Laura Bardier lleva ocho años al frente de Este Arte

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Laura Bardier: "A la hora de comprar arte el uruguayo es cauteloso, muy tranquilo y no va a exagerar"

La directora de Este Arte habla sobre el impacto de la feria, las repercusiones de la pandemia en el mundo del arte, el surgimiento del NFT y el lugar de las mujeres en puestos de liderazgo
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01 de febrero de 2022 a las 05:03

En todas las redes hay nodos. Para conectar, articular y potenciar cualquier actividad, siempre hay algunos puntos de referencia como pequeños motores que promueven la acción sinérgica. En los últimos ocho años Este Arte se convirtió, a pesar de las predicciones de los incrédulos, en un punto de relevancia dentro del mercado del arte en Uruguay y un trampolín hacia el exterior. O desde el exterior hacia Uruguay.

A comienzos de este año volvió al Centro de Convenciones de Punta del Este después de un año en el que la emergencia sanitaria impidió su desarrollo y en el que incursionó en una modalidad virtual que puso énfasis en la formación cultural y crítica del arte. El regreso superó las expectativas y la feria se fortaleció como un punto de referencia en cuanto a la divulgación del talento uruguayo.

¿Qué sucedió en el mundo del arte durante la pandemia? ¿Hay un futuro para los famosos NFT? ¿Cómo son los uruguayos cuando se trata de comprar obras? Laura Bardier, la mujer a cargo de Este Arte y especialista en curaduría de nuevos medios digitales, atendió a El Observador desde su apartamento en Nueva York para responder estas y otras preguntas. A continuación un resumen de la entrevista. 

Este Arte se ha ido consolidando como un punto de relevancia, tanto en la temporada de Punta del Este como en el circuito cultural ¿Cuáles considerás que son los cambios más importantes que han impulsado en el medio local?

Hubo dos grandes cambios, uno económico y otro cultural. Desde el punto de vista cultural, el primero es que estemos hablando del mundo del arte. Hace ocho años cuando empecé la feria la prensa me preguntaba qué celebridades venían, como si fuera una fiesta social como otras de Punta del Este. Este Arte es un evento social, pero es mucho más que eso. Que el público en general, no solamente el público especializado, sepa qué es un coleccionista o un curador, que existe un mercado del arte y que es una opción comprar obras es un cambio radical en la cultura y en la sociedad uruguaya al que creo que hemos contribuido fuertemente. Desde el punto de vista económico, cuando empecé la feria había dos galerías en Uruguay, solo dos que trabajaban con la mentalidad de elegir un artista, apoyarlo y promoverlo. Apoyarlo en la producción de la obra, en la participación a residencias, promoverlo en la inclusión de sus trabajos en colecciones privadas importantes o en colecciones de museos, que tengan exposiciones. Ese trabajo en conjunto entre la galería y el artista es un modelo de organización que es en cierta manera lo que promueve la feria. Pensamos que es la que mejor sirve al artista, que lo mantiene y lo ayuda a generar una trayectoria profesional a largo plazo. No se trata solo de vender, tener el dinero ahora y manejarse la manera cómo vivir en los próximos cinco años. Si tenés una galería que te apoya y tenés un compromiso de ese mediador a apoyarte por los próximos 10 años, la carrera del artista es mucho más sólida y se puede mantener. Y cuando en cierto punto se quiera jubilar, puede tener una estructura para poder hacerlo.

Al principio teníamos visitantes que venían a la feria como si fueran a una muestra de un museo, como si fueran al Blanes o al Museo Nacional. Luego de la primera edición se empezaron a dar cuenta de que las obras no solamente estaban para apreciar y aprender sino que también se vendían. La segunda edición se animaron y capaz que compraron una obra; ahora hay uruguayos que viajan a ferias internacionales en Miami, en Madrid o en Lima. Eso porque creó la idea de que es posible coleccionar arte. Es posible apoyar la cultura y participar del crecimiento de la cultura también. Cuando vos comprás una obra no solamente estás comprando una obra que queda bien arriba del sofá, que está bien también y es super válido, pero también sos parte de un circuito y estás contribuyendo a que la cultura crezca y que los artistas puedan trabajar. Generar un mercado uruguayo de coleccionistas o compradores de arte uruguayos es un cambio radical y no hubiera sido posible sin Este Arte.

¿Cómo es el público uruguayo en el mercado del arte?

Es un público que está empezando. El uruguayo en general es muy cauteloso, es muy tranquilo y no va a exagerar. El argentino o el brasilero no tiene problema en mostrar lo que está comprando y cuánto está gastando; al contrario, a veces hay una cultura de mostrar que tiene un poder adquisitivo alto o a veces hasta sobrepasa sus capacidades. Le gusta mostrar eso. Al uruguayo en general no. El uruguayo va a inversiones seguras y no necesita demostrar demasiado. No es parte de la cultura uruguaya mostrar cuánto uno puede gastar ni cuánto dinero tiene. ¿En los últimos años en Uruguay qué es lo que se vendía? Torres García, Gurvich, Figari… El público no apostaba a comparar artistas emergentes, jóvenes, en crecimiento. No se arriesgaba. Creo que con la feria estamos haciendo ese cambio en el mercado, instaurando la idea de que claramente hay una diferencia entre comprar un Torres García y un Rita Fischer, por ejemplo. Sí, ciertamente hay una diferencia, no solamente económica sino que uno puede decir "hay un poco más de riesgo, porque Torres García está consagrado". Por otro lado, los valores de las obras son diferentes. Hay un nivel de inversión mucho menor comprando Rita Fischer, Dani Umpi o Pablo Uribe por ejemplo. Pero al mismo tiempo las obras de ciertos artistas uruguayos establecidos van a crecer un poco más en el futuro tal vez pero no mucho más, en cambio estos artistas jóvenes si uno tiene la visión y la capacidad de arriesgarse un poco puede tener una recompensa mayor. Más allá de la inversión económica, es también el valor de haber contribuido a la carrera y el crecimiento de un artista.

¿Cómo fue el regreso de la feria en forma presencial este año después de haber hecho una edición virtual?

Fue un desafío muy importante. En algunos momentos dudé, era muy complicado y había mucha incertidumbre. Me sentí en la preparación de la feria casi como en la primera edición. Todo era incertidumbre: no sabía si iba a haber mucha gente o poca gente, si las galerías iban a poder llegar, si tenemos que cerrar las fronteras a último momento. Había un plan B, plan C y plan D. Pero los resultados fueron excepcionales. La feria quedó súper bien, estoy extremadamente contenta y no sé si no fue la mejor edición. Desde el punto de vista de la calidad de las obras y de la presentación de las galerías realmente fue de altísimo nivel. Los artistas, las obras, los proyectos, eran todos super cuidados y había una cohesión mucho más fuerte que otros años. La presentación de las obras era súper sólida. La respuesta del público ha sido excepcional. También tenía las expectativas bastante bajas, porque de nuevo la cautela es parte de mi cultura, pero realmente toda las galerías vendieron. Es la tercera edición consecutiva presencial en que todos los expositores venden obras. Eso es histórico, ninguna feria hace eso. En Basel si 25% de los expositores venden es un éxito. El 100% de los expositores vendieron en Este Arte y es el tercer año que esto sucede. En los primeros años había gente que decía que en Uruguay no hay escala para hacer una feria y no se podía hacer. No es que no hay escala, es que es mucho más chica que en otros lugares pero esa escala humana nos permite estos resultados. Nos permite tener la flexibilidad mental de poder hacer la feria en plena pandemia, nos permite adaptarnos en las circunstancias en las que estamos y nos permite tener resultados de que traemos proyectos pensados específicamente para el público que tenemos. Fue bastante trabajo pero valió la pena.

¿Cómo impactó la pandemia en el mundo del arte? 

Muchísimo. Las crisis son un momento para repensar en una cantidad de cosas, en el mundo del arte como en todos los mercados sucedió eso. En algunos lugares se siguió vendiendo obras a un ritmo más o menos igual a lo normal, en algunos lugares nada y casi que se apagaron ciertos sectores. Las galerías empezaron a reconfigurarse. Eso es importante: aprovechar esas nuevas configuraciones. Hay galerías que se asociaron, hay galerías que abrieron nuevos espacios, hay artistas que quizás tomaron la decisión de ir a vivir al campo y alejarse de la ciudad y eso cambia el tipo de producción que esos artistas van a hacer ahora y en el futuro.

¿Qué huella dejó esta época en la producción de los artistas?

Lo que más me sorprendió es que los proyectos que presentamos este año, que siempre es lo último de la producción artística nacional e internacional y los proyectos han sido todos muy optimistas. En un momento tan difícil una de las cosas que hay que promover es la empatía. Considerar que cada uno vive las cosas diferentes. Y las obras que produjeron los artistas en esta pandemia me sorprenden, porque esperaba proyectos más oscuros pero al contrario fueron todos con un optimismo super interesante. Eso me da esperanza. Si los artistas lo ven así, capaz que podemos verlo así, pensando que el futuro va a ser mejor. Ir adaptándonos a la realidad que estamos viviendo y tratar de mejorar nuestra visión.

En estos tiempos se habla mucho del surgimiento de los NFT. ¿Qué valoración hacés al respecto?

El arte digital o electrónico tiene que ver con el open source y el compartir información. Todo lo que es colaborativo, de transmisión, promoción y circulación de la información libremente. Que es lo opuesto a lo que es el NFT.

El NFT viene de una necesidad del mercado, en el sentido económico. Tiene que ver con que había un cierto público que buscaba una alternativa al sistema bancario y generó la e-currency, que funciona con tecnología blockchain. La asociación de la blockchain technology con el arte tiene que ver con una estrategia de marketing de las compañías de e-currency, nada tiene que ver con el movimiento artístico-cultural. El arte digital nace de un movimiento cultural, de artistas que estaban trabajando con programación o electrónica y nace de la necesidad de expresar información e ideas a través del uso de las tecnologías y los elementos con los que están trabajando. En cambio el NFT tiene que ver con una necesidad económica de las tecnologías de blockchain de poder modificarlo.

¿Pero puede allí haber una oportunidad de los artistas para desarrollarse o será algo pasajero?

Es una burbuja en cierta manera, pero en el mundo del arte siempre han habido burbujas cíclicas. Hace varios años era la burbuja del arte chino, después estuvo la burbuja del arte latinoamericano, pero de cada burbuja hay cosas que quedan y se solidifican. Lo mismo va a pasar con esto. No es que el NFT permita a los artistas que trabajan con medios digitales vender más o menos. Trabajé muchos años con un coleccionista que compraba videoarte y no porque la obra audiovisual que compraba estaba en Youtube la iba a dejar de comprar. No es un problema. Lo importante es saber que tiene esa obra original, y que exista la posibilidad de la copia no es una cosa que complique la mentalidad de ciertos coleccionistas. Quizás alguno diga "si no es la única, no lo voy a comprar", entonces los NFT, para ese que necesitaba la obra única e irreproducible, pueda servir. También puede servir para ese público que no se sentía en una relación de confianza con el galerista y el artista, y necesite de la tecnología que lo certifique. También para otro tipo de obras que son un poco más específicas, que tienen que ver con la programación, y sobre todo para artistas que hoy en día trabajan con arte generativo e inteligencia artificial. La obra cambia constantemente y por eso no es reproducible, entonces puede ser útil incorporar la tecnología blockchain para certificar que esa obra programática está cerrada.

Los NFT son revolucionarios, pero no es que vayan a cambiar el mundo del arte. Como todas las tecnologías traen un cambio, hay artistas que hacían videos con VHS y ahora los hacen con el teléfono. Todas las tecnologías cambian las posibilidades de las cosas que se pueden hacer, pero creo que tiene que ver con los instrumentos con los que los artistas trabajan, no con un gran cambio cultural.

También sos parte de la directiva de ArtTable, donde apoyan y la promocionan a las mujeres profesionales en las artes visuales. ¿Cuál es la situación de las mujeres en este campo?

ArtTable es una organización nacional de los Estados Unidos que ya tiene más de 40 años. Soy la única miembro del board no norteamericana y fui la primera latina. Lo que hace la organización es tratar de promover el liderazgo de las mujeres en las artes visuales. En Estados Unidos hay muchas mujeres que trabajan en el rubro, pero hay menos que trabajen en posiciones de liderazgo, que sean directoras de museos o galerías. Tratamos de promoverlo y que sean líderes en sus lugares de pertenencia. Soy miembro del board desde hace ya varios años, pero soy vicepresidente de gobernanza hace casi un año y una de las cosas que me he estado ocupando es de la brecha salarial. Hoy, un director de museo hombre gana un cierto porcentaje más que si es mujer. Y estamos tratando de acercar un poco más esa diferencia.

¿Cómo ves la situación de mujeres líderes en el área en Uruguay?

Hay varias. Creo que comparado con otros países estamos muy bien. Igual hay un prejuicio constante. Creo que Uruguay, comparado con otros países de Latinoamérica, es menos machista, pero igual hay una cantidad de cosas que a los hombres se les permite que a las mujeres no. Siento a menudo organizado la feria que si fuera un hombre ciertas cosas serían diferentes. Pero no es algo específico de Uruguay, lo siento en Nueva York y en Londres, son cosas que son sutiles. Estamos en un periodo en el cual hubo una serie de cambios, el movimiento feminista dio voz y lugar a ciertas conversaciones, pero esas conversaciones se tienen que mantener. Es un cambio cultural bastante complicado, porque hay una cantidad de actitudes muy sutiles y que ni siquiera el que lo está haciendo es consciente que te está considerando de cierta manera. Es un cambio que a veces no sé si se va a poder eliminar ,y en ese sentido se me caen un poco los brazos. Requiere no solamente del trabajo de las mujeres sino también del de los hombres. Es muy importante la educación que le damos a nuestros hijos varones y mujeres, para que se den cuenta de las diferencias. En el mundo del arte creo que se mantienen las mismas características culturales que en el resto de Uruguay. Si yo hubiera sido hombre la feria hubiera tenido otro tipo de repercusión, estoy 100% segura. Pero es lo que hay.

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