¿El detalle? La lujosa suite cuesta US$ 10.500 por noche, con un mínimo de dos noches, y no aparece en el sitio web del hotel. No hay fotografías, ni descripción.
La suite Blue Lagoon es como una mezcla entre un número de teléfono privado y un asiento reservado para un invitado especial en un teatro: no se puede encontrar a menos que uno sepa que existe, y la reserva es solo por invitación. En los hoteles de alta gama de todo el mundo, estas habitaciones no publicadas son un elemento básico sutil, cuyas razones de ser son tan variadas como las habitaciones en sí mismas.
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De acuerdo con el el director de marketing del hotel, Mar Masson, la suite Blue Lagoon está pensada como el escondite máximo. Para quienes quieran pasar desapercibidos, una entrada privada y el helipuerto cercano permiten conexiones discretas y privadas desde el Aeropuerto Internacional de Keflavik.
La privacidad no es la única razón para no publicar una habitación, ya sea en el propio sitio de un hotel o en buscadores de hoteles. A veces se trata de proteger su activo más valioso.
"Digamos que tienes una suite superior que cuesta US$ 2.000", señala Stephen Brandman, quien dirige la empresa de gestión Journal Hoteles. "No queres que lleguen diez personas juntas y que cada una ponga US$ 200 para tener una gran fiesta. Una gran cantidad de estudiantes de bachillerato alquilan un penthouse, y de repente tienes un gran problema".
El profesor de hospitalidad de la Universidad de Nueva York, Bjorn Hanson, concuerda. "Las habitaciones que tienen algo frágil –obras de arte, un piano de cola Steinway– donde hay demasiado riesgo de desgaste se guardarán", sostiene. "No estarán disponibles para el público, sino que se asignarán a los VIP".
A menudo, este tipo de habitaciones reciben el nombre de "suites del propietario". En el Hotel Bennett, en Charleston, Carolina del Sur, que está próximo a abrir, por ejemplo, la suite de Michael Bennett de un dormitorio solo está disponible bajo petición especial. Incluso entonces, los huéspedes solo se confirman después de la aprobación personal del propio desarrollador.
En otras propiedades, se llaman "habitaciones de asociación", lo que significa que solo están disponibles a través de clubes de membresía exclusiva que requieren cuotas de seis cifras. En Paradise Beach en la isla caribeña de Nevis, dos de las nuevas casas de playa del complejo, construidas sobre pilotes en la orilla del agua, solo se pueden alquilar a través de Exclusive Resorts LLC, un club de vacaciones cuya cuota de incorporación es de US$ 125.000.
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