La agencia calificadora de riesgo canadiense DBRS le mantuvo a Uruguay la calificación de BBB (low) con tendencia estable, manteniéndose un escalón por encima del grado inversor. Es la primera calificación para el país después de conocido el resultado electoral de noviembre.
El comunicado dado a conocer este jueves destaca los “sólidos fundamentos políticos y económicos de Uruguay”, en un entorno político que se caracteriza por instituciones púbicas de alta calidad, bajo niveles de corrupción y una macroeconomía previsible.
Además, se señalan una fortaleza crediticia y amplias reservas de divisas, que acompañan a la “conservadora” gestión de la deuda y “la buena regulación del sistema bancario, que refuerzan la defensa de la economía”.
“Las reservas son altas en US$ 14,5 mil millones, lo que equivale al 25% del PIB. Esta proporciona al Banco Central (BCU) una importante liquidez cambiaria en caso de un choque temporal. El crecimiento se ha desacelerado en los últimos años, pero se espera una modesta aceleración en 2020. La economía uruguaya se ha expandido a un ritmo modesto durante cuatro años luego de una década de rápida expansión. El crecimiento del PIB promedió 5.4% de 2004 a 2014, pero disminuyó a solo 1.6% de 2015 a 2018”, explica el informe.
En esta línea, DBRS agrega que la volatilidad del entorno externo plantea riesgos para las perspectivas económicas, dada la naturaleza pequeña y abierta de la economía uruguaya, "que lo deja expuesto a los cambios en los precios mundiales de las materias primas y los ciclos económicos de sus dos grandes vecinos".
" Las recuperaciones más lentas de lo esperado en Brasil o Argentina podrían afectar negativamente a Uruguay a través del canal comercial, produciendo una demanda específicamente más débil para las exportaciones de bienes y también de servicios de turismo", expresa. "Fuera de la región, una desaceleración más aguda de lo esperado en China podría afectar la perspectiva de Uruguay directamente a través de los términos de intercambio comercial, así como indirectamente a través de una demanda más débil de los vecinos exportadores de productos básicos de Uruguay", apunta.
A pesar de la profunda y prolongada recesión en Argentina prosigue, “Uruguay registró un crecimiento positivo en los primeros tres trimestres de 2019”, a la vez que se espera que para 2020 y 2021 la actividad económica se acelere impulsada por la inversión directa e indirecta (infraestructura) de UPM 2, dice.
Sin embargo, la calificadora señala que Uruguay “el desafío clave” que tiene por delante de atender el déficit fiscal, con una fuente subyacente que lo presiona al alza relacionado al gasto corriente (gastos en educación superior, sistema de salud y de seguridad social).
A su vez, se agrega que “la administración entrante de (Luis) Lacalle Pou apunta a endurecer la política fiscal y aprobar la reforma de las pensiones, lo que podría mejorar significativamente las perspectivas de finanzas públicas”.
“Sin embargo, implementar la agenda de reformas podría ser un desafío político”, agrega y advierte que si la dinámica del presupuesto continúa deteriorándose las calificaciones podrán “experimentar presión a la baja”, finaliza.
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