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Apoyo de Trump a supremacistas blancos aviva debate racial

Respaldo de Trump a supremacistas blancos encendió debate sobre el racismo en ese país
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19 de agosto de 2017 a las 05:00
Esta semana, el presidente Donald Trump respaldó al movimiento de supremacía blanca como ningún otro mandatario lo había hecho en generaciones al equiparar a los activistas que protestaban contra el racismo con los neonazis y nacionalistas blancos que se movilizaron en Charlottesville, Virginia.

Nunca había llegado al nivel de defender las acciones de esos grupos como lo hizo durante una conferencia de prensa que se convirtió en una sesión en la que despotricó en el vestíbulo de la Trump Tower y aseguró que los activistas de una presunta ultraizquierda eran igual de responsables por la violencia que los manifestantes que marcharon con esvásticas, banderas de ejércitos confederados, carteles antisemitas y afiches de Trump y del vicepresidente Mike Pence.

"Gracias, presidente Trump, por tu honestidad y valentía al decir la verdad", tuiteó David Duke, exlíder del Ku Klux Klan, poco después sus dichos.

Richard Spencer, un líder supremacista blanco que participó en las manifestaciones del fin de semana y prometió que Charlottesville se vería inundado con nuevas marchas en las próximas semanas, también celebró. "La declaración de Trump fue justa y centrada", tuiteó.

Por su parte, Terry McAuliffe, gobernador domócrata de Virginia, acusó al mandatario de profundizar las divisiones que enfocaron la atención en esa ciudad.

"Los neonazis, integrantes del Klan y supremacistas blancos llegaron a Charlottesville armados espetando su odio y en busca de una pelea", dijo McAuliffe.

"Uno de ellos asesinó a una mujer en un acto de terrorismo y dos de nuestros mejores oficiales murieron en un accidente mientras trabajaban al servicio de su comunidad. Esto no fue algo de 'ambas partes'".

La frase más utilizada para calificar las declaraciones de Trump es "sin precedentes". Pero miembros de la Casa Blanca dijeron que nunca se imaginaron que el mandatario iba a pronunciarse de forma tan clara sobre esas opiniones que mantuvo en privado durante mucho tiempo.

"He condenado a los neonazis", dijo Trump a los periodistas, que lo interrumpieron en varias ocasiones después que equiparara las acciones de los manifestantes de ambos lados.

De hecho, al hablar sobre los manifestantes que marcharon desde en la Universidad de Virginia con consignas racistas y antisemitas, señaló: "Hay muchas personas en ese grupo que estaban ahí para protestar de forma inocente y muy legal".

Los líderes del Partido Republicano apelaron a los votantes blancos de manera enfática desde la década de 1960, especialmente a quienes viven en el sur. Pero siempre adoptaron una línea dura cuando se trata de los sectores marginales del partido que esbozan puntos de vista racistas, nativistas o antisemitas.

Los expresidentes Ronald Reagan, George Bush y George W. Bush condenaron a los supremacistas blancos.

Pero Trump, quien ha dicho repetidamente que no tiene prejuicios, fue ambiguo en cuanto a sus pronunciamientos públicos o privados respecto a los grupos nacionalistas o racistas. El sábado pasado había culpado de la violencia a "muchos bandos" en su primer pronunciamiento de lo sucedido en Charlottesville.

Trump dijo que había un tratamiento injusto en su contra y mostró simpatía con los manifestantes no violentos al sugerir que solo estaban intentando defender su "patrimonio" histórico.

Después del furor y las críticas, los asesores del presidente lo exhortaron a que moderara su mensaje y culpara de manera explícita a los agitadores de ultraderecha; en respuesta se envió un comunicado de un "portavoz" no identificado en el que se denunciaba a los grupos de odio.

Como eso no acalló la polémica, sus asesores lo instaron a que hiciera una nueva declaración pública. La hija mayor, Ivanka, y su yerno, Jared Kushner, le pidieron que adoptara una postura más moderada. Trump estuvo de acuerdo, a regañadientes.

"El racismo es malvado", dijo el presidente el lunes al pronunciarse desde la Casa Blanca con un mensaje escrito por sus asesores. Pero un día después, adoptó su postura inicial, más desafiante, y volvió a culpar a "ambos lados", lo que desmoralizó a su equipo.

Renunció su principal asesor

El consejero estratégico del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Steve Bannon, abandonó este viernes la Casa Blanca.

"El jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, y Bannon, han acordado que hoy sería el último día de Steve" en sus funciones, señaló en un comunicado la portavoz del ejecutivo, Sarah Huckabee Sanders. Bannon presentó su renuncia el pasado 7 de agosto informó el New York Times.

Los rumores sobre una posible salida de Bannon circulaban desde hace días y cobraron fuerza a partir de esste martes, cuando Trump no especificó si mantenía la confianza en su asesor estrella, al que muchos acusan de racista.

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