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"Carmen", un ballet con carácter y pasión

Montada por el Ballet del Sodre, la obra logra un despliegue seductor que nunca pierde sofisticación
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18 de agosto de 2016 a las 05:00

Para la coreógrafa Marcia Haydée, la expresividad es la clave. "Yo no voy a escoger a una compañía que no tenga sentimientos", había comentado. "Primero voy, veo a los bailarines, conozco al director, y sé si quiero o no hacer mi versión". Con una semana de funciones de la Carmen de Haydée en su haber y una agenda que se extenderá hasta el domingo, el Ballet Nacional del Sodre (BNS) ha demostrado con creces tener la emotividad que la artista buscaba.

Inspirada en la obra maestra de Georges Bizet y en la novela de Prosper Mérimée, Carmen sigue los pasos de un personaje del mismo nombre, una gitana seductora y desafiante que es arrestada tras una pelea. Es ese hecho el que desencadena el resto de la narrativa al acercarla al estoico sargento don José, que poco a poco se enamorará de ella, aunque sus celos terminarán dominándolo.

Con la primera bailarina María Noel Riccetto y el solista Sergio Muzzio liderando uno de los repartos, la obra logra el máximo de pasión y seducción sin perder el refinamiento connatural al ballet. Ambos, prodigiosos en su técnica y en su interpretación actoral, logran perfilar personajes radicalmente diferentes, que dejan entender, ya desde su primer encuentro, que la tragedia es algo asegurado.

Empero, a golpe de vista, quizá sea Riccetto la que más llame la atención al representar un papel radicalmente diferente tanto a su persona como a lo más recurrente en su repertorio. Usualmente delicada y sutil, Riccetto adopta la mayor de las fortalezas para desarrollar un personaje sensual, apasionado y, sobre todo, desafiante. La Carmen de la bailarina, que comprende perfectamente quién es y qué quiere, seduce no solo con una coreografía de caderas contoneantes y piernas dominantes, sino también con gestos, con miradas que engatusan. Sin embargo, su Carmen nunca llega a la vulgaridad, sino que se presenta como el equilibrio perfecto entre una mujer salvaje y una bailarina.

Pese a la transformación artística de Riccetto, el arco narrativo más importante es el del don José de Muzzio, que pasa de la rigidez de un sargento a la locura de un hombre consumido por los celos, pasando por el fervor de un enamorado. Al igual que Riccetto, Muzzio acompaña su despliegue técnico con una expresividad precisa para cada momento, aunque su personaje, en aquel recorrido que debe realizar, puede experimentar con una paleta mucho más rica. Incluso en los últimos momentos de la obra, cuando don José es decididamente diferente al hombre que solía ser, se ven en sus movimientos algunos vestigios de su estoicidad pasada, un gran detalle coreográfico de Haydée, que convierte a sus bailarines masculinos en una fuente insólita de emoción.

Nina Queiroz, con el rol de Micaela, la prometida de don José, también logró lucirse, especialmente al establecer un fuerte contraste con Carmen. Su Micaela es pura y etérea, con pies que se despegan del suelo sin problema, mientras que Carmen parece mucho más anclada a lo terrenal, en lo visceral. Ciro Mansilla también logra un inmejorable trabajo como el hombre que despierta los celos de don José, Escamillo, encarnando en sus movimientos decididos pero fluidos el garbo de un verdadero torero. El cuerpo de baile, en tanto, también impecable en su técnica, acompañó el espíritu de cada escena con su propia dosis de interpretación, pese a padecer leves destiempos.

El trabajo de la Orquesta Sinfónica del Sodre, bajo la dirección de Martín García, también fue uno de los más loables de la función, en tanto que vestuario y escenografía encantaron desde el contraste, desde lo inusual. La apuesta escénica de los talleres del Sodre tendió a depurar con estilo, mientras que la vestimenta acaparó la vista. Los vestidos de las gitanas, de colores intensos, sin tutú sino con faldas, no solo se mostraron apropiados para el contexto, sino perfectos para el tipo de movimiento que planteó Haydée: libre, ante todo.


Datos

Funciones dobles el sábado y el domingo hasta el 21. Entradas con precios entre $ 160 y $ 810


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