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18 de marzo 2019 - 5:00hs

El economista argentino de BBVA Research Juan Manuel Manias considera que el consumo se deteriorará este año y que la inversión privada estará “planchada” hasta que la construcción de UPM empiece a mover la aguja sobre fin de 2020.

Destacó, en una charla que ofreció la semana pasada a clientes en Dolores, que la volatilidad en el tipo de cambio dirá presente en el año electoral de Uruguay y Argentina.

Desde su punto de vista, esa inestabilidad juega en contra para la reelección del presidente Mauricio Macri en la vecina orilla. Lo que sigue es un resumen de la entrevista que Manias concedió a El Observador.

¿Qué perspectivas tiene para la economía uruguaya este año y el próximo?

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Esperamos un crecimiento de 1,3% para 2019 y de 1,9% para 2020. Ese 1,9% era un 2,2% hasta hace unos meses, pero lo corregimos por el empeoramiento global del la economía. El mundo se pone un poco más complicado. Hoy el mundo es incertidumbre. No se termina de dirimir nunca el tema Trump, China y aranceles, está el brexit que no se sabe para donde puede escapar, y hay algunas cuestiones arancelarias entre EEUU y Europa en el sector automotriz. Eso genera ruido y al final del día siempre los sectores exportadores terminan sufriendo, algunos más, otros menos. La idea en perspectiva es que el año que viene Uruguay retomaría un crecimiento similar a 2018 (que se estima será de 2%).

¿Qué comportamiento espera para dos motores como el consumo y la inversión privada en 2019?

El consumo va a tener un desempeño peor que el año pasado porque hubo un deterioro importante del poder adquisitivo. No va a traccionar de la manera que lo hizo en otros años. También se espera una leve erosión del mercado de trabajo con aumento del desempleo. Es muy raro que el consumo tenga un cambio de tendencia en el corto y mediano plazo. Y la inversión privada va a estar planchada y va a ser bastante pobre, salvo algún arranque muy fuerte de la pastera o del ferrocarril. Pensamos que la planta de UPM se va a hacer y se espera que algunas obras del tren empiecen hacia finales de 2019 o principios de 2020. Pero el impacto fuerte va a empezar sobre el último trimestre de 2020.

La pasada semana se conoció que la llegada de turistas argentinos cayó 40% en enero y febrero. ¿Qué perspectiva hay en el corto y mediano plazo para este sector?

No tenemos una estimación en ingresos, pero se lo puede mirar por cómo va a evolucionar Argentina. Estimamos para 2018 una caída del PIB de 2,4% y este año de 1%. Va a mejorar el ingreso por una mejora de la actividad hacia fin de 2019, pero no creo que recupere los niveles que tenía antes. Uruguay se encareció y el año que viene va a seguir caro respecto a Argentina. No vemos que el turismo se recupere de una manera importante. Va a seguir deprimido, en un nivel de vacas flacas, al menos desde la parte de los argentinos.

¿Qué tanto riesgo hay de que Uruguay pueda perder el grado inversor?

No vemos riesgo de que Uruguay pueda perder el investment grade en el corto y mediano plazo, dadas las fortalezas que creó, sobre todo financieras. Tiene tiempo para poder solucionar el problema sin recurrir a recetas extremas. Pero la trayectoria que tiene el déficit y la incapacidad del gobierno de poder llevarla por donde quería es lo que enciende cierta preocupación hacia el futuro. Ese déficit se paga tomando deuda y eso genera una trayectoria de sostenibilidad de la deuda que al momento del investment grade es un factor determinante. Perderlo sería un costo altísimo para Uruguay. El gobierno que está no va hacer reformas y el próximo no creo que aborde una terapia de shock y salga un día a hacer recortes. A partir de quién gane hay que fijarse qué herramienta utiliza para cambiar la goma; si va a usar un gato o le va a poner ladrillos y lo va a tener arriba. Todo el arco político sabe cuál es el problema. La diferencia está en cómo se va a atacar.

En Argentina hubo en los últimos días un nuevo empuje del dólar. ¿Qué se puede esperar en los próximos meses y en año electoral?

Una cosa que van a compartir Argentina con Uruguay este año no solo son las elecciones, sino también la volatilidad en el mercado de cambios. Volatilidad en magnitudes uruguayas y en magnitudes argentinas. Todas las elecciones generan un poco de ruido y esta no va a ser la excepción. Hace también al folclore de una elección tener ruido en el mercado. Y en especial en Argentina y en Uruguay donde pensamos todo en dólares. En Argentina va a ser muy alta y ya dio muestras estos días. Argentina tiene asegurado el financiamiento por todo el 2019 y no necesita salir al mercado para financiarse. También faltan todavía los dólares de la cosecha que este año va a ser buena. Hay una provisión de dólares importante. Puede haber días de mucha volatilidad, pero también si uno mira después que se implementó en octubre el nuevo esquema cambiario con las bandas y la zona de no intervención, el dólar se pegó en la banda inferior y el BCRA tuvo que salir a comprar para que suba. Lo vemos en alrededor de 49 pesos argentinos a fin de año.

También en Uruguay el dólar dio un salto en los últimos días...

Creo que el Banco Central no ha dado muestras de querer frenarlo. Lo que sí ha tratado es de bajar la volatilidad. Pero también, en un año de elecciones un dólar retrasado reditúa porque hacés que todos se sientan más ricos por un tiempo. El BCU lo va a dejar mover. Estimamos que va a terminar cerca de $ 34,8 y eso da una devaluación muy cercana a la inflación. Para el BCU lo que se leería es como que hoy el valor está en equilibrio para la economía uruguaya en promedio. Es lo que se deja ver en lo que hace. El BCU habla por sus intervenciones, los momentos y las cantidades. Ahora si hace una cosa y piensa otra estamos más complicados.

¿Cuánto puede pesar la inestabilidad cambiaria en las chances reeleccionistas de Mauricio Macri?

Mucho. A veces la volatilidad termina desanclando las expectativas. Y las expectativas de inflación para cualquier candidato no son gratis. Lo primero que hace la volatilidad es cortar cualquier plan de inversión porque no sabes dónde te deja parado y tenés que esperar a que se calme. Lo segundo es cuánto tarda en parar. Cuanto más tiempo de volatilidad es peor y le juega en contra a alguien que se postula como oficialista.

¿Han trazado escenarios que contemplen tanto el triunfo de Macri o una victoria de alguien emparentado con el peronismo?

Nuestro escenario base parte de que Macri es reelecto y de que se van a mantener las políticas. Se mantendría el acuerdo con el FMI. No habría un milagro de recuperación, pero iríamos a un producto bruto potencial de Argentina. En números, 2020 dejaría un crecimiento de 2%, 2,5%, y la inflación bajando a 20%, 23%.

¿Y si se presenta Cristina Kirchner y gana?

En números no tenemos nada. Lo primero que habría que saber es si rompe o no con el FMI. No lo sabemos. En Uruguay para cualquiera candidato que gane sabemos más o menos lo que va a hacer. En Argentina si gana otra persona que no sea Macri no sabemos qué puede llegar a hacer.

Camilo dos Santos

En Brasil hay más confianza en la economía. ¿Qué tanta paciencia pueden tener los mercados con Jair Bolsonaro y las reformas que tiene que hacer para mejorar el frente fiscal?

Va a depender de las señales que vaya dando, y del capital político que esté dispuesto a gastar o que puede tener para enfrentar este tipo de reformas que son de las más antipáticas. Cuando se hace política económica unos ganan y otros pierden. En este caso, tiene una sensibilidad especial porque es seguridad social. Brasil va a crecer y Bolsonaro va a hacer una reforma fiscal, pero no de la profundidad requerida. Ahí va a venir un poco de desencanto y el real va devaluar un poquito. La confianza del consumidor y de los empresarios es muy alta, lo cual da capital político. Pero también es como mirar de un balcón alto, es hermosa la vista, pero la caída es brutal. La confianza tiene ese doble juego.

¿Qué perspectivas hay para el precio internacional del petróleo y la soja?

El precio de la soja en el corto plazo está muy atado a la volatilidad que genera China y Estados Unidos. Vemos una recuperación que llegaría a US$ 345 a fin de año y daría un promedio de US$ 340 en el año. Y el petróleo en baja porque se van a distender algunas tensiones. Estados Unidos va empezar a exportar en algún momento y también bloqueos como las sanciones a Irán han dado muestra de que tampoco son tan rigurosas. Para Uruguay es un buen escenario.

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