Hola, ¿cómo viene tu semana? Ojalá que bien y con muchas incertidumbres, porque en el Pícnic! de hoy voy a conversar contigo sobre el temor y la ansiedad que nos genera la incertidumbre, a pesar de lo saludable que puede ser abrazarla por un rato, bailar un tango con ella y salir airoso de la contienda contra lo que no podemos prever. Soy el mejor ejemplo de que la incertidumbre nos desbalancea a los seres humanos; estamos casi casi que programados para seguir las reglas que nos aseguran -en parte- la supervivencia. El hombre de las cavernas descubrió a los tropezones que no podía pararse en medio de la pradera a esperar a un león (o como se llamara el bicho que necesitaba cazar para comer), porque era más probable que lo devorara en un santiamén. Aprendió así una serie de procedimientos, reglas y rituales que le permitieron, a veces, sobrevivir… y comer.
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