Conflicto en banca pública realinea a los radicales con los moderados cercanos al FA para enfrentarse al gobierno

En los papeles se podría pensar que se trata de un enfrentamiento más, como otros tantos que han protagonizado sindicato y gobierno en la última década. Sin embargo, en esta oportunidad hay varios aspectos que no pasan desapercibidos y hacen que la foto sea bastante diferente.

Uno está relacionado con quienes conducen el conflicto, el ala más radical del gremio. La denominada Coordinadora para el Cambio conformada por cuatro listas de izquierda no frenteamplistas (319, 575, 810, 999) es la que tiene a su cargo la conducción del Consejo del Sector Financiero Oficial. Si bien no tiene mayoría, cuenta con 5 de los 11 cargos, un poder importante al momento negociar a la interna y tomar decisiones. Hay otros cuatro lugares que corresponden a la lista 98, vinculada a la  corriente sindical Articulación del PIT-CNT, un cargo pertenece a la lista 17 identificada con el Partido Comunista y el restante lugar a la lista 1955.

Tradicionalmente en la alianza de grupos de izquierda radical predomina una postura más combativa y la idea de mantener “independencia de clase” con el gobierno de turno, cualquiera sea su color. Eso quedó de manifiesto durante varios conflictos ocurridos en los gobiernos del Frente Amplio (FA), cuando esta agrupación en posición de minoría protagonizó duros enfrentamientos a la interna con sectores de corrientes moderadas, que tradicionalmente han sido mayoría tanto en el sector de banca pública como en el Consejo Central, máximo órgano de conducción del sindicato. El cuestionamiento principal era la cercanía del sindicato y el PIT-CNT con el gobierno del FA.

Por ejemplo, en 2017 durante el conflicto por la reestructura y el cierre de sucursales del Banco República la ocupación por 56 días de la agencia Mercado Modelo fue liderada por esta agrupación, y tuvo manifestaciones en contra desde la dirección del sindicato que daba la razón al BROU, según expresaron varios dirigentes en esa oportunidad.

También pasó varios año antes, por ejemplo, durante el gobierno de José Mujica en 2011, cuando se negociaba la renovación del convenio colectivo y el sistema de ascensos de los bancarios. Después de un extenso conflicto, comunistas y moderados (Articulación) terminaron apartados del ala radical, que no acompañó el resultado final de esa negociación.

Actualmente una de las principales dirigentes  de esta alianza es Lorena Lavecchia, que preside el Consejo de Banca Oficial desde 2019. En una entrevista con El Observador poco antes de asumir señaló que el problema de muchos dirigentes no es que se consideren afines al gobierno; es que crean que forman parte de él. Por esa cercanía, entiende que en el pasado muchas veces los sindicatos trataron de moderar los reclamos de los trabajadores para no contradecir resoluciones del Poder Ejecutivo.

La afinidad de otras corrientes con el FA de la que en el pasado renegaron los radicales no está presente. Ese es un punto que hoy les puede jugar a favor a la hora de reunir apoyos para una agudización del conflicto. Al margen de diferencias que se habían planteado con la pauta salarial dispuesta para el sector privado en las últimas rondas de negociación, ahora se trata del primer gran conflicto que enfrenta a AEBU con el gobierno de la coalición multicolor. Las baterías apuntan contra las política económicas y salariales del Poder Ejecutivo, y la gestión de las empresas públicas.

Un tercer punto que suma temperatura al conflicto es el rechazo a Ley de Urgente Consideración. Esta semana varios manifestantes que marcharon hacia Torre Ejecutiva en reclamo de mejoras salariales e ingreso de personal a los bancos estatales  lo hicieron con banderas y carteles a favor del voto por el Sí.