Lacalle y Manini

Opinión

Caos en la coalición de gobierno: de la reforma inevitable al peor es nada

Cabildo Abierto logró los cambios que quería en el proyecto de reforma previsional, los colorados reaccionaron y la coalición mostró sus grietas
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17 de abril de 2023 a las 05:00

Como si se tratara de un experimentado estratega político pese a su corta carrera en esos asuntos, el general Guido Manini Ríos logró sus objetivos de modificar el proyecto de reforma de la seguridad social, doblándole el brazo al presidente Luis Lacalle Pou y dejando a todo el Partido Colorado en una postura, por decir los menos, incomodísima.

Manini tensó la cuerda en una muy arriesgada jugada que puso en peligro la permanencia de la coalición de gobierno. Tanto que desde el sector Batllistas, liderado por el expresidente Julio Sanguinetti, se consideró que Cabildo había llevado el “chantaje” hasta límites inadmisibles. “Así, no va más”, dijo el mandatario a sus allegados advirtiendo que estaba en riesgo la permanencia del pacto entre los socios oficialistas.

Este lunes, mientras Manini envalentonado por el espaldarazo de Lacalle Pou se mostraba apurado en votar la reforma que tantas veces eludió, los colorados exigían saber si los cambios aceptados ponían o no en riesgo la “sostenibilidad” del sistema previsional.

Con razón, luego de que Lacalle Pou aceptara lo pedido por Cabildo, los colorados sintieron que quedaban atrapados en una disyuntiva inesperada. Eran ellos los que ahora, como Cabildo antes, tuvieron que pedir un tiempo extra para decidir si se tomaban el vino al que ya se le había echado bastante agua.

En ese partido no entienden cómo lo que ayer era inadmisible e intocable, de pronto se convirtió en posible. Tras varias idas y venidas en las que primero se comprometió a votar la iniciativa y luego puso condiciones para hacerlo, el líder de Cabildo logró que el presidente aceptara su reclamo de bajar de 25 a 20 los mejores años trabajados que se computan para la jubilación, y desglosar para su estudio el artículo que habilita a la Afaps a invertir en el exterior.

Manini tensó la cuerda en una muy arriesgada jugada que puso en peligro la permanencia de la coalición de gobierno. Tanto que desde el sector Batllistas, liderado por el expresidente Julio Sanguinetti, se consideró que Cabildo había llevado el “chantaje” hasta límites inadmisibles

Cuando Cabildo comenzó con sus exigencias, el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, había advertido que la reducción en los años que se computan para la jubilación “nunca tuvo posibilidades de cambio” porque “está vinculado directamente con la sostenibilidad del sistema”.

En tanto, el principal redactor de la reforma, Rodolfo Saldain, no se mostró demasiado entusiasmado con lo que está ocurriendo y dijo que lo negociado con Cabildo representa una "flexibilización" del proyecto que "no es lo ideal", pero "mejora la situación" actual en cuanto a la "sustentabilidad". “Es mejor que no hacer nada”, dicen desde el Poder Ejecutivo.

Por su lado, el economista Aldo Lema advirtió que el cambio forzado por Cabildo generará un “mayor déficit fiscal y mayor deuda para las futuras generaciones”.

¿Qué ocurrió para que el presidente Lacalle Pou aceptara cambiar ese punto que pocos días atrás resultaba innegociable? Es evidente que en la marcha atrás del mandatario no solo jugó su irrenunciable decisión de aprobar una reforma que considera imprescindible para asegurar la estabilidad del sistema jubilatorio, sino que también pesó la necesidad de ganar una partida en la que se jugó todas las fichas y que podía grabarlo en la historia como un presidente que asumió una responsabilidad histórica sin medir costos electorales.

Pero, para vender su valioso producto, se compró un problema. Porque, ahora, ¿qué contrapropuesta deberán presentar los colorados para no hacer tambalear la reforma pero sin perpetuarse como los malos que quieren sacarle a la gente la plata que les da Cabildo? ¿aceptarán aparecer a los ojos de la gente como el furgón de cola del Partido Nacional llevando su lealtad a la coalición hasta el límite de, al decir del diputado Felipe Schipani, quedar entrampados en la categoría de “los nabos de siempre”?

El acuerdo, es probable que lo haya, no saldrá gratis. Las relaciones entre los partidos integrantes del gobierno no volverán a ser las mismas, y si antes de esta circunstancia colorados y cabildantes ya se llevaban a las patadas, la contienda recrudecerá mientras que el medio, tratando de contentar a unos y a otros, oscilará el presidente Lacalle Pou en un rol de arriesgado equilibrista. 

Mientras tanto, desde el Frente Amplio observan con cierto contento cómo los socios multicolores dan señales de una escasa capacidad de acuerdo que les puede jugar en contra en los tiempos electorales.

“A esta altura no conocemos cuál es el contenido del proyecto”, señaló, no sin malicia, el presidente del FA, Fernando Pereira.

Lo cierto es que el gobierno comenzó prometiendo una reforma fundamental para salvar un sistema previsional que, dicen, amenaza con caerse a pedazos, pero todo indica que terminarán conformándose, en el mejor de los casos y por gracia de sus inoperancias internas, con un modesto peor es nada.

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