Alerta naranja

Entre el millón de productores de vino que hay en todo el mundo, producen cada año 33.600 millones de botellas. Ese volumen ha caído en la última década de forma lenta y persistente. En comparación a 2004 hay 5% menos de vino en el mercado. Se habla del “déficit” más profundo en cuatro décadas de registro. Pero ello, y sumado a que los chinos tienen cada vez más sed de vinos de calidad, hace pensar a expertos internacionales que se puede llegar en algún momento a la escasez de vino.

Un informe de la financiera Morgan Stanley asegura que en el corto plazo “los inventarios probablemente se reducirán, ya que el consumo continúa siendo predominantemente suministrado por cosechas anteriores. Esperamos que el actual déficit de producción culmine en un aumento significativo de las exportaciones y en precios más altos a nivel mundial”, pronostica.

La posible debacle que advierten no se ha configurado tan rápido gracias a la producción del “nuevo mundo”, los países del hemisferio sur que desde los 80 hasta hoy multiplicaron por diez sus cosechas anuales.

En superficie de vid plantada, China creció 10% en tres años y se sitúa como cuarto en el mundo en ese rubro, con 570.000 hectáreas, por detrás de España (945.000), Francia (800.000) e Italia (765.000). Increíblemente, además, China se ubica quinta en el mundo en producción de vino, por detrás de Francia, Italia, España y Estados Unidos.

Si bien Estados Unidos sigue siendo un importador que paga bastante por sus compras de ese producto, China adquiere cada vez vinos de mayor valor agregado y sus compras de envasado pasaron de 18% en 2000 a 70% en la actualidad.

En términos generales, los productores y actores de la cadena vitícola han reaccionado con cautela ante la noticia. Sin embargo, hay quienes confesaron haber recibido correos electrónicos con gente preocupada por abastecerse de vino “porque los chinos se lo van a tomar todo”.