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A un año del fin de Fanapel, Juan Lacaze continúa sin recuperarse

En la zona asumen que "los tiempos de la industria han terminado" y buscan otras alternativas
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11 de diciembre de 2017 a las 05:00
En diciembre del año pasado, la dirección de Fanapel decidió enviar a sus 250 trabajadores al seguro de paro. El bastión industrial de Juan Lacaze tambaleaba y a mediados de febrero un directivo de la empresa comunicó el cierre definitivo de la planta de fabricación de papel.

El gobierno intervino y en marzo el presidente Tabaré Vázquez anunció una serie de medidas para buscar solucionar el problema laboral que el cierre de Fanapel le había ocasionado a la localidad. Una de ellas fue la de otorgar un seguro de paro especial por un año; otra fue brindar cursos de capacitación para los trabajadores a través del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop).

Meses después, distintos actores de Juan Lacaze entienden que la salida pasa por una reconversión de la actividad y bajo una premisa: la industria ya no será la solución para la generación de empleo.

La semana pasada se presentaron ante la Comisión de Industria de Diputados, el alcalde de Juan Lacaze, Darío Brugman; el presidente de la Agencia de Desarrollo de la localidad, Luis Cisneros y algunos legisladores colonienses.

Los participantes solicitaron que se le otorgue rápido tratamiento al proyecto de ley de parques industriales y científico- tecnológicos. Su aprobación y puesta en práctica, sostuvieron, contribuiría a mejorar la actividad. Pero además se explayaron sobre la industria y el empleo en la zona.

Durante su exposición ante los legisladores Cisneros explicó que en Juan Lacaze se aspira a un cambio de su matriz laboral. Por eso, insistió en la importancia de la aprobación de la nueva normativa que, entre otras cosas, amplía el giro de actividad de las empresas que se instalen en el parque y que incluye al rubro de servicios logísticos.

Reconoció que la apuesta es a un "cambio cultural". "Creemos que los tiempos de la industria en Juan Lacaze han terminado". Añadió que eso "es algo triste para mucha gente que aún lleva en su matriz personal la costumbre de almorzar a las 11 y media de la mañana, hacer una siesta a las doce, levantarse a la una y media con el primer pito de la fábrica, salir de su casa dos menos cuarto y entrar a la fábrica a las dos de la tarde".

Cisneros indicó que "hay muchos que siguen teniendo esa costumbre, pero por suerte hay una generación nueva que está cambiando esa matriz y viendo que las fuentes laborales pasan por otro lado".

Como ejemplo mencionó a un call center (Avanza, instalado hace unos meses en el parque industrial de Juan Lacaze con una autorización provisoria) y también a varias compañías de software, mecatrónica y tecnología que ya solicitaron espacio para formar parte del emprendimiento a partir de la nueva reglamentación.

A su turno, la diputada del MPP Mercedes Santalla señaló que los lacacinos tienen "asumido" que su ciudad "ya no se puede dedicar a la industria". "Estamos convencidos que tenemos que reconvertirnos", agregó.

Por su parte, la legisladora del Partido Colorado Nibia Reisch alertó que la "situación que se está viviendo en Juan Lacaze es muy grave y delicada y tiene un profundo impacto socioeconómico en la localidad; tengo que decir sinceramente que nunca vi a Juan Lacaze peor que ahora", aseguró.

Dormitorio

El presidente del Centro Unión de Obreros Papeleros y Celulosa (Cuopyc), Marcelo Olaverry, dijo a El Observador que la situación de los extrabajadores de Fanapel es bastante compleja. Recordó que en agosto la empresa terminó de cumplir con los despidos y los créditos laborales.

"Ahora la fábrica está vendiendo todo lo que le quedó; no es que nadie nos haya informado eso, pero en pueblo chico ves salir los camiones", afirmó.
Cuando Vázquez se presentó en Colonia el 9 de marzo anunció 10 medidas para reactivar la actividad. Al respecto, Olaverry señaló que "lo inmediato se cumplió, como la extensión del seguro de paro hasta marzo y las capacitaciones del Inefop".

El exdirigente de Fanapel sostuvo que "los trabajadores hicieron los cursos (de capacitación) pero sin nada fijo porque en Juan Lacaze trabajo no hay; los hicieron más bien para no quedarse en la casa sin hacer nada".

Ante esa realidad laboral, la zona se convirtió en una ciudad dormitorio. "Lo que se está dando cada vez más es gente que trabaja en otros lados, de lunes a viernes afuera o viajando todos los días", expuso Olaverry. El arranque del año tampoco se observa diferente ya que el 30 de enero cerrará la cooperativa textil Puerto Sauce. "Son 70 trabajadores; ahí queda otro lote de gente tirada en la calle", lamentó.

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