Caetano Veloso en el Antel Arena
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > CRÓNICA DEL SHOW

Caetano Veloso ¿se despidió? de los escenarios uruguayos con una paliza de música

El artista brasileño se presentó en el Antel Arena en la que podría ser su gira despedida, con un show que tuvo momentos emotivos y se disfrutó de principio a fin
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15 de junio de 2023 a las 13:33

En la previa al show que dio este miércoles 14 de junio en el Antel Arena, Caetano Veloso deslizó que esta podía ser su última presentación en Montevideo, y que esta gira, la de presentación del disco que editó en 2021 tras nueve años sin novedades, Meu Coco, bien podría ser su despedida de los escenarios internacionales.

En una entrevista con El Observador, el artista brasileño contó que tiene la idea de volver a su ciudad natal, Bahía, y que quienes quieran verlo en vivo tengan que ir a él.

Con ese antecedente, el show no solo tuvo un condimento adicional, sino que si se trató, efectivamente, de su última pasada por los escenarios uruguayos, fue una despedida a la altura de las circunstancias.

A sus 80 años, Veloso es una aspiración para cualquiera que pretenda llegar a esa edad. Los años se le notan en el cuerpo y en el rostro, pero no afectan ni su calidad, ni se reflejan cuando se anima a tirar unos pasos, quebrar las caderas y dar unos saltitos por el escenario. Cuando revolea el saco y lo tira al piso.

Caetano Veloso en el Antel Arena

Caetano dosificó esfuerzos pero no se guardó nada en la hora y media que duró su presentación. Unos 90 minutos que se esfumaron como lo hacen los momentos de disfrute de la vida.

Porque eso fue, un disfrute desde que empezó a entonar Avarandado, un homenaje a Joao Gilberto, hasta la última nota de A luz de Tieta, que entona junto al público en un coro y festejo colectivo.

Rodeado por una banda que cuando tuvo que serlo fue un colchón de plumas sobre el que recostarse y una caricia, y que cuando le correspondió fue una aplanadora, con cada nota del bajo haciendo retumbar el esternón y cada mazazo a la percusión batió las costillas y obligó a que los pies, aunque fuera en el lugar, se movieran, Caetano se plantó en el Antel Arena como una mezcla de anciano sabio y un encantador dandy, y dio una paliza de música.

Caetano Veloso en el Antel Arena

Como hizo durante toda su carrera, Caetano juntó el pasado con el presente. Las novedades de Meu Coco y los sonidos contemporáneos se juntaron con sus clásicos: You don’t know me, explicó durante el show, ingresó al repertorio por los 50 años del disco Transa; y un par de canciones de su disco Cinema Trascendental, que ya tiene más de cuarenta años.

El músico se toma el tiempo de parar a explicar a la audiencia la historia detrás de algunas canciones, generando un clima simpático y cercano. De brazos cruzados, detalla las formaciones de sus bandas pretéritas para llegar a contar la historia de la Banda Ce, antes de arremeter A bossa nova é foda; hay unos cuantos homenajes que despiertan ovaciones cerradas, como la mención a Rita Lee en la letra de Sampa, o cuando Caetano dice “Gal Costa por siempre”, después de interpretar Baby.

Caetano Veloso en el Antel Arena

Y después, uno de los momentos más memorables de la noche. Así como en una de sus visitas anteriores versionó Amándote de Jaime Roos, esta vez el brasileño optó por una interpretación de una artista chilena que ha venido repitiendo en sus presentaciones en la región. Volver a los 17, de Violeta Parra. Un momento mágico, precedido por otra larga charla en la que Veloso explicó que era también un saludo a Mercedes Sosa.

También hubo un breve momento de molestia para el protagonista de la velada. Durante Pulsar, un “te amo Caetano” mosqueó al artista. “No sé por qué gritó esa chica”, comentó luego de terminada la canción. También fueron reiteradas sus arengas y pedidos de que lo acompañaran con baile y canto. Pero bueno, ya lo dice el dicho: triste como uruguayo contento. Los brasileños del público hacían su portación de pasaporte al animarse a ponerse de pie, mientras los criollos seguían sentados a su lado.

Pero al final se venció la timidez, y todo el Antel Arena, rendido ante el genio, se paró, cantó y aplaudió como no había hecho toda la noche. Un fin de fiesta ideal, que pudo haber sido la última, y por eso, fue doble el valor y el placer.

Caetano Veloso en el Antel Arena

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