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16 de julio 2024 - 11:05hs

Valeria Ripoll se pone en el lugar de “los otros” para reconocer que su designación como compañera de fórmula de Álvaro Delgado pudo haber generado “sorpresa y malestar” entre los dirigentes blancos.

Dice que los comprende y que, con el paso de los días, la intensidad ha ido disminuyendo. Que la espuma bajó porque empezaron a conocerla y escucharla. “Hoy, de hecho en el directorio fue un clima súper lindo”, cuenta.

Tras haber dado una serie de entrevistas junto a Delgado, Ripoll recibe a El Observador en la sede de bulevar Artigas y Chaná para hablar mano a mano durante casi una hora. Responde sobre la salida de Gabriela Fossati, su vínculo con el Partido Comunista, el Frente Amplio y la gestión de Carolina Cosse en Montevideo.

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Adelanta que los blancos deben “apropiarse y replantearse” la forma en que hacen campaña en Montevideo –ciudad que conoce y trillará– y asegura que las “políticas sociales” serán uno de sus grandes temas durante los próximos meses.

A continuación, un resumen de la entrevista de Valeria Ripoll con El Observador.

Embed - Entrevista a Valeria Ripoll, candidata a vicepresidenta por el Partido Nacional PRUEBa

¿Cómo sentís que cambió el clima desde el día que Delgado te anunció hasta hoy que estuviste en el directorio?

Fue bajando la intensidad y también esto de haber ido a distintos plenarios de algunas listas que no había ido y que la gente me escuche, conozca mi historia (hizo que cambiara). Esa sorpresa inicial que puede haber generado en alguno hasta malestar, y que es entendible, fue pasando y hasta los comentarios de la gente cuando hago una publicación o lo que sea, son comentarios sumamente favorables. Bajó esa espuma de los primeros días y hoy, de hecho en el directorio fue un clima súper lindo, de unidad, hasta de hablar algunos dirigentes que también habían tenido militancia gremial o estudiantil, que no era para nada un demérito el estar en el Partido Nacional y venir de la militancia social y sindical.

¿Llegaste a percibir hostilidad?

No, conmigo hostilidad no. Ese día no tomé personal lo que sucedía, también estoy acostumbrada a otro tipo de elecciones y al resultado de una asamblea, que a veces trabajás para que tenga un resultado y tiene otro. Los que esperaban que quizás fuera otra persona que estuviera en la fórmula y no yo, creo que también hay que ponerse en el lugar de la gente. Me imaginé que sería como terminó siendo, que iban a ir pasando los días, la gente iba asimilando los resultados, me iba escuchando, el que no me conocía, capaz que me conoció un poco más.

¿Sentís que se está haciendo un clic?

Sí, creo que hoy ya no se parece en nada al lunes posterior a la elección.

¿Qué rol vas a tener en la campaña? ¿Te imaginás yendo a recorrer Montevideo y la zona metropolitana o siendo una fórmula que vaya a todos lados? ¿Cómo lo van a conjugar?

No tengo claro todavía cómo se va a armar la campaña. Al interior fui en dos de las giras, la idea después de decidir militar en la política era vivirla realmente, no estar desde acá viendo lo que pasaba en el país. Entonces, también eso me sorprendió mucho lo que te conoce la gente, el cariño. La verdad que me sentía abrazada, para decirlo de alguna forma, después de haber tomado la decisión de estar en el partido.

Me interesa personalmente trabajar fuerte en Montevideo y la zona metropolitana, porque entiendo que ahí hay mucho para hacer. Hay mucho camino para transitar por parte de todo el partido. Me parece que hay que apropiarse de Montevideo, quizás más de lo que se viene haciendo, y replantearse la forma en la que se hace la campaña en Montevideo porque es bien distinta a cómo se hace en el resto del país

Montevideo no me es ajeno, todo lo contrario, tengo mucha gente que quiero ir a visitar, lugares a los que quiero ir donde he trabajado y bueno, después supongo que será combinado. Parte la haremos juntos y parte separados cubriendo distintos públicos

Cuando Delgado anunció la fórmula habló de ‘cambiar de paradigma’. ¿Habías sentido la necesidad de que el Partido Nacional se tuviera que abrir también?

Vengo de un proceso de decepción con la política de hace unos cuantos años, no es de ayer. Después que me fui del Partido Comunista no volví a militar en política y ese proceso que viví acercándome a este gobierno buscando soluciones vinculadas a la militancia en discapacidad me hizo ver la política desde otro lado. Estaba acostumbrada más a lo municipal, a lo vinculado a la forma de hacer política del Frente Amplio que es bien distinta a la que tiene el Partido Nacional.

Ese preconcepto que te lo instalan dentro del movimiento sindical de que este gobierno iba a ser el que iba a barrer con todas las políticas sociales, con los beneficios, antitrabajador, y la realidad es que cuando yo fui a golpear la puerta no fue con lo que me encontré.

¿Qué cambió? ¿Cambió que pasaron a ser personas o pasaron a ser ideas?

Lo primero fueron personas: Beatriz (Argimón), Álvaro (Delgado), el propio presidente que es el que termina poniendo a Álvaro como cabeza de este grupo de trabajo que nos recibe para buscar soluciones sobre la discapacidad. No es que la primera vez que golpeé puertas fue con este gobierno, golpeamos con todos los gobiernos y cuando golpeamos puertas del Frente Amplio a nosotros no se nos abrieron. Y tenían todas las posibilidades. No es un tema que es el centro de la campaña, no genera votos. O te importa o no te importa. Y la verdad que encontré gente que le importaba el tema y ahí fue digamos la apertura.

Preguntaba lo de la idea porque cuando Gabriela Fossati renunció al Partido Nacional hizo un comentario que quería saber cómo te cayó. Conozco muy bien las estrategias de los comunistas y gremialistas se infiltran y destruyen.

No la conozco a Gabriela. No lo tomé para mí porque no soy comunista.

Pero gremialista sí.

Para mí la actividad gremial no es mala palabra, los sindicatos no son una mala palabra. Vos podés tener diferencias con los dirigentes sindicales, pero los sindicatos, el movimiento sindical es una herramienta necesaria. Tampoco el Partido Nacional está en contra de (los sindicatos). Si vos escuchás hablar a Wilson en viejos discursos, y no porque esté en el Partido Nacional, pero lo decía claramente: el rol de lo social, de los sindicatos. Una cosa es el comportamiento de algún dirigente que podés no compartirla, como me pasaba a mí con la cúpula del PIT-CNT, pero nada tiene que ver con la actividad gremial en sí.

Comparar a un dirigente sindical con un dirigente comunista, no tiene que ver una cosa con la otra. Hay sindicalistas que no son comunistas y comunistas que no son sindicalistas, no podés meter dos cosas bien distintas en la misma bolsa.

Sí comparto con ella la parte de que muchas veces el Partido Comunista, no como infiltrados, pero tiene una política de estar dentro de los sindicatos, de ir por el poder en los distintos lugares. Lo viví en la Federación de Municipales en ADEOM, en el propio PIT-CNT, pero nunca de pensar que vas a meter a alguien en otra partida.

Me parece muy rebuscado, la verdad no lo comparto, puede ser que ella no estuviera bien después del resultado electoral o que realmente no le gustara la fórmula. La verdad no fue de los comentarios más felices o de los términos más felices que utilizó, pero todos somos libres y si ella hoy se siente mejor donde está, maravilloso.

Si decidís que querés ser un dirigente político, renunciá a tu sindicato y dedicate a ser dirigente político, busca cambiar el país y la realidad de la gente desde la política. Si decidís que querés ser un dirigente político, renunciá a tu sindicato y dedicate a ser dirigente político, busca cambiar el país y la realidad de la gente desde la política.

¿Seguís pensando que no hay independencia de clase en el PIT-CNT?

Sí claro, estoy convencida.

¿Pero eso por qué?

Porque lo viví de adentro, hay una dependencia y una connivencia con el Frente Amplio. Por la resolución del Congreso que dice ‘estar en el mismo bloque social y político de los cambios que el Frente Amplio’.

Para mí el movimiento sindical y los partidos políticos tienen que ir por caminos diferentes, en algunas cosas podrás encontrarte, pero formar parte del mismo bloque social y político te condiciona. Pasó con la LUC y ni que hablar la participación directa del PIT-CNT en campañas electorales. No es saludable, no representa a todos los trabajadores, no todos los trabajadores del país votan al Frente Amplio.

Si sos dirigente sindical no podés ser dirigente político, no podés estar de los dos lados del mostrador. Si decidís que querés ser un dirigente político, renunciá a tu sindicato y dedicate a ser dirigente político, busca cambiar el país y la realidad de la gente desde la política.

¿Sentís que podés ser la ‘ventana’ de todos los trabajadores que no se sienten parte del PIT-CNT?

No en un rol gremial, pero creo que hay muchos trabajadores que tienen esta forma de pensar. Al ser dirigente nacional tantos años tengo claro que un montón de trabajadores en el país que no se sientan representados y muchos de ellos están a regañadientes dentro del PIT-CNT porque pertenecen a su sindicato de base pero no comulgan con esto de ir atrás según lo que decide el PIT-CNT con dirigentes políticos que están de los dos lados del mostrador.

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¿No se lo demoniza al Partido Comunista?

No, no es un demonio, es la realidad. La semana pasada entregué a la nueva mesa de la Federación Nacional de Municipales que asumieron los compañeros de Flores y ya por ejemplo habían compañeros que estaban ahí que son de distintas diligencias de Adeom que tenían los mensajes del Partido Comunista citando para hacer un frente para quedarse con la conducción de la Federación.

Cuando te consultaron sobre tus posicionamientos previos respondiste que estabas hablando por el sindicato. ¿Cuál era el pensamiento de Valeria Ripoll?

Hay de las dos situaciones.

¿Seguís pensando que las LUC son malas?

Adeom tenía una definición, que era ir contra toda la LUC. ¿Por qué? Porque si vos habías demonizando la herramienta de la LUC como instrumento de muchos artículos sobre muchos temas en un proceso rápido de tiempo, no podías después ir contra la mitad de los artículos. Era incoherente al momento explicarle a la gente y pedirle la firma a la gente. La gente te decía, ¿por qué no vas contra toda la LUC si la LUC es nefasta?

Posición personal mía en realidad sobre la LUC, creo que no manifesté nunca, la verdad no me acuerdo exactamente si en algún momento dije ‘yo personalmente creo’.

Si presidís la Asamblea General podrás estar a cargo de liderar la aprobación de otra LUC. ¿Cómo ves que se use el instrumento para mandar un programa de gobierno o al menos una parte?

Es lo correcto, el Parlamento es el lugar que tiene que debatirla y aprobarla.

¿Está bien el plazo de tiempo?

Creo que lo que pasó con esta LUC es que no estábamos acostumbrados a que el Parlamento trabajara de esta forma. El desconocimiento de cómo se iba a procesar, qué iba a cambiar en la vida de las personas generaba la incertidumbre. Hoy que tengo la posibilidad de ser candidata a vicepresidenta de la República luego de discutida, aprobada y puesta en marcha una LUC, te puedo decir que el resultado fue bueno para la gente.

Lo que se le dijo a la gente en la campaña de la LUC que iba a suceder y después que la ponés en marcha no pasó absolutamente nada, nobleza obliga, creo que se equivocó el movimiento sindical y el Frente Amplio, pero no lo van a reconocer. Yo que fui parte hoy tengo que reconocer que nos equivocamos.

¿Los sindicatos tienen que formar parte de la gobernanza de la educación?

Siempre fue algo que me sonó... no comparto el cogobierno entre los sindicatos y quienes tienen que gestionar. Las responsabilidades uno se las tira al otro, entonces nunca está claro quién es el responsable de las decisiones que se toman.

Si uno vota a alguien para gestionar es quien tiene que gestionar. Y el rol de los sindicatos puede ser proponer, estar en representación de los trabajadores y llevar adelante la propuesta de los trabajadores pero los roles están claros. Los cambios en la LUC están correctos.

El 1 de mayo te vi cantar La Internacional.

Sí.

¿Cómo comulga ese pensamiento de La Internacional con el ingresar en un partido en el que buena parte de las definiciones se toman por ser nacionales, es decir, que cada lugar tiene sus propios problemas y soluciones.

Sigo estando dentro del colectivo trabajador más allá de ser candidata a vicepresidenta. Vengo de ser parte del sindicato, de militancia de casi la mitad de mi vida, obviamente no voy a rechazar lo que fui y donde estuve y además aspiro desde mi rol a poder representar a todos esos colectivos que tienen una debilidad clara con respecto al resto.

No me rechina La Internacional como no me rechinaba estando dentro del movimiento sindical que cada partido tenga su impronta, sus marchas, sus canciones, sus himnos, cada uno expresa con la alegría que da cantar cada uno de sus himnos. Voy a luchar toda mi vida por los pobres del mundo. No voy a dejar de luchar por los pobres de este país porque esté en el Partido Nacional. Todo lo contrario, creo que tengo una oportunidad mucho más grande de poder realmente cambiarles la vida y eliminar la pobreza que la que podría tener desde el movimiento sindical.

Las estrofas de abrazar el socialismo, capaz que no.

Y no, capaz que no. Convengamos que yo no estaba afiliada al Partido Comunista porque quisiera en mi país un régimen comunista. Uno cuando toma la decisión de militar en un partido no es porque está a ese nivel de ideología. Si te encontrás con cosas que no compartís, como me pasaron a mí, ahí es que resolví irme. Y además el Partido Comunista tiene un peso ideológico gigantesco, que te condiciona al momento de tomar decisiones.

Entiendo que por eso algunas personas –como Gabriela Fossati– piensan que tenés cierto bagaje ideológico detrás.

Lo que pasa es que si vos me conoces de lo que ha sido mi impronta hasta dentro del propio movimiento sindical, siempre fui de ir a buscar, conciliar, no romper. Nunca fui ultra.

Pero te han dicho ultra.

Por estar En Lucha, pero no es ultra, está el sindicato de la bebida, Richard Read, Joselo López. Sí hay un ala ultra que es de la corriente más minoritaria, la de ‘los ocho, que capaz que puede representar un poco más esa idea.

En Lucha era como una bisagra, sindicatos de una historia un poco más tranquila en cuanto a las medidas y que no comulgaban con esto del movimiento sindical de la mano del Frente Amplio.

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Gustavo Zubía te definió como ‘izquierda plena’. ¿Cómo te definís ideológicamente?

No me considero de izquierda plena, sí me considero una persona que estuvo en la izquierda y que hoy me veo representada por el centro del espectro político. En algunos momentos puedo compartir algunas ideas de centro y en algún momento, porque no es mala palabra (de izquierda), lo que pasa es que acá ponemos como izquierda versus derecha y en Uruguay no hay una derecha como podemos pensar en otros países.

Cada vez más en este país se amplía el centro del espectro político, gente que no quiere tener una etiqueta de un lado o una etiqueta del otro o que no siempre está de acuerdo en todo con alguien o en contra de otros entonces para mí no son saludables las etiquetas no las comparto y si estuve en la izquierda mucho tiempo y de la izquierda me fui y de hecho la izquierda con todo lo que se supone que debería de hacer una izquierda me decepcionó.

¿Qué otros temas, además de la discapacidad, querés impulsar en campaña?

Todo lo que tiene que ver con políticas sociales: adicciones, salud mental, liberados de prisión, pobreza, pobreza infantil. Son áreas con las que he trabajado directamente vinculado a lo que ha sido mi trabajo social. Lo laboral también, vengo de ahí y todo lo que tiene que ver con pensar en modificaciones en las relaciones laborales, en la forma del trabajo y el futuro.

¿En qué estás pensando ahí específicamente? ¿O qué luces amarillas ves que es necesario que el Uruguay ataque?

Creo que hay discusiones que hay que dar, la reconversión.

¿Las seis horas?

Hay que dar el debate del cambio de la jornada laboral, que puede ser a seis horas de trabajo, pero puede ser también según cuál es el rubro de trabajo de más horas durante algunos días y algún día menos de trabajo. Hay que dar debates más profundos, hay mucha gente que hace teletrabajo, el mundo del trabajo cambió y uno tiene que acompasar eso y me parece que son discusiones bien interesantes, debates para poner arriba de la mesa en el próximo periodo, tenemos toda la oportunidad de dar ese debate.

¿Cómo terminó tu vínculo con Carolina Cosse? Con la persona y con la política.

Con la persona, la realidad es que nos vimos muy pocas veces. Ella puso en la Intendencia de Montevideo a Jorge Mesa en gestión humana, un director que respeto muchísimo y valoré muchísimo durante toda la gestión de esta administración.

¿Son separables los elogios a Mesa de Cosse?

Sí, claro. Creo que a Cosse le elogio haber puesto a Mesa porque se sacó todo lo que tenía que ver con el trato con el sindicato de arriba. Como secretaria general de Adeom la vi tres veces durante todo el periodo y una de esas fue cuando firmamos el convenio. Los problemas no llegaban a ella porque Mesa cumplía ese rol.

Después en la gestión sinceramente tenía mucha más esperanza al inicio en cosas que había planteado.

¿Como en qué?

Nos escuchó mucho en la limpieza y en las fiestas tuvo mejores resultados, pero hubo un momento que no me preguntes qué pasó, que hizo como un quiebre y volvimos a lo mismo. Se nota en la limpieza de la ciudad.

Lo que contesta ella es que tenía unas ideas mediante el préstamo BID, que el Partido Nacional no le votó.

Ellos nos dijeron que todo lo que estaba pensado en el préstamo BID lo iban a hacer con el préstamo del Banco República pero cuando vos llegas al punto de que parte de esa transformación eran los camiones de levante lateral que pidieron y compraron camiones de levante lateral para uno menos en la tripulación y hoy sale ese camión y atrás tienen que sacar un auto con otro funcionario y nadie se hace cargo.

¿Pero eso quién lo hizo mal?

La intendencia.

¿Pero quién?

El que hizo la compra, el área de limpieza, el técnico, alguien, pero no hay una figura que se haga responsable. Vos precisas un camión para tres y compras uno para dos y está claro que el trabajo no lo vas a poder hacer. Es irracional pensar que tenga que salir otro vehículo atrás con el otro funcionario.

El tema de que tanto Martínez como Cosse se presentan a la campaña electoral departamental pensando en su candidatura saca de foco la gestión departamental.

¿Ese fue el cambio que decías?

Creo que sí. En un principio había planteado que se iba a quedar hasta el final, pero hace más de un año que no le importa la gestión de Montevideo, que está enfocada en su candidatura. Lo de pedir licencia y no renunciar, especulando a ver qué era lo que iba a hacer, como que Montevideo era el colchón por si le iba mal y no había acuerdo en la fórmula, volvía y seguía siendo la intendenta por un tiempito, me parece una falta de respeto a los montevideanos.

Y además, lo que pasó con TV Ciudad, nunca visto en la historia. Un conflicto de trabajadores denunciando que había políticos vetados de la oposición, que no podían ser entrevistados. Más contratos en el área de prensa y comunicaciones para cubrir a Carolina, el ABC, que en realidad es un invento. Es una etiqueta de campaña. Los montevideanos merecían otra cosa. El resultado de la gestión es malo.

¿Qué reproche tenés para los otros intendentes? Pienso por ejemplo en la ley para transparentar ingresos. ¿Esa ley la votarías?

Así como está no.

¿Por qué?

Tiene que ver con venir del movimiento sindical.

Pero son concursos.

Sí, pero ojo con eso. Porque yo lo dije en la comisión de legislación en el Parlamento que se precisa una ley, pero no se puede hacer una ley aislada de lo que pasa con los ingresos de funcionarios. Si le complico la forma de ingreso a los intendentes, pasa lo que pasa en la Intendencia de Montevideo, Canelones, que te hacen ingresar por cooperativas, ONGs, las fundaciones.

¿En Rocha no?

Como la Fundación a Ganar en Rocha y en otros departamentos, que yo misma la cuestioné y no me retracto de lo que cuestioné, pero es que lo que pasa en Montevideo que tiene en el entorno de 7.000 funcionarios contratados con este mecanismo, es prácticamente el doble de los funcionarios municipales y eso pasa solo en Montevideo.

Yo he visto unos porcentajes que son descabellados de ingresos directos.

Bueno, ahí está vinculado a que si yo pido un acceso a la información, los ingresos directos puedo saber dónde están, cuánto cobran y qué tarea hace. Si yo le pido a la intendencia un pedido de informe de cuántos funcionarios tienen ingresados por cooperativas, por ONG, no te lo van a dar. ¿Cuánto gana cada uno? ¿Dónde está? ¿Qué tarea hace? Entonces, es militancia...

Si lo que se quiere es regular la situación de las intendencias, hay que legislar, pero tomando en cuenta todo esto. Los concursos en el Estado son lentos, también son permeables a irregularidades

¿Pero son la mejor forma?

Es la mejor forma y de hecho por la que peleé toda mi vida. Yo ingresé por esa forma también pero lo que digo es si yo solo regulo el ingreso del funcionario por concurso y por sorteo dejo toda esta canilla abierta por el costado que lo que pueden llegar a hacer los intendentes, en lugar de complicarse en hacer una convocatoria contratan una ONG y no hacen el sorteo.

En realidad lo que hace –esa ley– es un parche declarativo del problema, pero les deja la oportunidad de tomar gente en las sombras. Entonces, si queremos discutir la función municipal y la función del empleado público, creo que hay una discusión más seria, mucho más profunda, y donde tienen que participar directamente los intendentes. Este proyecto se hizo a espaldas de los intendentes.

Capaz que será la primera prueba para una vicepresidenta, la capacidad de poder articular con los intendentes y con los parlamentarios una reforma.

Temas:

Valeria Ripoll Partido Nacional Álvaro Delgado Carolina Cosse

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