¿Cuántos creen que son iguales al resto? y ¿quiénes creen que son distintos?, preguntó el conferencista, empresario y consultor español, Emilio Duró, a las cientas de personas que llenaban el salón de Kibón el martes de mañana en la asamblea de antiguos alumnos del IEEM. La mayoría levantó la mano luego de la segunda pregunta. "Somos tan egocéntricos que creemos que somos únicos. Somos todos iguales", enfatizó en un acento español cerrado quien es catalogado como gurú del optimismo.
Para Duró, esto es lo que lleva a que el éxito empresarial y profesional se pueda imitar. "¡No innoves, copia!" dijo ante la audiencia que permaneció atenta las casi dos horas de charla. Es una frase que repite en sus conferencias, que genera adeptos pero también detractores. "¿Quieres tener una panadería que funcione? ¿Busca las tres mejores y copialas", agregó. Como esta idea de imitación también aplica al éxito personal, aconseja a los directivos que cuando tengan que entrenar a un nuevo empleado, lo pongan siempre al lado "del mejor" de la empresa.
Según el español, copiar el éxito de los demás, es una de las claves para el triunfo empresarial. El primer paso para tener éxito, dijo, es "ser realista", es decir, "no negar la realidad en nuestro negocio". Con esto se refiere a que los genios "son pocos", y que normalmente el éxito se consigue copiando a los mejores. El segundo paso, es "definir qué se quiere hacer", ya que todas las personas -y empresas- tienen una definición de éxito distinta. El último paso, es "ir a esos lugares donde están los mejores en lo que haces, y copiar". "Si haces lo mismo que hace la gente a la que le va bien, ¿qué pasará? Te irá bien".
El fundador de Iter Consultores cree que la productividad está ligada a la felicidad. Por ende, el pesimismo conduce al fracaso. Opina que quienes tienen éxito suelen ser aquellos cuyo estado predominante es la alegría. Por esta razón también cree que las empresas deberían elegir a sus empleados por "coeficiente del optimismo" más que por el intelectual o técnico, ya que "la gente optimista tiene mayor rendimiento laboral, además de que viven más años", señaló Europa Press. No obstante, cree que el optimismo es, en parte, genético. "Una persona puede mejorar, pero si no tiene una familia optimista, nunca llegará a serlo", señaló.
También dijo en su charla en Montevideo que los "golpes en la vida" son emocionales, y no racionales. Por esto, cree que la educación tiene que ser emocional, y no racional. "Se nos ha educado para resolver problemas técnicos, pero no sabemos cómo convivir con situaciones emocionales que nos golpean", apuntó. Para Duró, "lo importante en el futuro no será lo que sabes, si no cómo te adaptes".
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