"Las mujeres no tenemos que tratar de ser algo que no somos"

Hughes es una de las mujeres más influyentes del mundo de la moda latina. Nació en España, pero a los 11 años se mudó junto a su familia a México y tres años más tarde a Miami, Estados Unidos, en donde desarrolló casi toda su carrera. Aunque guiándose por su acento, uno podría pensar que “acaba de aterrizar de España”, como le dicen frecuentemente quienes no la conocen.

Fue directora de la revista Selecta durante cinco años, hasta que la editorial Condé Nast compró la compañía que desarrollaba la revista Vogue para el mercado hispano, y aceptó la oferta de dirigirla y crear “el nuevo tono y el diseño”. Diez años después, pasó a ser CEO de Condé Nast para México y Latinoamérica, cargo en el que estuvo cinco años, hasta que decidió hacer algo diferente con los 20 años de experiencia en el negocio editorial de revistas de moda.

Se convirtió en emprendedora, brinda servicios de consultoría para empresas y tiene su propio podcast, Eva Talks, en el que entrevista a personalidades de distintas áreas.

Hughes será una de las expositoras de la cuarta edición del America Business Forum, que se realizará el 22 de febrero en el Centro de Convenciones de Punta del Este. El Observador dialogó con la empresaria, que desde Miami compartió su experiencia profesional, sus proyectos y sus enseñanzas. 

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¿Cómo entró al mundo editorial?
Desde pequeña tenía una obsesión por las revistas. Yo me sentaba, cortaba las imágenes, las pegaba en papel blanco, escribía sobre esas fotos. Era verdaderamente un hobbie. Yo no estudié en la universidad, ni tampoco había previsto estudiar periodismo, porque nunca pensé en trabajar en una revista en EEUU. Cuando tenía 24 años, me convertí en directora de la revista Selecta en Miami, puesto que le habían ofrecido a mi hermana pero que ella no aceptó.

Acepté ser directora de la revista porque no tenía nada que perder, y todo por ganar. Hay una frase que dice “cuando te ofrezcan un trabajo, no lo pienses dos veces: acéptalo y aunque no sepas hacerlo, ya aprenderás”, y eso fue lo que apliqué. 

Y después vino el desafío de dirigir Vogue para el mercado hispano. ¿Cómo recibió la oferta?
No me lo imaginaba. En Vogue tenía que crear el tono, como lucir gráficamente para el mercado de Latinoamérica. Cometí muchos errores y aprendí mucho. Trabajé con gente increíble, que creo que es algo que me ha perseguido durante toda mi carrera. A los nueve años de estar en el puesto me mudé a México, porque hacía falta consolidar el producto en el mercado mexicano.

Al año me ofrecen el puesto de CEO de la compañía. Fue otro momento importante de mi trayectoria. Acepté el reto, con todo lo que eso conllevaba, desde la cultura corporativa, reestructurar y poder encaminar a la compañía hacia nuevas colaboraciones, contenidos y formas de trabajar, hacer los sitios web de la compañía, y más. Fueron muchos proyectos, muchos retos y aprendizajes. Alguna que otra lágrima pero muy necesarias para poder cuestionarme, salir adelante y demostrar lo mejor. 

¿Por qué decidió dejar de ser la CEO de la compañía?
Quería hacer algo diferente, utilizar las herramientas y mi experiencia para aportar de otra manera. Así fue como creé la compañía de consultoría Adira Consulting, también tengo los podcast Eva Talks, y participo activamente como oradora en conferencias y universidades.

Nunca pensé que iba a ser emprendedora, no creía que tenía en mí el gen el ser emprendedora e ir por mi cuenta. Había trabajado tantos años en el mundo corporativo. El primer paso fue enfrentar mis miedos, podía haber ido en búsqueda de un trabajo, pero era el momento y la edad para hacer otra cosa. El momento de ponerme a prueba, no agarrar el camino más fácil, sino retarme a mí misma. 

El día después que salí del puesto de CEO en Condé Nast, una persona me preguntó qué iba  a hacer en el futuro. Yo le dije “creo que no has seguido mi carrera, porque me estas preguntando qué voy a hacer ahora”. No me iba a quedar quieta. Lo más importante era encontrar un buen balance vida y trabajo, que creo que hoy es algo importante para conseguir el éxito y la satisfacción, que es diferente para cada persona. Es muy individual, tú decides qué es el éxito para ti. Tener el balance de vida, encontrarlo, es importante.

¿Alguna vez se sintió discriminada por ser mujer y ocupar posiciones de liderazgo?
Nunca lo sentí tan directamente, pero creo que es un desafío continuo. Cuando me convertí en CEO, algunas personas me veían y creían que no cubría los parámetros  que ellos esperan de un CEO. Tienen su idea de cómo debe lucir un CEO, y algo que aprendí después de varias situaciones es que tenemos que ser nosotras mismas. Si alguien nos considera emocionales, eso es lo que nos hace ser especiales y diferentes. No tenemos que tratar de ser algo que no somos, no tenemos que tratar de ser frías. Esa ha sido la parte más retadora e importante. Yo me vestía súper femenina, hay gente que no se permite maquillar. No importa cómo lo decimos, sino lo qué decimos; eso es lo que va a hacer la diferencia.

He sido una persona muy afortunada, y sé que no es  el caso para todas las mujeres. La mujer todavía tiene un rol clave en su casa, ocuparse de los hijos. Yo no tengo hijos, pero entendí esos retos y tuve empatía. Pero también entendí los desafíos que enfrentan los hombres.

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