El Loco Gatti era un excéntrico. Se ponía vincha. Jugaba con el short cortito. Un día, defendiendo el arco de Gimnasia, le tiraron de todo en la cancha de Boca y voló hasta una escoba. El Loco la agarró y se puso a barrer los papelitos que estaban en el área. Pero lo que más volvía loca a la gente era que salía jugando con los pies o eludiendo rivales hasta la mitad de la cancha. En Uruguay tuvo en el Loco Ortiz a un imitador. Jugaba en Wanderers. Melena rubia. Salía eludiendo rivales y el técnico Etchegoyen se volvía loco.
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