Donald Trump se ha ido de la Casa Blanca como llegó: en medio de un gran escándalo y duramente enfrentado con los medios, los sectores biempensantes de la sociedad estadounidense y los poderes permanentes de Washington. El miércoles, al volar horas antes a Mar-a-Lago, se convirtió en el cuarto presidente de Estados Unidos en no asistir a la ceremonia de investidura de su sucesor.
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