El niño se acerca por atrás con una bandera del Frente Amplio en la mano. En medio del barullo, Yamandú Orsi está firmando cuanta remera o foto le ponen delante. Pero antes de que él llegue a toparse con los colores de Otorgués, el diputado suplente Eduardo Varela ataja al niño y se deshace de la bandera: no es un acto partidario y puede poner al presidente en un aprieto innecesario.
En Salto además del calor típico del litoral norte acentuado por el veranillo que se instaló esta semana, hay una campaña electoral que se vive en plena ebullición a pocas horas de que empiece la veda.
El presidente, el activo político más importante que tiene el Frente Amplio, aterrizó sobre las 9 de la mañana en un avión de la Fuerza Áerea.
—¿Te sacaste foto con el presidente? —pregunta una funcionaria del Hospital Regional de Salto al guardia de seguridad.
—Noooo.
—Ah, ¡no te quisiste sacar!
Trecho que camina Orsi, trecho que sus custodios tratan de despejar con amabilidad, para agilizar los interminables pedidos de foto. Como su antecesor Luis Lacalle Pou, y como cualquier dirigente de esta nueva época, no hay selfie que el presidente rechace.
A donde va Orsi van los tres candidatos a intendente del oficialismo salteño: Álvaro Lima (el delfín de su hermano Andrés), Gustavo Chiriff (Partido Comunista) y Ramón Fontinciella (Raíces). Otros militantes aprovechan a llevar la bandera frenteamplista.
En la Escuela 120 están al tanto de que sobre la mañana va a llegar el presidente de la República y le escriben al encargado del aeropuerto de Salto para confirmar su arribo. Para esa hora arriesgan a sacar a todos los niños al patio a saludar a los vehículos que agarran la ruta hacia la ciudad. Primero titubean, pero Orsi decide bajarse a saludar y el momento de euforia queda registrado ante las cámaras.
En la radio Arapey -donde concede su primera entrevista como presidente- no pierden oportunidad de pasar a saludar los dos candidatos de la Coalición Republicana: el nacionalista Carlos Albisu (el favorito) y el colorado Marcelo Malaquina. El primero, pese a que en pocas horas va a recibir fuertes críticas de un jerarca de gobierno, no duda en subir a su Instagram el instante en que se abraza con Orsi.
La campaña se siente en los altoparlantes y en la cartelería de cada esquina. Hasta se huele en las dos calles recién asfaltadas por la intendencia salteña en el humilde barrio Horacio Quiroga. Pocas cuadras más adelante Orsi hace su última parada del día en un bullicioso gimnasio Bernasconi para entregar en comodato un terreno de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) al club de baby fútbol Salto Nuevo.
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Presidencia de la República/Camilo Dos Santos
Orsi revela que su hija también empezó a jugar hace poco y que ahora lleva a sus mellizos a la cancha los fines de semana, una "caricia al alma" al ver "cuánta gurisada que se junta".
De hecho, en esta tarde de jueves está apurado por volver a subirse al avión para llegar a verlos jugar. El calor es sofocante y más aún con las decenas de niños y adultos que buscan su selfie con el presidente.
Al filo de la elección
Por la mañana, el presidente acompaña a la ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, y el presidente de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), Álvaro Danza, a anunciar varias mejoras edilicias en un Hospital Regional de Salto en el que se atienden más de 80 mil personas del norte del país. La directora del centro lo elogia por ser "el primer presidente de la República que visita" el hospital "en la historia".
Por la tarde aplaude la investidura de Gonzalo Casaravilla como presidente de la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande. El expresidente de UTE hace un duro discurso centrado en la gestión anterior que bien podría ser una oratoria de campaña, más cuando refiere al favorito para quedarse con la intendencia, quien hace dos años tuvo que renunciar con casi todo el Parlamento en su contra luego de una treintena de designaciones directas en la comisión binacional, varios de ellos militantes del sector Aire Fresco.
Casaravilla cuenta que le pidió al chat de inteligencia artificial crear un resumen de Salto Grande por las diez principales noticias del organismo, y que allí concluyó que "la imagen está dañada". "No vamos a hacer clientelismo político (...). Ninguno de los tres delegados por Uruguay vamos a usar nuestro puesto de responsabailidad de gestión pública como trampolín político", promete el nuevo jerarca, quien endilga a su antecesor (sin nombrarlo directamente) haber legado "un decálogo de las cosas que no hay que hacer".
Días antes Orsi estuvo también por Rocha, Río Negro y Soriano, al tiempo que en Salto lo consultan sobre la oportunidad de acudir a un departamento con una contienda departamental pareja a pocas horas de la elección. "No, pero lo que pasa es que el que visualiza que politizar es algo negativo, yo ahí discrepo. Acá han venido varios candidatos y yo como jefe de gobierno tengo la obligación de, por ejemplo, instalar la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (...). Y está bueno que vengan actores políticos, que el expresidente (Lacalle Pou) recorra".
Desde Presidencia remarcan en tanto que las recorridas de Orsi signarán todo el período y que son parte de una nueva "impronta".
Por otro lado, el exintendente de Canelones es consciente que la lógica de mayo es distinta a la de octubre y noviembre. Como él mismo previno a los legisladores frenteamplistas, y como parece estar por suceder en Salto, hay gente que "va a festejar dos veces" si en sus pagos gana un nacionalista.