de mayo en Montevideo, mandatarios de toda América expresaron su pesar a través de redes sociales, especialmente en X (ex Twitter), con mensajes cargados de admiración por su figura política, su coherencia ideológica y su legado humanista. Sin embargo, no todas las voces se hicieron oír con la misma intensidad, y algunas ausencias destacaron por su peso simbólico.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, habló de Mujica como un "gigante de América" y destacó su ejemplo ético y su compromiso con la justicia social. Desde Brasil, Lula da Silva escribió una sentida despedida en portugués, recordando que Mujica fue "una de las almas más generosas" que conoció. También lo despidieron los mandatarios de Bolivia, Luis Arce; de República Dominicana, Luis Abinader; de México, Claudia Sheinbaum, y de Honduras, Xiomara Castro. Desde Paraguay, Santiago Peña compartió una foto con el expresidente uruguayo. Incluso Mauricio Macri, Alberto Fernández y Cristina Kirchner, exmandatarios argentinos, publicaron unas breves palabras de respeto.
Desde Estados Unidos no hubo mensaje oficial del presidente Donald Trump ni de la Casa Blanca, pero sí se expresó la embajadora en Uruguay, Heide Fulton, quien destacó el legado de Mujica en la justicia social y su “impacto duradero”.
En Colombia, si bien el presidente Gustavo Petro no publicó un mensaje personal en redes, la Cancillería emitió un comunicado oficial lamentando la pérdida y recordando a Mujica como un referente para los pueblos de América Latina. A diferencia de lo que ocurre con otros mandatarios, la relación entre Petro y Mujica no estaba marcada por tensiones, y el gesto institucional fue visto como una muestra de respeto.
Distinto fue el caso del presidente argentino Javier Milei, quien no solo evitó expresarse públicamente, sino que tampoco participó, en marzo de este año, de la asunción de Yamandú Orsi, el nuevo presidente uruguayo y sucesor político de Mujica. La Cancillería argentina emitió un escueto comunicado protocolar en nombre del Gobierno, pero el silencio de Milei resaltó en contraste con los mensajes emotivos de sus pares regionales. La distancia política entre ambos había sido explícita: Mujica había calificado a Milei como un “contrapeso muy negativo” para América Latina, acusándolo de querer “fracturar” los vínculos regionales. Incluso lo comparó con Hitler, al señalar que su ascenso era consecuencia de la desesperación generada por la hiperinflación.
La frialdad oficial contrastó aún más con el mensaje del militante libertario Daniel “Gordo Dan” Parisini, cercano al oficialismo, quien celebró la muerte del expresidente uruguayo con un provocador “uno menos”.