¿Es apropiado reírse de Adolf Hitler?

La comedia es tragedia más tiempo, dice una frase que se le ha atribuido a varios humoristas. Quienquiera sea su autor, la máxima señala que, cuanto más lejana sea la tragedia (ya sea por razones sociales, geográficas o temporales), más fácil es poder reírse de ella. En este sentido, quizás uno de los temas más complejos para hacer chistes sea el nazismo. Pero eso, al menos en Alemania, parece estar cambiando.

En 2012 se publicó el libro Ha vuelto (editado este año en español), de Timur Vermes, que plantea el retorno a la vida de Adolf Hitler en la Alemania moderna. El líder nazi despierta (se da a entender que lo hace luego de haber muerto y ser incinerado) en un campo baldío tras haber viajado en el tiempo desde 1945 y comienza a recorrer una Berlín familiar pero a la vez radicalmente diferente a la que conoció: repleta de inmigrantes turcos, con una mejor situación económica, dispositivos tecnológicos que no entiende y una población desentendida de la política.

Tras ese impacto inicial, Hitler es "adoptado" por un kiosquero, que cree que se trata de un actor desahuciado. El comerciante lo contactará con un canal de televisión, donde se convierte en una figura popular, así como en YouTube. Los espectadores y los ejecutivos de la cadena lo adoran por lo que creen que son monólogos humorísticos.

El presente no lo entiende y él tampoco entiende demasiado al mundo moderno (aunque eso va cambiando), por lo que nadie lo toma como una amenaza real ni tampoco son capaces de determinar si es un actor, un loco o el verdadero Hitler.

Más adelante en la historia, Hitler comienza a ser tentado por todos los partidos políticos, que quieren contar con su respaldo. Contrariamente a lo que se podría pensar, en el libro el exdictador se siente más afín a los partidos ecologistas que a la extrema derecha.

Ha vuelto generó su buena dosis de polémica. Están los que lo consideran una obra divertida y aquellos

que consideran que el autor erra al pensar que Hitler es un personaje del que el lector puede reírse y afirman que la novela es exitosa solo por su protagonista.

Según el autor, la gracia que causa es relativa a la edad del lector. Vermes ha manifestado en entrevistas que cuanto más joven, más gracioso le parecerá, porque para los más viejos será como volver a vivirlo. "Muchos lectores creyeron que mi Hitler era demasiado real; era demasiado normal". Es que en el libro, el personaje es tanto un reflejo de la visión habitual que se tiene de él a través de películas, libros o series, como también un hombre raro y delirante, pero que se preocupa por la gente que conoce y aprecia, así como por su país.

Ha vuelto es tanto una sátira de la Alemania contemporánea y del nazismo como una novela comédica. Leer cómo Hitler crea una casilla de correo electrónico, se sorprende por la cantidad de programas de cocina que hay en televisión o llama "joven hitleriano Ronaldo" a un muchacho que lleva ese nombre en una camiseta de fútbol es hilarante.

Ese tipo de situaciones son explotadas por la versión cinematográfica de Ha vuelto, que en estos momentos se exhibe en los cines alemanes y que ha tenido tanto éxito como su original literario. A un mes de su estreno, encabeza la taquilla germana y lleva recaudados US$ 1,7 millones, mientras se proyecta su estreno en el resto del mundo (en Uruguay no tiene fecha pautada).

El filme tiene un estilo de falso documental al estilo Borat, con el actor Oliver Masucci como Hitler recorriendo e interactuando con los residentes de Berlín, que le piden fotos, lo filman, saludan o insultan.

De todas formas, el retorno de Hitler no se da solo en la ficción. El año que viene se liberan los derechos de autor de Mi lucha, el libro en el que el líder nazi explica sus pensamientos e iniciativas que pondría en práctica desde su llegada al poder, en 1933. Se publicarán nuevas versiones del libro, repletas de comentarios y análisis por parte de historiadores, que compararán lo planteado allí con la forma en la que Hitler luego plasmó esas ideas políticas, sociales y raciales.

Ha vuelto plantea una profunda pregunta ética: a 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, ¿ya es posible reírse de uno de sus grandes protagonistas? Para responderlo es importante tener presente que no se trata de la primera obra que se burla del nazismo.

Ya durante la guerra, el gobierno británico se reía de Hitler en afiches, por ejemplo. En los cómics, el Capitán América golpeaba al líder alemán en la portada de su primer número. Y Charlie Chaplin creó a Adenoid Hynkel, su satírica versión de Hitler para la película El gran dictador.

En los últimos años han surgido memes e imágenes en internet que tienen como protagonista a Hitler, siendo una de las más populares las reversiones de una escena de la película La caída, en la que el líder nazi tiene un ataque de rabia y grita durante varios minutos a sus subalternos. La escena se ha utilizado para referir a hechos políticos, deportivos o culturales y hasta se parodia en la versión fílmica de Ha vuelto.

Mientras en Alemania los partidos de ultraderecha han tenido un crecimiento (importante aunque relativamente limitado, considerando que estos movimientos han sido despreciados, rechazados y desalentados en el país desde el final de la Segunda Guerra Mundial), los alemanes comienzan a reírse de una de sus figuras más conocidas, pero también más oscuras.