Qué la inocencia le valga. El escritor estadounidense Mark Twain decía que el 28 de diciembre “nos recuerda lo que somos durante los otros 364 días del año: inocentes”. En Uruguay, como en otros países —sobre todo de Hispanoamérica—, cada trasantepenúltimo día del año se da rienda suelta al “engaño sin maldad”, a despertar la curiosidad y a reflexionar que, en épocas de superabundancia de información, la verdad, el chequeo de los datos, y los hechos son clave para la vida en una sociedad democrática.
En El Observador intentamos —a veces con más acierto y a veces con más error— explicar en español este mundo convulsionado, que cambia al ritmo frenético de algoritmos, de teorías conspirativas o títulos engañosos. Tratamos de volver al verbo, a la acción, sobre los adjetivos calificativos.
Y para que este no sea un simple clickbait —cebo de clics como le dicen los españoles—, a continuación le explicamos con un antiguo artículo de este medio cuál es el origen de la fecha y por qué el Día de los Inocentes se celebra el 28 de diciembre.
Hay que caminar con cuidado. Cada 28 de diciembre, las bromas están a la orden del día y las redes se tapizan de noticias falsas. No son pocos los que caen en ellas, y más son, todavía, los que deciden impulsarlas. No hay intencionalidad maliciosa detrás, o ganas de apuntalar el auge de las fake news, sino una tradición que se remonta a varios siglos y, aunque pocos lo sepan, tiene un origen cristiano: el Día de los Inocentes.
La razón por la que las bromas se asocian con este día ha cambiado a lo largo de los años, pero lo que sí hay es un hecho bíblico puntual que impulsó la celebración: el decreto Herodes, rey de Judea, de asesinar a todos los niños menores de dos años para, así, asegurarse que en la masacre infantil también caería Jesús, a quién ya le habían adelantado que sería el nuevo "rey de los judíos". La Iglesia Católica impulsó este día como el de los Santos Inocentes para recordar a todos los niños que murieron bajo el impulso del rey.
Y aunque, como se dijo, el origen de la tradición de hacer bromas o chistes en este día es más difusa, también puede que exista un posible vínculo con ese día fatal para los bebés de la región que vio nacer a Jesús tres días antes.
Antes de bajar el pulgar, incluso antes de conocer que Jesús había nacido, Herodes fue visitado por los reyes magos de Oriente, que llegaban a la región a visitar al hijo de Dios recién nacido. Cuando le explicaron al rey quién era ese niño y en qué se convertiría, Herodes lo juzgó como una amenaza para su trono, y les pidió a los magos que volvieran luego a su palacio y le dijeran dónde podía encontrar a Jesús. Ellos le dijeron que sí, que lo harían, pero jamás volvieron. Por ese engaño es que Herodes toma su terrible decisión, y también por eso es que hoy, al parecer, las bromas están a la orden del día.
De todas formas, el Día de los Inocentes del 28 de diciembre es una celebración Hispanoamericana; se celebra en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba y Ecuador, El Salvador, España, Filipinas, México, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y en Venezuela, entre otros.
En otras partes del mundo, en tanto, el día elegido es el 1 de abril y se conoce April Fool's Day (EEUU y Reino Unido), Pesce d´aprile (Italia), Poisson d´avril (Canadá) o Día de mentira (Brasil y Portugal).
* El título, imagen y bajada de esta nota fue elaborada por un niño de 10 años y una niña de 13 años, quienes, con esa inocencia de los más pequeños, se prestaron para pensar más allá de la inmediatez.