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Ante vínculos de Marcelo Saralegui con narcos, Secretaría antilavado insiste en control sobre autos de alta gama
El caso del exfutbolista Marcelo Saralegui y sus vínculos con el mafioso italiano Rocco Morabito y el narcotraficante mexicano Gerardo González Valencia vuelve a servir en bandeja una preocupación que hace al menos cinco años sobrevuela en la agenda de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft) que es el hecho de no tener postestades para controlar la ruta del dinero en el negocio de la venta de autos
Consultado por El Observador, el actual presidente de la Secretaría, Jorge Chediak, recordó que "los autos aún están pendientes de ser incluidos en los sujetos obligados, tanto las transacciones de venta de automóviles de alta gama como los arrendamientos".
Las autoridades apuntan que ese ítem estará contemplado en la próxima Evaluación Nacional de Riesgos –a través de la que el Estado delinea sus estrategias para librar la batalla contra el lavado de activos– que estiman "debería estar culminado para el mes de abril". Las modificaciones tendrán que pasar por el Parlamento, para ser agregadas a la ley integral antilavados aprobada a fines del 2017.
Ya a los pocos meses de esa nueva legislatura, una Ferrari Spider 438 transitando las calles de Malvín Norte y una colección de coches lujosos correspondientes al exsindicalista argentino Marcelo Balcedo encendían las alarmas de la Senaclaft. Su extitular Daniel Espinosa decía entonces que de surgir más casos podría "revisarse y estudiarse" la inclusión de automotoras como sujetos obligados a reportar operaciones sospechosas. Los expertos advertían en aquella fecha que los recientes episodios evidenciaban "un riesgo que no está siendo atendido".
Espinosa explica ahora El Observador que el tema llegó a evaluarse durante la discusión de la ley, aunque para entonces (2015 y 2016) "no era tan frecuente". "Si pongo a las automotoras como sujetos obligadas, después tengo que controlarlo y saber cómo hacerlo", graficó, alegando que los recursos de la Secretaría son escasos para los numerosos rubros que debe supervisar.
El Ministerio de Economía llegó a barajar en el trecho final del gobierno del Frente Amplio la posibilidad de controlar a través de las facturas electrónicas y alertar a la Senaclaft en casos determinados, pero las gestiones no llegaron a avanzar.
En entrevista con El Observador en junio de 2020, Chediak ya hablaba de su "sorpresa" ante el hecho de que "la venta de automóviles de alta gama no es un sector que la Senaclaft controle porque se estimó que, como se venden 400 autos de ese tipo por año, la relación costo beneficio no ameritaba incluirlos en la normativa".
"En la venta de antigüedades y obras de arte (también sujetos obligados) el número de operaciones mayores a US$ 15 mil ha sido bajísima, pero tenemos unas cuántas ventas de automotores de US$ 100 mil para arriba... Hubiera sido más productivo tener más afiatado los controles en autos de alta gama. Es notorio que hay perfiles de personas que han accedido a dinero fácil y lo gastan en autos de lujo", apuntaba entonces.
El exfutbolista Saralegui dijo esta semana que su relación con Morabito y González Valencia se limitaba al negocio de los autos a través de su alquiladora. Su abogado Pablo Barreiro contó esta semana a El Observador que su cliente centró buena parte de su actividad en Punta del Este, con clientes de alto nivel. Uno de ellos era Francisco Capeletto, un brasileño sojero que en realidad era Rocco Morabito, el líder de la Ndrangheta italiana, con un documento falso.
Según Barreiro, la explicación de las 17 visitas de Saralegui al narco en la Cárcel Central radica en los pagos pendientes por un Mercedes Benz que había logrado venderle a cambio de una comisión por haber intermediado con otra automotora, aprovechando además la instancia para conversar sobre la vida en general y el fútbol.
Por su parte, el vínculo con González Valencia, líder del poderoso cartel mexicano de "Los Cuini", estaba en que Saralegui le había alquilado dos autos para trasladarse desde Maldonado a Montevideo, que el narcotraficante tardó siete meses en devolver. De hecho, siempre de acuerdo a la versión del abogado, los dos estaban hablando sobre eso cuando el mexicano fue capturado el 23 de abril de 2016 en la Scuola Italiana de Carrasco.
Por otro lado, Saralegui figura como director de la off shore Nirway International Corporation, con jurisdicción en Panamá, a la que pertenecen los autos en cuestión según el abogado Barreiro.
Al día de hoy, la lista de sujetos obligados de la Senaclaft incluye a casinos, inmobiliarias, constructoras, intermediarias en transacciones que involucran a inmuebles, abogados, contadores, fideicomisos u otras personas que participen en esas operaciones y responsables de operaciones de compraventa de antigüedades, obras de arte, metales y piedras preciosas.
