El primero de los pasos que dio el tercer comandante en jefe del Ejército en lo que va de 2019 fue con el pie izquierdo. Tras los pases a retiro de Guido Manini Ríos, primero, y José González después, este lunes asumió Claudio Feola al frente de la fuerza de tierra y demoró pocos minutos en quedar –como sus dos antecesores– sumergido en la polémica, al poner en duda la existencia de desaparecidos en la dictadura.
Luego de un corto pero contundente discurso de asunción en el auditorio del Instituto Militar –cargado de señales hacia dentro y fuera del Ejército–, y del saludo del presidente Tabaré Vázquez y otras autoridades del Ejecutivo, como el nuevo ministro de Defensa José Bayardi y el secretario de Presidencia Miguel Ángel Toma, el flamante comandante se enfrentó a las preguntas de la prensa y sus respuestas lo dejaron mal parado y lo obligaron a desdecirse unas horas después.
Aunque comenzó diciendo que el Ejército no encubría “asesinos” y que no existía un "pacto de silencio", Feola se negó a repudiar las desapariciones ocurridas en la última dictadura, tal como reclamó por ejemplo la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. "No voy a repudiar porque no sé si están confirmados o no (los hechos del pasado)", dijo el general. “Yo sé que los familiares están muy dolidos, todos lo estaríamos si hay desaparecidos. Pero yo esa respuesta no se la puedo dar”, agregó.
¿Por qué no? “Porque esa respuesta consolida toda una cantidad de épocas de las que no estoy en condiciones, porque no sé si es real o no es real”. “Acá hay gente muy antigua, que capaz hasta un test psicológico habría que hacerle, porque al haber estado tan presionados, no sabemos si estaban en su real conciencia", expresó.
Si bien Feola había contestado antes sobre el caso particular del Tribunal de Honor, la última pregunta estaba referida a los desaparecidos en general. Cuando se le dio la chance de aclarar a qué se refería particularmente, el comandante dio por terminada la conferencia. Horas después, cuando sus palabras ya habían encendido la mecha, Feola intentó desdecirse a través de un comunicado oficial, en el que dijo que su respuesta “refirió tanto a los hechos como a las personas sujetas al Tribunal de Honor” y que “no se pretendió desconocer la existencia de desaparecidos”.
En el comunicado, el nuevo comandante dijo que “se rechazan los hechos aberrantes y repudiables que comprometieron el nombre de la institución”, y agregó que “se continuarán haciendo los máximos esfuerzos para llevar una respuesta a los reclamos de los familiares de detenidos desaparecidos”.
Sus dichos sobre los desaparecidos no demoraron en resonar en filas políticas y cuando escribió el comunicado el daño ya estaba hecho. Mientras Feola hablaba con la prensa, el Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio recibía un informe del exsubsecretario de Defensa Daniel Montiel (cesado por Vázquez el pasado lunes), y al término del encuentro los dirigentes de la coalición ya estaban enterados de las polémicas expresiones.
La senadora socialista Mónica Xavier las calificó de “lamentables”; el diputado del Nuevo Espacio Jorge Pozzi dijo que “no contribuyen a buscar los puntos de encuentro”; el representante Felipe Carballo (lista 711) acusó al comandante de “arropar la impunidad”; su colega Gerardo Núñez (Partido Comunista) dijo que Feola “mintió”; Daoiz Uriarte, de la Vertiente Artiguista (sector al que pertenece el ministro de Defensa) sostuvo que el Poder Ejecutivo “debía tomar medidas”.
Uriarte dijo a El Observador que las declaraciones le parecieron "horribles" porque “insultan la memoria de los desaparecidos y desconocen hechos más que comprobados". Según el exvicepresidente de OSE, sus expresiones "reafirman que en la mayor parte del generalato sigue estando presente la doctrina de la seguridad y la negación de las atrocidades de la dictadura".
Núñez agregó que los dichos suponen “una falta de respeto a la verdad histórica” y acotó que la Secretaría de Derechos Humanos maneja “más de 190 desaparecidos” y que ese es un “número oficial”. Consultado sobre si deberían aplicarse sanciones al flamante comandante, respondió que es algo que "tienen que valorar muy bien los compañeros que están en las máximas autoridades, teniendo en cuenta lo que ha sucedido en las últimas semanas".
"Son declaraciones que revisten una importante gravedad, porque además no son aisladas. Todos los planteamientos conducen a lo mismo: continuar protegiendo la impunidad, y con la mentira como forma de protección", manifestó.
Por su parte, Carballo opinó que los mandos de las Fuerzas Armadas "deberían tener claro de qué lado se van a poner”. “Yo no sé si se tiene que ir, pero sí decidir donde se va a parar: si va a mantener en alto el honor de las FFAA repudiando las atrocidades del pasado, o si van si van a seguir arropando la impunidad, actuando como cómplices de los crímenes", agregó.
Carlos Coitiño, del PVP, dijo que Feola expresó "su intención de que la búsqueda de verdad se mantenga en el mismo ritmo" y agregó que "el mando civil de las Fuerzas Armadas debería dar instrucciones precisas de respeto y cuidado en sus declaraciones públicas".
En un breve discurso que fue muy aplaudido por la oficialidad, Feola reconoció que el Ejército vivía “momentos difíciles” y que era un día “diferente” y “especial”. “Diferente porque se me ha asignado la responsabilidad de ocupar un cargo habitualmente ocupado por camaradas más antiguos; especial por los que recientemente han tenido que pasar a situación de retiro obligatorio”, señaló, en alusión a los generales destituidos.
Dijo que es “sensible” a todo lo que ocurra con los “camaradas”, y advirtió que todo ello “encuentra dificultades de ser comprendido en su verdadera dimensión por quienes no conocen la vida militar”.
“Es por ello que tradicionalmente nos definimos como la familia militar, en su más sana concepción, aun cuando existen voces discordantes, que pretenden dar otros significados que nada tienen que ver con el sentimiento real que esto implica”, dijo Feola, y aclaró que eso no significa “corporativismo" ni se relaciona "con la defensa a ultranza a camaradas”.
El militar, que ahora pasará a vestir uniforme de cuatro estrellas, agradeció al comandante saliente, José González y mirando a las autoridades que estaban sentadas en primera fila, anunció que procurará obtener el “máximo apoyo del mando superior de las Fuerzas Armadas”.
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