El jueves 1° de agosto, Valeria Ripoll se reunió con los legisladores del Partido Nacional para hablar de la campaña y transmitirle su interés por encabezar recorridas “mano a mano” para tomarle el pulso a las demandas de la sociedad. “¿Cuándo arrancamos?”, preguntó uno de ellos. “Ya. La semana que viene”, contestó ella, casi sin dar tiempo a armados o planificaciones previas.
La anécdota fue contada por el diputado Gabriel Gianoli durante una reunión con vecinos del Complejo América a la que asistió El Observador y en la que transmitió sus disculpas por la convocatoria “sobre el pucho” e ilustra la voluntad de la compañera de fórmula de Álvaro Delgado de “salir a la cancha” para intentar conectar con personas que no apoyaron a los blancos en las internas.
La exdirigente sindical dedicó martes, miércoles y jueves a recorrer distintos municipios de Montevideo. Acompañada de alcaldes, diputados y ediles, mantuvo reuniones en casas de vecinos, asambleas pequeñas en los barrios y recorrió asentamientos y locales comerciales.
“Vengo a hacer una campaña de cercanía”, dijo en el barrio Lavalleja –municipio G– ante unas veinte personas, en su mayoría mujeres de origen humilde. Junto al diputado Pedro Jisdonian y el edil Rafael Seija, la candidata a vicepresidenta tomó nota de reclamos de los vecinos sobre asuntos de seguridad, problemas con las viviendas y asuntos municipales como calles, falta de luz o poca recolección de basura.
Un hombre le contó que era el único al que lo habían intentado desalojar por tener una bandera del Partido Nacional mientras a sus vecinos no le hicieron problemas y otro cuestionó que a veces entre la intendencia y el gobierno nacional se pasaban la pelota con los reclamos.
“La intención es escucharlos a ustedes”, expresó y planteó que no quería escuchar “solo lo bueno” sino principalmente “lo que no esté funcionando”. “Situaciones de seguridad, problemas con una escuela o liceo. Lo que esté sucediendo. Hoy somos gobierno, hay cosas que se pueden plantear”, señaló.
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Los vecinos del Complejo América –donde viven unas 5 mil personas en Colón– le contaron, a modo de ejemplo, que ven agravada la inseguridad y que los narcotraficantes están echando “a punta de pistola” a deudores para ocupar sus casas o usarlas de aguantaderos.
Uno de los responsables de la comisión directiva relató que en los últimos días la policía había tenido que hacer siete u ocho allanamientos simultáneos y planteó si podían explorar la posibilidad de volver a tener una comisaría móvil en la puerta, algo que existía pero fue dejada a un lado. Destacó que habían instalado cámaras para disuadir y que los ruidos de las “mulitas” –como le dicen a los narcos que distribuyen en moto– incluso molestaban a las familias que buscan descansar.
En Lavalleja, barrio al que llegó tras recorrer el asentamiento La Vía, Ripoll destacó el Plan Avanzar y preguntó por qué a pesar de vivir de “forma espantosa” la gente seguía votando al Frente Amplio. “Prometen cosas que nunca cumplen y les renuevan la confianza”, exclamó.
La candidata cuestionó las demoras de la izquierda por erradicar a la población de los asentamientos y narró varios episodios que le contaron de familias afectadas por la plombemia, entre otros problemas.
Durante las reuniones, buena parte de los vecinos le plantearon dificultades para acceder a pasividades o pensiones por incapacidad. “La gente a veces no puede ir hasta el centro a la sede del BPS”, resumió Jisdonian en uno de los encuentros.
Mala votación
Si bien dos de los municipios que recorrió –el E y el F– están gobernados por el Partido Nacional, los blancos votaron peor que la coalición de izquierda en casi todo el departamento en estas internas. Únicamente ganaron en Punta Gorda y en Punta Carretas.
En algunos barrios como Peñarol, Lavalleja o Colón, la diferencia orilló los 60 puntos porcentuales de ventaja para el Frente Amplio, una distancia que fue utilizada por Delgado para argumentar que los nacionalistas necesitaban “cambiar de paradigma” y “abrir las tranqueras” para poder ganar la elección.
Siguiendo esa idea, en una entrevista con El Observador, Ripoll señaló que debían "apropiarse y replantearse" la forma en que hacían “campaña en Montevideo”.
Este jueves, durante la recorrida, dijo que las propuestas de un partido debían hacerse “desde lo que la gente plantee” y recordó que en su trayectoria como dirigente sindical había aprendido que “la mejor forma” era hablar con los trabajadores “en su lugar de trabajo” y “ver sus experiencias”.
“No que me lo digan por teléfono sino con el conocimiento del territorio”, subrayó y aseguró que ese aprendizaje podía traspolarse a los problemas cotidianos de la gente. “Volveremos a venir”, se despidió en la casa del barrio Lavalleja, mientras que en Complejo América, Gianoli aseguró que intentarían que la próxima fuera junto a Delgado y con mayor planificación.