El fin de la emergencia sanitaria debida a la pandemia de COVID-19 trajo consigo un regreso al primer plano del miedo al "cambio climático". La ansiedad climática responde a la teoría científica del calentamiento global antropogénico catastrófico. Ésta está compuesta de tres afirmaciones principales: hay un calentamiento global, que es causado principalmente por el hombre, y que tendrá consecuencias catastróficas. Conviene examinar atentamente los fundamentos de esas tres afirmaciones.
La primera afirmación (hay un calentamiento global) no es tan sencilla como parece. Si bien la temperatura global registrada aumentó aproximadamente 1 °C desde 1850 hasta hoy, la misma curva de temperatura tiene una clara tendencia decreciente en los últimos 100 millones de años. Ese aumento de 1 °C no es extraordinario en sí mismo. Sólo se vuelve preocupante si se demuestra o se asume que fue causado por el hombre y que es el preludio de un calentamiento catastrófico. Algunos objetan que la gran mayoría de las estaciones de medición de temperatura ofrecen datos corrompidos por los efectos de la urbanización, que produce un aumento local del calor. Otros objetan los ajustes, mayormente al alza, que los climatólogos han hecho a los registros históricos de temperatura.
Dejemos de lado en esta ocasión esas dos objeciones. Dando por bueno el aumento de temperatura referido, consideremos la segunda afirmación: el calentamiento global moderno es antropogénico. La teoría científica que estamos analizando justifica esa afirmación así: a) durante la era industrial el nivel de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera ascendió de unas 300 a unas 400 ppm (partes por millón); b) en esa misma era hay una correlación positiva entre la temperatura atmosférica y ese nivel de CO2; c) el aumento reciente de CO2 se debió fundamentalmente a las emisiones humanas de CO2 y causó el aumento de temperatura, por medio del efecto invernadero atmosférico.
Los puntos a) y b) son hechos incuestionables, pero el punto c) es discutido: esas dos relaciones de causalidad son hipotéticas. Hay incluso científicos que sostienen que el efecto invernadero atmosférico no existe, porque violaría las leyes de la física. Sin llegar a este extremo, muchos científicos aceptan la existencia de ese efecto, pero niegan que sea la causa principal del calentamiento global moderno. Éste sería causado más bien por los ciclos solares, los ciclos oceánicos u otros de los innumerables factores que influyen en el clima. Otros científicos subrayan que el aumento del CO2 puede tener causas naturales o que en algunas épocas del pasado remoto la correlación entre CO2 y temperatura fue negativa.
Dejemos de lado en este artículo también esas cuatro objeciones. Suponiendo (y ya es mucho suponer) que el calentamiento global moderno es antropogénico, consideremos la tercera afirmación: ese calentamiento será catastrófico. Esta afirmación es la más dudosa de las tres. Muchos científicos que aceptan que hay un calentamiento global antropogénico aducen que el efecto del aumento del CO2 atmosférico en la temperatura ha sido muy exagerado. Todos los modelos de computadora han sobreestimado mucho el calentamiento global durante décadas. Además, ¿por qué habríamos de creer que el calentamiento global moderno es desfavorable? No hay motivos válidos para pensar que el clima actual es el óptimo. La vida en la Tierra coexistió con temperaturas y niveles de CO2 mucho mayores y mucho menores que los actuales.
La Tierra tiene una edad de 4.500 millones de años. Durante casi el 90% de la historia de nuestro planeta la temperatura fue tanto mayor que la actual que no existían los casquetes polares. Los períodos en los que hay casquetes polares se llaman "glaciaciones". Desde hace 2,6 millones de años estamos en la glaciación cuaternaria. No hay que confundir estas glaciaciones con los períodos glaciales, de menor duración. Cada glaciación se subdivide en períodos glaciales (más fríos) y períodos interglaciales (más cálidos). Ahora estamos en un período interglacial. El período glacial (o "edad de hielo") más reciente comenzó hace 110.000 años y terminó hace 10.000 años. Por eso el hielo se derrite y los océanos suben: es un proceso que está totalmente fuera de nuestro control. Esos períodos cálidos y fríos se suceden por razones naturales. Cabe esperar que a largo plazo sobrevenga la próxima edad de hielo.
La vida apareció en la Tierra hace 3.500 millones de años y floreció incluso durante períodos muy cálidos. La temperatura global actual ronda los 15 °C, pero desde la explosión cámbrica hasta hoy ha variado entre menos de 10 °C y más de 30 °C. Por ejemplo, hace 50 millones de años la temperatura era tan alta que había caimanes en el Océano Ártico. Por otra parte, se cree que el homo sapiens estuvo cerca de la extinción hace unos 70.000 años, durante la última edad de hielo. Es evidente que el frío excesivo mata a mucha más gente que el calor excesivo. Quizás un poco de calentamiento antropogénico nos venga muy bien en la próxima edad de hielo.
Por otra parte, el CO2 atmosférico se redujo de 4.000 ppm hace 500 millones de años a 180 ppm hace 2 millones de años. Dado que las plantas requieren un mínimo de 150 ppm de CO2 para subsistir y que la vida en la Tierra depende en gran medida de la fotosíntesis vegetal, es probable que se haya evitado por poco la extinción de la vida. Nuestras emisiones de CO2 nos alejan algo más de ese mínimo fatídico. Además, dado que el CO2 es "alimento" para las plantas, esas emisiones están volviendo a la Tierra más "verde". Por ejemplo, el desierto del Sahara se está achicando. ¿No deberían alegrarse de eso los verdes?
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