Con un inicio a pura luz y color, a las 21.20 horas Alejandro Sanz pisó el escenario del Antel Arena acompañado de toda su banda, integrada en su gran mayoría por mujeres -baterista, bajista, tecladista, trompetista y dos coristas-. Hoy que no estás fue la canción que el español eligió para abrir su show ante un público 90% femenino que acompañó como nunca al artista y lo hizo sentir como en casa.
En su visita a Montevideo después de siete años, y en el marco del tour La Gira, Sanz presentó el miércoles 19 su último trabajo titulado #ElDisco, aunque no faltaron sus temas más clásicos.
Con un gran despliegue amparado fundamentalmente en las pantallas y una buena puesta en escena a nivel general, el concierto transcurrió aunque no llegó a ser espectacular. Las canciones Mi Marciana, Looking for Paradise y Lo que fui es lo que soy fueron cantadas por el público con entusiasmo y energía, pero no ocurrió lo mismo con interpretaciones como Capitán Tapón, Azúcar en un bowl, Los Lugares y Te canto un son -estos tres últimos temas correspondientes a #ElDisco-.
No todo fue música, ya que Sanz compartió impresiones de su regreso a Uruguay. “Quiero felicitarlos por Montevideo, por la ciudad que tienen y por la rambla”, dijo, y agregó un comentario que apuntó al músico Bryan Adams, ya que expresó: “Estar en Montevideo y ver solo la basura es estar muy ciego. Es un problema que hoy existe en todo el mundo”, dijo, en referencia a los comentarios que había tenido el músico canadiense cuando pasó por Uruguay y mostró la basura que encontró en la costa. Antes de continuar agregó que en muchas casas de gobierno hay más basura que en las playas, y que si hay que limpiar, debe limpiarse todo.
Antes de dar paso a una canción, dijo una frase que se llevó los aplausos: “Esto se trata de subirse al escenario para comunicar algo y cantar con el corazón en la mano. Si no, es mejor quedarse en casa”. Minutos después cantó Mi persona favorita, uno de los momentos destacados del show. El tema fue dedicado a una niña que estaba en las primeras filas, y el motivo fue que Sanz dijo un improperio y enseguida notó que la menor lo había escuchado. No quedó claro por qué Sanz dijo lo que dijo, ni a quién fue dirigido, pero de inmediato pidió disculpas argumentando que no es su estilo. “Uruguay, en este mundo que vivimos, la música es mi tabla de salvación. Cuanto más ruido, más música, cuanto más ruido más música”, gritó Sanz antes de Quisiera ser, una de sus temas más conocidos.
El medley (popurrí de canciones) compuesto por Ella, Amiga Mía y Mi Soledad y yo, fue el momento más esperado, cantado y hasta gritado de la cita. El show duró dos horas exactamente (20 temas y un popurrí de tres), y la despedida fue sobre las 23.20 horas, cuando los espectadores cantaron Corazón Partío, uno de los mayores hits del cantante. El concierto fue correcto, emotivo y visualmente atractivo. Tuvo a un Sanz de buen humor, comunicativo y con su timbre de voz tradicional, escoltado por buenas voces en baladas románticas, pop rock y hasta algo de rock latino. Cumplió plenamente con las expectativas, pero no logró ser impresionante.
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