Hospedarse en un castillo francés, una villa toscana y hasta una isla privada con su propia zona horaria ahora es posible, aunque a un costo poco accesible. Airbnb, la plataforma de alquileres temporarios, lanzó su concepto Luxe: una nueva división de alojamientos de lujo, donde el viaje es personalizado y hecho a medida del cliente a un costo promedio de US$ 2.000 la noche.
Desde la compañía explicaron que ofrecen 2.000 alojamientos de alta gama, disponibles en 35 países del mundo. Por ahora en la región Caribe, Norteamérica, México, sudeste asiático y Europa.
Nick Guezen, director de Portfolio Strategy de Airbnb Luxe, señaló que tienen casas que se encuentran por debajo de los US$ 1.000 la noche, aunque el valor promedio de este tipo de alojamientos es de US$ 2.000 por noche.
Con esta ambiciosa iniciativa, Airbnb desembarca en el segmento de los viajes de lujo. La propuesta es ofrecer acceso a propiedades únicas en el mundo, así como a diseñadores de viajes dedicados a organizar experiencias y dar un servicio personalizado al viajero. Por ejemplo, se pueden elegir hospedajes galardonados en Nueva Zelanda y Sudáfrica, castillos en Francia e impresionantes villas históricas en la Toscana, Italia.
Otras opciones son The Fleming Villa, la villa jamaiquina donde Ian Fleming escribió sus famosas novelas de espías de James Bond, o Nukutepipi, una isla privada en la Polinesia Francesa perteneciente a Guy Laliberte, fundador del Cirque du Soleil.
Este último, explica Guezen, es la opción más cara de Airbnb Luxe: pasar una semana allí cuesta nada más y nada menos que US$ 1 millón.
Airbnb nació en 2008, cuando sus fundadores pusieron tres colchones inflables en la sala de estar de su departamento en San Francisco. El negocio evolucionó a las habitaciones, luego a los alojamientos enteros, a Airbnb Plus y, hace poco, a los hoteles boutique.
Ahora la compañía estadounidense decidió llevar su modelo de negocios al mundo de los viajes de lujo. Para ello combinó exclusivos alojamientos, cuidadosamente seleccionados, con el apoyo de un ‘trip designer’ , es decir, una persona que diseña la experiencia del viaje completo.
“Vimos que la comunidad de viajeros creció mucho en la última década y, a su vez, vimos una necesidad en la comunidad de que las cosas sean un nivel más alto. Nuestra meta es tener un Airbnb para todos: los que necesitan una solución más económica y los que tienen más dinero y buscan algo más de lujo”, señala Nick Guezen.
Para la compañía, el lanzamiento contribuye a satisfacer la creciente demanda de alojamientos y experiencias de lujo de sus huéspedes: en 2018, el número de reservas de alojamientos con un valor mínimo de u$s 1000 por noche aumentó más del 60%.
En tanto, el creciente interés por los viajes de lujo coincide con tendencias más amplias: según analistas, el mercado de este tipo de viajes se encuentra en expansión y tiene un valor de más de u$s 200.000 millones.
(El Cronista / RIPE)
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