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2.000 kilómetros en tres días: Sartori y sus caretas para ganar la interna

El empresario hizo una gira de vértigo para animar a sus votantes, en un intento por ganar la interna blanca
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28 de junio de 2019 a las 05:00

“Tenemos que movilizar a todo el mundo a votar este 30 de junio (...) ¡Vamos a trabajar hasta el último día para ganar la interna!”, dijo el precandidato blanco Juan Sartori ante unas 150 personas que se reunieron el miércoles en la noche en la plaza 19 de Abril de la ciudad de Treinta y Tres. Eran las 21.30 y el termómetro marcaba 7 grados, cuando el empresario llegó a aquella ciudad en el marco de una gira relámpago que lo llevó a recorrer las 19 capitales departamentales en tres días.

La visita de Sartori rompió por algunos instantes la calma de una fría noche de miércoles en Treinta y Tres. La plaza estaba completamente vacía hasta que el empresario llegó con su comitiva integrada por cuatro autos, dos camionetas turísticas, un ómnibus y el escenario arrastrado por el pequeño camión. 

En la comitiva que acompañaba a Sartori viajaban dirigentes –entre los que se encontraban el ex legislador Alem García, el director de campaña del empresario, Óscar Costa, y la senadora Verónica Alonso–, personal de logística y seguridad, choferes y un equipo de prensa y redes sociales integrado por fotógrafos, cámaras y redactores. 

Paula, quien llegó junto a su madre y un hermano, dijo a El Observador que ella y su familia “van con Sartori” aunque explicó que no integra “una lista común”. A regañadientes admitió que forma parte de los “equipos de tierra” del candidato, que están formados por empleados que cobran $ 500 al día por reunir datos de posibles votantes y entregar la tarjeta MedicFarma, a través de la cual se les promete medicamentos gratis a jubilados y pensionistas. Finalmente, Paula, cuyo nombre debió ser modificado para esta nota, comenzó a reír de forma nerviosa, y pidió que se borre el audio de la entrevista. 

Las hermanas Mirta y Elva Pérez, de 74 y 76 años, en cambio, se definen como blancas de toda la vida y dicen que antes habían apoyado a Luis Lacalle Pou, pero que esta vez se decidieron por el empresario al ver “la falta de respeto” que mostraron con Sartori. “Vi en televisión el desprecio que le hicieron a Juan y eso nos hizo cambiar”, explicó Mirta. El hermano de ambas y el hijo de una de ellas integran una de las listas departamentales del candidato. 

Para las 21.50, el público ya se había dispersado y la ciudad volvía a la misma calma de siempre. Aquel había sido el último destino del segundo día de la gira, que horas antes de ese mismo miércoles había tenido al empresario devenido en político en Artigas, Rivera, Tacuarembó y Melo. Pero, todavía restaba un día más de recorrida. La jornada más intensa fue la del jueves, partiendo a las 4 de la mañana y finalizando a las 23.30, en un recorrido que incluyó Rocha, Maldonado, Minas, Florida, Durazno, Trinidad, San José, Canelones y Montevideo.

El último tirón 

El despertador sonó a las 3 de la mañana en el Hotel Treinta y Tres, donde Sartori y los integrantes de su comitiva descansaron unas pocas horas antes de emprender otra maratónica jornada. El primer destino sería la ciudad de Rocha, donde el candidato de Todo por el Pueblo había organizado una caravana matinal.

Sobre las 6.45 de la mañana el cielo estaba casi completamente oscuro y el termómetro marcaba 4 grados. A pesar del frío y lo inhóspito del panorama, a pocos kilómetros de la capital rochense cinco autos adornados con banderines y banderas con la leyenda de “Juan Sartori Presidente” esperaban al costado de la ruta 15, listos para sumarse a la caravana.

En un lugar ubicado en uno de los accesos a la ciudad por Ruta 15, la comitiva detuvo el paso para esperar la llegada de más militantes, mientras un hombre vestido con bombacha y boina intentaba dominar a un caballo mientras sostenía con su mano el pabellón nacional y la bandera celeste y blanca del partido al que Sartori se afilió hace pocos meses. En ese momento el empresario y su director de campaña bajaron del auto que los transportaba para saludar a ese militante con aspecto heroico, y tras de ellos fue un fotógrafo, un camarógrafo, al tiempo que gente del equipo de redes sacaba fotos desde su celular. 

Eran las siete de la mañana cuando la caravana entro con el ruido ensordecedor de las bocinas y una camioneta en la que viajaba Costa, Alonso, Sartori y García, mediante un parlante reproducía a todo volumen una frase de Sartori y una cumbia que invitaba a votarlo. Desde algunas de las viviendas ubicadas sobre la calle Ituzaingó se pudo ver a vecinos que se despertaban por el barullo, y husmeaban detrás de las ventanas de sus casas. 

Otilia González, una docente jubilada de 73 años, decidió madrugar este jueves y hacer presencia en el Polideportivo de Rocha, donde Sartori haría una parada de menos de media hora. “Normalmente me levanto a las 9, pero tenía que venir a apoyar, le han pegado tanto que merece todo el apoyo”, explicó.

Esta jubilada asegura que no es votante tradicional del Partido Nacional, y que de hecho en las pasadas elecciones internas había apoyado la lista del exvicepresidente Raúl Sendic. “Yo voté a Sendic y por eso estoy acá. No era del Frente tampoco, pero me gustaba la persona”, agregó.

A pocos metros de ella un grupo de unos diez jóvenes de no más de 30 años animaban al precandidato con cánticos y saltos. “¡Vamo’, vamo’, Sartori”. Son parte del equipo de tierra del precandidato, aunque se unieron a él recientemente, luego de que Verónica Alonso (a quienes ellos apoyaban en un primer momento) decidiera bajar su precadidatura. Uno de ellos dijo a El Observador que su trabajo es contarle a la gente quién es Juan Sartori, entregarles listas y tarjetas MedicFarma a aquellos jubilados que estén dispuestos a entregar sus datos. “Somos militantes pero trabajamos por el peso diario”, aclaró uno de ellos, que prefirió permanecer en el anonimato. 

Cuando Sartori terminó de sacarse fotos con sus seguidores, la caravana volvió a andar, esta vez rumbo a Maldonado. Sobre las 8.30, próximo a San Carlos, unos 14 autos se sumaron a la recorrida que empezó por Barrio Cerro Pelado y continuó luego por el Barrio Miguez, para terminar atravesando el centro de la capital departamental. Sartori, que como lo ha hecho a lo largo de toda su gira, se traslada junto a sus principales dirigentes en un escenario móvil adosado a un camión, del cual baja frecuentemente para saludar a aquellos que le muestran cualquier señal de aprobación. “¡Cuento contigo!”, dice el empresario con una sonrisa inalterable.

En el trayecto se sacó fotos con unas adolescentes que corrieron una cuadra para conocerlo, saludó a unos niños que jugaban en el recreo, y hasta a los militantes de un comité del intendente de Maldonado y también precandidato, Enrique Antía, que ha sido uno de sus mayores críticos.

Una caravana loca

En Minas, a donde llegó sobre las 11.50, Sartori eligió hacer buena parte de la recorrida a pie, saludando a personas que iba viendo a su paso, mientras que su esposa Ekaterina Rybolovleva entregó caretas con la cara del empresario. Cada escena, cada interacción, era registrada por su equipo de comunicación a través de foto y video. 

“A quién van a votar el domingo, ¿a Juan Sartori?”, le preguntó el empresario a unos niños que a esa hora salían de la escuela, en el Instituto Integral. En ese instante Ekaterina les entregó una careta con el rostro del empresario, quien para ese entonces ya saludaba a dos ancianos del otro lado de la acera. Sartori se sacó selfis con decenas de personas. 

En Florida, Mabel Cardozo, una mujer de 78 años que sobre las 14.40 esperaba el pasaje de Sartori por el centro de esa ciudad, conocía de memoria la gira que hizo el empresario. La maratónica caravana, que lo llevó a recorrer más de 2.000 kilómetros en tres días, fue –como él mismo lo definió- “el último esfuerzo” para lograr revertir la diferencia que todavía tiene con Luis Lacalle Pou. “Sartori es una cosa nueva, es distinto, me gusta su franqueza, lo veo clarito, transparente”, dijo Cardozo.

Cuando el barullo de los autos se disipó, algunos juntaban las listas del piso para votar y otros comentaban con humor el pasaje de aquel personaje que cambió la interna del Partido Nacional.

El Observador había sido invitado a viajar en el medio de transporte que el comando de campaña puso a disposición de la prensa para cubrir la gira de Juan Sartori por los 19 departamentos. La invitación implicaba viajar con el precandidato blanco en un ómnibus durante los tres días de recorrido. Sin embargo, un día antes de partir desde Montevideo, el comando retiró la invitación y señaló que no quería que el medio viajara en ese ómnibus, aunque no dieron explicaciones. A pesar de eso, El Observador viajó por sus medios para cubrir parte de la gira. 

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