El coronavirus nos obligó a parar. Personalmente, esta parada me puso a pensar, organizar, reflexionar y evaluar tantas cosas. También dedicar tiempo a cosas que antes no hacía y descubrir la simpleza de tantas otras. Apelar a la creatividad y por sobre todo caer en la cuenta de lo importante. Eso es lo que hoy me rompe los ojos.
Nuestro cerebro está diseñado con la capacidad de la metacognición, que es pensar sobre nuestros pensamientos y estados mentales. Nos permite ser más conscientes de nuestra forma de aprender y nuestras estrategias. A través de esta capacidad, podemos autorregularnos cognitivamente, generar nuevos aprendizajes y nuevas estrategias. En definitiva en este proceso consciente, generamos más libertad.
Pixabay
Mientras te miras en ese espejo imaginario, registrá tus pensamientos y la intensidad de tus emociones. No importa el tiempo que te lleve, quizá es todo junto o en etapas. Lo importante es que inviertas ese tiempo y ese espacio para vos. Buscá un lugar que te guste, que te inspire y un espacio de tu día en que puedas estar contigo, sin interrupciones.
Con tus líneas escritas, observá las diversas áreas de tu vida -salud, pareja, estado físico, profesión, trabajo, economía, entre otras- y preguntate en cada una:
•¿Cómo estoy?
•¿Qué tan satisfecho estoy?
•¿Cuál es mi estado deseado?
•¿Cuáles son mis recursos en esta área?
•¿Cuáles son mis oportunidades?
•¿Qué puedo hacer más, para estar donde quiero en cada una de las áreas que componen mi vida?
• ¿Qué puedo hacer menos, para estar donde quiero estar?
•¿Qué puedo hacer diferente?
Tené en cuenta que es un ejercicio centrado en vos mismo. No sirve que quieras lograr un mejor estado en todas o en algún área, dependiendo de cambios que tengan que hacer otros. Lo que sea que definas para tu mejor versión, debe necesariamente: depender de vos mismo.
Que la nueva normalidad o como sea que se llame, te encuentre mejor. ¿Qué tanto mejor? Depende de vos. De la responsabilidad que hayas asumido contigo mismo y la inversión que hayas hecho estos días.
El mundo cambiará, las empresas también. Yo cambiaré, vos también. Deseo que cambiemos en dirección a nuestra mejor versión.
Y que en ella seas, no solo protagonista de tu historia, sino el creador.
Que cada minuto sea como lo creaste y lo que no es tal como esperabas, tenga encerrado un aprendizaje que se convierta en una nueva oportunidad.
Te deseo que no solo estés rodeado de tus seres amados, sino también, colmado de las relaciones que querés porque las construís y mantenés. Te deseo que seas exitoso, no solo porque estás en buen lugar sino también porque estás donde decidiste y construiste.
Te deseo por sobre todo que seas inmensamente feliz. Porque te lo mereces. Creo que estamos en esta vida justo para eso. Dotados de los recursos para desarrollar las habilidades y capacidades que necesitamos para lograrlo. Y conseguir lo que aún no tenemos, sea lo que sea.
Por último, deseo que nuestro mundo sea mejor, no solo porque baja la contaminación sino también, porque nuestras elecciones aporten positivamente a otras personas.
Karina Pittini es directora de Human Capital Consulting (HCC)