Las elecciones municipales de este domingo, esas en que los ciudadanos uruguayos eligieron a los gobiernos locales, fueron una demostración de uruguayez. No solo porque la lentitud en el proceso de municipalización hizo que un tercio de los votantes no haya podido elegir a su alcalde, sino porque los ganadores y vencedores dan cuenta de una segregación partidaria que viene sedimentándose hace años.
El escrutinio primario de la Corte Electoral basta para conocer a 132 de los 136 alcaldes electos. El Municipio F de Montevideo, Nueva Palmira en Colonia, San Javier en Río Negro y Mataojo en Salto penden del conteo definitivo (aunque, a priori, el Partido Nacional se llevaría dos de ellos y el Frente Amplio los otros dos).
El Frente Amplio es, en esencia, un partido metropolitano. Pese a que aumentó la cantidad de municipios en juego, y bajo la hipótesis de confirmarse el escrutinio primario, el partido de coalición de izquierda logró en 2025 la misma cantidad absoluta de alcaldes: 32. Y de ellos 24 están en Montevideo o Canelones (su bastión).
En la capital del país pareciera haber una barrera en el eje de avenida Italia. En la costa sureste (Municipio CH y E) votó mejor la Coalición Republicana. En el resto, y sobre todo hacia la periferia, sufragó mejor el Frente Amplio. Incluso recuperaría el Municipio F (salvo que el conteo de los votos observados escape a la tendencia histórica).
En Canelones el Frente Amplio es fuerte en la costa, en el principio de la ruta 5 y en el comienzo de la ruta 8. De ahí que se haya quedado con el novel municipio Del Andaluz. Pese a ellos perdió en Atlántida, Empalme Olmos, Los Cerrillos y 18 de Mayo.
La Coalición Republicana, en cambio, mejora su performance en el santoral y los ejes de la ruta 6 y ruta 7. Conquistó Toledo, mejoró en un tramo de la ruta 5 (por cierto se quedó con el novel municipio Juanicó) y solo se desdibujó en Montes (que pasó a ser de la izquierda).
Los nuevos gobiernos locales
Salvo en Montevideo, Canelones y Maldonado, el resto de Uruguay está más desmunicipalizado que municipalizado. Es un “gran agujero” de representatividad, sobre todo en las capitales departamentales
Para esta edición se crearon 11 nuevos municipios. Hubo otros tres en discusión parlamentaria que no llegaron a formalizarse para las elecciones de este domingo. El Partido Nacional se quedó con nueve, el Frente Amplio con uno y el restante fue para la Coalición Republicana.
Como lema, la Coalición Republicana le arrebató al FA cinco municipios de Canelones, retuvo otros ocho de ese departamentos que en 2020 eran gobernados por alcaldes blancos, mantuvo dos gobiernos locales de Salto y dos de Montevideo que hace un lustro había competido como Partido Independiente.
El tamaño (en lo municipal) importa
“La aprobación aumenta entre aquellos que residen en localidades muy pequeñas y medianas del interior del país. En los municipios menos poblados la nueva figura del alcalde se ha vuelto un referente político para la comunidad”. Y eso no pasa en la capital del país.
Eso dicen los politólogos Ernesto Nieto y Antonio Cardarello a juzgar por las consultas de opinión pública. Y la participación en las elecciones municipales pareciera darles la razón. Cuanto más grande es el municipio (medido en cantidad de habilitados para votar), menor es la aprobación.
Los datos que El Observador procesó junto al politólogo Juan Ignacio Pintos comprueban una tendencia histórica:
En los municipios más pequeños (con menos de 5.000 habilitados), la participación en las elecciones del tercer nivel de gobierno promedió el 70,5%. En los medianos (entre 5.000 y 20.000 habilitados), se situó en 61,4%. En los grandes (20.000 a 50.000), fue de 51,1%. En los muy grandes (de 50.000 a 100.000) cayó a 44,6%. Y en los de Montevideo descendió a 33,5%.
El Municipio CH fue el que escapó a la regla con una participación mayor a cuatro de cada diez habilitados.
¿Qué pasó en tu municipio? En la siguiente tabla interactiva podés entretenerte: