Economía y Empresas > Marc Randolph

Consejos incorrectos del “padre” del algoritmo de Netflix

Es cofundador de la compañía y cuenta en sus memorias una versión diferente de su ex socio Reed Hastings
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27 de diciembre de 2020 a las 05:03

Marc Randolph es el cofundador de Netflix, la empresa de streaming, valuada en US$ 214.000 millones. En su libro de memorias cuenta una versión diferente a la de su exsocio Reed Hastings, quien lo despidió como CEO al primer año y mediante un power point. Hoy es gurú de start ups en Silicon Valley.

Randolph fue el responsable de reclutar al equipo inicial: siete empleados fanatizados con el proyecto que no se quejaban si las oficinas tenían mesas y sillas de plástico, porque todo el presupuesto se destinaba a tecnología. Y desarrolló con obsesiva dedicación cada aspecto del servicio con el que se lanzó la marca, en 1998: venta y alquiler de DVDs que enviaban a sus clientes en sobres rojos a través del eficiente y confiable correo postal estadounidense.

También fue el que hizo hincapié en crear un catálogo digital que brindara una gran experiencia al usuario (después, se convirtió en la plataforma para extraer datos y recalcular la estrategia de marketing en base al “minuto a minuto” del consumo de contenidos); así, se ganó el título de padre del algoritmo de Netflix.

Y, según su versión de los hechos, Netflix no fue un chispazo de inspiración de su exsocio (Hastings asegura que la idea se le ocurrió cuando devolvió con demora una copia de ‘Apollo 13’ a Blockbuster y tuvo que pagar US$ 40 de multa), sino que fue el resultado de un arduo proceso de pitcheo creativo de él hacia Hastings, quien tenía el capital.

.El rol de Randolph en los inicios no era demasiado conocido hasta ahora, con el lanzamiento de su libro ‘Eso nunca funcionará’. Randolph expone con cruda y analítica honestidad cada paso, decisión, duda, debate y error de esos primeros tiempos. La hasta ahora casi secreta oferta de compra de Jeff Bezos, quien estaba dispuesto a pagar unos u$s 15 millones cuando Netflix tenía sólo 2 meses de vida: la rechazaron sabiendo que, un día, terminarían compitiendo contra Amazon. O la humillante visita, dos años después, a las oficinas de Blockbuster, donde se les rieron en la cara cuando quisieron venderles su empresa por US$ 50 millones.

Pero también el golpe de rabia y shock cuando su propio socio le comunicó que lo removería de su cargo... Y lo hizo usando una presentación de power point para explicar las razones por la cual ya no era el más apto. Hastings no sólo lo reemplazó como CEO, sino que le exigió que cediera la mitad de sus acciones. Randolph admite que, después de pensarlo en frío una noche, no tuvo rencor. De hecho, aplaude a su exsocio por tomar esa difícil decisión. “Usar un PowerPoint quizás no fue el gesto más empático, pero Reed tenía razón”, admite.

Pese a todo, Randolph se desempeñó como presidente de Netflix hasta que se retiró en 2003, luego de su salida a la bolsa, momento en que además vendió casi todas sus acciones.

¿Qué te llevó a escribir un libro sobre Netflix?

Quise contar la historia hasta ahora oculta para que las personas pudieran ver de primera mano cómo es que una idea loca se transforma en una empresa exitosa. Pero, aún más importante, lo que aprendí en estos últimos 15 años como mentor es que todos los consejos, trucos y secretos que usé para hacer que Netflix existiera y prosperara son los mismos pasos que cualquiera puede usar para transformar sus ideas en realidad. Por eso, tuve en mente a la nueva generación de emprendedores porque, aunque quizás les hayan dicho “eso no va a funcionar jamás”, la cruda verdad es que nadie sabe nada. La única manera de saberlo en serio es empezar y ver qué pasa. Si uno cree en una idea, y está dispuesto a intentarlo, cualquier cosa es posible. Netflix es el ejemplo perfecto de eso.

En tu relato, la data dura para la toma de decisiones aparece como clave. Sin embargo, también mencionás varios aciertos fruto del instinto. ¿Ese es el secreto del éxito para un emprendedor?

A la hora de crear una empresa, el instinto juega un rol mucho más grande de lo que pensamos. Podés recolectar toda la data del mundo pero, a menos que sepas la mejor manera de usarla, no te sirve para nada. Parte de la clave es confiar en tu instinto. Cuando se me ocurrió la idea de Netflix, hasta mi mujer me dijo: “Eso nunca va a funcionar”. ¿Sabés por qué seguí adelante? Fue una mezcla de instinto, de sentir que tenía una buena idea, y de la información que reuní con incontables testeos.

El algoritmo de Netflix es casi la “fórmula Coca-Cola”. ¿Qué podés revelar?

Lo más importante que podés hacer para asegurarte el éxito en cualquier emprendimiento es saber qué quieren tus clientes y dárselo. Desde el primer día, ese fue el objetivo fundamental de Netflix. En todas las reuniones, solíamos decir que el cliente ocupaba una de las sillas, y cuando nos encontrábamos bloqueados  nos preguntábamos: “¿Qué querrían nuestros clientes?”. El algoritmo fue una forma más de asegurarnos de que esto era así, y creo que es una forma mejor de descubrir grandes historias. Mientras Netflix pueda seguir haciendo eso, el futuro está asegurado.

¿Cómo lograron convocar a un dream team de talentos cuando no tenían presupuesto?

Netflix no sería lo que es hoy sin cada una de las personas que trabajaron en ese primer edificio. Hay una expresión típica en Silicon Valley que dice que “la cultura se come a la estrategia en el desayuno”, y eso es 100% real en una startup. Haber tenido un equipo que tomó los desafíos como si fueran propios, fue esencial.

Pero nuestro superpoder no fue tener una cultura determinada cuando arrancamos, sino haberla podido mantener a medida que crecíamos. Aprendimos que no necesitábamos mesas de ping pong ni snacks gratis para tener contentos a nuestros empleados. Lo que teníamos que hacer era confiar en que habíamos contratado al talento correcto y permitirles la libertad y la responsabilidad de hacer su trabajo.

¿Qué aprendiste al lado de Reed Hastings?

Una de las mejores cosas que te pueden pasar como emprendedor es darte cuenta de que estás frente a un verdadero genio. Y Reed sin duda califica como excepcional. La segunda manera más efectiva de ser un buen emprendedor es observar a un gran emprendedor trabajar. La primera forma, claro, es creer en vos mismo. (Cronista - RIPE) l

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