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Brad Pitt, un galán y actor de clásicos que coquetea con el retiro

Su carrera ha estado siempre entre conformarse con ser un carilindo y desafiarse en cada nuevo papel; este año estrena dos películas que prometen ser de lo mejor del año
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12 de agosto de 2019 a las 05:00

“Supongo que un día me levantaré y comenzará a suceder orgánicamente. Está bueno hacer otras cosas también”. Fue un comentario tirado al pasar en medio de una alfombra roja que festejaba uno de los grandes acontecimientos cinematográficos del año –el estreno de Había una vez en… Hollywood–, un comentario que sin querer encendió algunas alarmas. Porque aunque Brad Pitt tiene apenas 55 años –o ya, según como se lo mire–, que haya comenzado a coquetear con el retiro de la actuación resulta al menos curioso. 

Más curioso todavía resulta su propio caso, que es el de un actor que durante toda su carrera ha tenido un halo diferente sobre su cabeza según quién lo mire: mientras que para algunos es un galán de Hollywood con suerte para elegir los papeles, para otros es un gran actor capaz de entregarse a sus personajes a fondo, con algunos clásicos recientes en su haber y que se involucra con el cine en varios niveles –en producción, por ejemplo–. 

El 2019 encuentra a Pitt en medio de un período extraño, caracterizado por grandes papeles y algunas tormentas en lo personal. Desde el punto de vista artístico, esta semana llegará a las pantallas uruguayas en Había una vez en… Hollywood, la novena película de Quentin Tarantino, en un rol de coprotagonista junto a Leonardo DiCaprio. Ambos forman la que tal vez sea una de las duplas más explosivas que juntó la pantalla en mucho tiempo; la otra es Robert De Niro y Al Pacino en El irlandés, que se estrena en diciembre. 

El año también lo tendrá viajando al espacio en la enigmática Ad Astra, una epopeya interestelar en la que se pone bajo las órdenes del director James Gray y que, en silencio, puede llegar a meterse entre lo mejor del año. Pinta le sobra.

Ambas producciones pueden impulsar la teoría de que Brad Pitt es mucho más que una cara bonita, pero para hacer las cosas equitativas pondremos en la balanza los argumentos de ambos bandos para que cada uno saque sus propias conclusiones. El resultado de todas formas terminará siendo subjetivo, porque, para qué mentir, de este lado del teclado estamos seguros de que a Pitt le sobra talento y que es uno de los grandes actores del circuito hollywoodense actual. Punto.

DiCaprio y Pitt en Había una vez en... Hollywood

Pitt, el galán

William Bradley Pitt apareció en el mundo del espectáculo y enseguida se ganó corazones varios. Al tiempo que sus trabajos como actor iban creciendo en minutos en pantalla y exposición en los medios, sus parejas y noviazgos se iban sucediendo. Y su estilo desfachatado se convertía en tendencia en los eventos en los que decía presente.

Uno de sus romances más publicitados fue uno que tuvo por entonces con la actriz Gwyneth Paltrow, pero no duró demasiado. Tampoco duró mucho como uno de los solteros más codiciados, ya que enseguida se unió a Jennifer Aniston, y así ambos se convirtieron en una de las parejas más emblemáticas de los primeros años del milenio. El entusiasmo alrededor de esta pareja fue tal que Pitt terminó apareciendo como invitado en uno de los episodios de Friends.

En Friends, junto a Jennifer Aniston

Al mismo tiempo que alternaba algunos proyectos interesantes –que serán expuestos en el punto siguiente–, Pitt se involucró en películas que le dieron mayor peso a su aire lavado de estrella carilinda. En ese grupo podemos contar algunas elecciones desafortunadas, como The Mexican o Sr y Sra Smith, una película que se supone destruyó su romance con Aniston en 2005 y que dio pie a uno mucho más mediático, extraño y longevo: el que tuvo con Angelina Jolie, su compañera de elenco. 

Pero ese matrimonio también se terminó. En 2018, Jolie se cansó de sus actitudes infantiles, de su adicción a la marihuana, y lo mandó a volar. Hace algunos meses terminaron de liquidar el divorcio, pero, claro, los rumores ya empezaron a rodear al nuevamente codiciado soltero. En los últimos días se lo ha vinculado con su compañera de Había una vez en… Hollywood, Margot Robbie, y dado su historial no sería descabellado. Su vida privada no parece, sin embargo, tan agitada como para elevarlo a la categoría clásica del galán de Hollywood, sobre todo porque no está tan claro qué es lo que eso significa. ¿Es un término que se reserva para los casos en que la belleza pesa más que el talento? ¿Para los que logran encontrar un balance ideal? Si es el caso de esto último, todavía sigue superado con amplitud por su colega de Había una vez en…Hollywood, Leonardo DiCaprio. 

Pitt, el actor

Nadie puede discutir a Pitt desde el punto de vista de los riesgos que toma en la actuación. Desde el principio de su carrera ha transitado los roles más diversos, sin asco alguno a rebajarse a la locura de Doce monos o a la sobriedad de Benjamin Button

Si bien su palmarés no está nada mal –estuvo nominado tres veces al Oscar como actor y ganó uno como productor por 12 años de esclavitud–, su gran valor está en la cantidad de clásicos recientes en los que ha participado, en los que además ha dejado una huella profunda y personajes reconocibles. Una lista corta podría incluir a El club de la pelea, Pecados capitales, la mencionada Doce monos, Snatch: cerdos y diamantes y hasta La gran estafa. Y eso solo son los roles más “veteranos”, porque más acá en el tiempo encontramos títulos como El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Bastardos sin gloria, El árbol de la vida, Moneyball, Corazones de acero y La gran apuesta.

Con Edward Norton en El club de la pelea

También debe recordarse su faceta como productor, ya que a través de Plan B –su productora– ha impulsado carreras de cineastas y apadrinado varias obras respetables en el último tiempo. Las galardonadas 12 años de esclavitud o Luz de luna, por ejemplo. Hoy, él es mucho más que un actor.

Y así, la balanza se inclina. Queda bastante en evidencia que el peso cinematográfico es potente, y por eso resulta un poco doloroso escucharlo coquetear con un posible retiro. Para los espectadores que disfrutan sus inmersiones en los géneros más variados, es duro pensar que estas dos películas que llegan al cine con una diferencia de pocas semanas sean una especie de principio del final. Esperemos que sea solo una falsa alarma y que opte por abandonar la pantalla en sus años tardíos, como hizo, por ejemplo, Robert Redford. A propósito, ¿no está cada vez más parecido a él? 

En Ad Astra

 

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