La que iba a ser la sede del Ministerio de Turismo, en Cerrito y Zabala.

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Costó US$ 1,5 millones e iba ser la sede de Turismo; hoy está "destrozado" y dudan que se pueda vender

El ministerio abrió el proceso de enajenación de un edificio en la Ciudad Vieja que el actual gobierno no quiso ocupar; dudan que se lo puedan vender a alguien
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01 de septiembre de 2022 a las 05:04

“Muy pronto aquí será la sede del Ministerio de Turismo”. Así lo puede leer cualquiera que pase por el edificio de la esquina de Cerrito y Zabala, en plena Ciudad Vieja. La frase aparece aún en la fachada de la amplia edificación, y refleja lo que fue una intención de la pasada administración frenada por el actual gobierno. 

El inmueble, ubicado en la vieja sede del Lloyd’s Bank, fue comprado en 2017 por US$ 1,5 millones. Iba a ser la primera casa en propiedad del Ministerio de Turismo y se preveía invertir otro tanto en su refacción. Pero los trabajos fueron abandonados, por decisión de la actual administración, pocas semanas después de asumir el Poder Ejecutivo. 

En abril de 2020 el nuevo ministro Germán Cardoso anunciaba en la Torre Ejecutiva que, en acuerdo con el presidente Luis Lacalle Pou, se iba a revocar la definición de la administración anterior y que en un plazo breve se instrumentaría la venta del edificio. Las nuevas autoridades dijeron haber considerado que en un contexto de austeridad y ante la llegada de la pandemia por covid-19, la inversión que había que realizar allí era inoportuna. La estimación total era de unos US$ 4 millones, contando el precio de compra. 

El proceso siguió sin novedades hasta setiembre de ese año, cuando Cardoso aseguró que había “interesados” en quedarse con el inmueble.  Meses después el gobierno confirmó su decisión. El 11 de mayo de 2021, Cardoso firmó con la Administración Nacional de Puertos (ANP) un contrato de comodato por 30 años para que Turismo siguiera usando como sede una depedencia de ese organismo, ubicada en la Rambla y Yacaré. Un lugar que sus antecesores habían pensado como destino de la nueva terminal de cruceros. 

En agosto del año pasado, pocos días antes de renunciar a su cargo, Cardoso informó sobre la realización de una subasta pública para desprenderse del edificio en la calle Cerrito. Pero otra vez, nada de eso sucedió.  En su momento el Ministerio de Ambiente había expresado algún tipo de interés para ubicar allí su primera sede. Sin embargo, se determinó que no se adecuaba a sus requerimientos funcionales. 

Hoy el edificio está abandonado y sin un destino a la vista en el mediano plazo. Las actuales autoridades de Turismo, encabezadas por Tabaré Viera, evaluaron alguna vez la posibilidad de concretar la mudanza, pero desistieron bajo el argumento de que su recuperación costaría mucho dinero, y que la cartera no estaba dispuesta a afrontarlo.

Según dijeron fuentes ministeriales a El Observador, el edificio está en una condición inhabitable. “Está destrozado por dentro”, aseguraron desde el ministerio. 

De acuerdo a los consultados, buena parte de la situación se debe a que el Ministerio de Transporte había empezado en su momento los trabajos de refacción pero nunca se concretaron. En Turismo dudan de que, en las condiciones actuales, aparezca algún interesado en quedarse con esa propiedad. 

Prescindibilidad

El inmueble está en trámite de declaración de prescindibilidad y, pese a lo que declaró Cardoso hace más de dos años, recién en 2022 el ministerio inició el proceso para su enajenación. Así lo señala la respuesta a un pedido de informes efectuado por la senadora frenteamplista Liliam Kechichian y su suplente Benjamín Liberoff, y a la que accedió El Observador.

En todo este tiempo Turismo tuvo que realizar inversiones económicas en su sede actual, para garantizar la seguridad del inmueble y permitir su mantenimiento. En lo que va de este gobierno se llevan invertidos allí más de $ 4 millones 

En 2020 hubo que realizar un hidrolavado en la fachada, comprar mobiliario y ajustar la instalación eléctrica y de datos. En todo eso se inviertieron $ 300.832, que al cierre de ese año eran equivalentes a US$ 7.123. 

Los gastos aumentaron al año siguiente. En 2021 hubo reposición de equipos de aire acondicionado, además de la renovación del contrato con la empresa que realizaba el mantenimiento. También se pintaron algunas oficinas, así como los mástiles y soportes de las luminarias exteriores. 

Se ploteó el hall de entrada y una pared de la sala de actos, junto con el acondicionamiento de algunas oficinas y la reposición de cámaras de seguridad. El costo de ese año fue de $ 924.353, equivalentes a US$ 28.000.

Este año, según el informe de firmado por el ministro Viera el pasado 16 de agosto, los gastos siguieron. Hubo que comprar e instalar un pararrayos, limpiar el subsuelo y desmontar unidades exteriores de aire acondicionado en desuso. Hubo limpieza de tanques de agua, canalones de azotea y detectores de incendio, así como la sustitución del piso en la sala de actos y el inicio de las obras del nuevo estacionamiento. Total del año: $ 2.831.942, unos US$ 70 mil. 

Una de las consultas de Liberoff y Kechichian apuntaba a la vieja aspiración de la administración que encabezaron en torno a la actual sede ministerial. En su respuesta, Viera señala que se analizó, en conjunto con la ANP y el Poder Ejecutivo la posibilidad de contar con una terminal de cruceros dentro del Puerto de Montevideo, “no siendo viable al día de la fecha”. 

Un edificio inteligente

La compra de la sede en Cerrito y Zabala fue uno de los objetos de la comisión investigadora que indagó el año pasado en las últimas tres gestiones del Ministerio del Interior. Ese asunto fue incorporado por Cardoso, que cuestionó los detalles de esa adquisición realizada por vía directa. 

El exministro y ya entonces diputado colorado inquirió sobre el “intermediario” que acercó la compra del edificio. “Un cartel, por el que vimos que estaba a la venta”, respondió Kechichian cuando tuvo que responder ante la comisión a fines del año pasado. 

Allí la exministra defendió la elección, bajo la premisa de que la sede del ministerio tenía que seguir estando en la Ciudad Vieja. Según contó, hubo una recorrida por todo el barrio, que no permitió encontrar un edificio de 4 mil metros cuadrados, que era lo que el proyecto requería. "Queríamos hacer un edificio inteligente y que, por primera vez, el ministerio tuviera un edificio propio”, aseguró. 

Bien conservado en su momento, la opinión fue que se trataba del edficio ideal. Ante los cuestionamientos de Cardoso, la exministra sostuvo que era inútil efectuar un llamado a licitación y encontrar, por esa vía, un inmueble en la zona. “No era cuestión de licitar y comprar más barato”, dijo. “Había que comprar el que realmente queríamos para los intereses del ministerio”. 

Kechichian resaltó que el edificio estaba tasado al momento de la compra en US$ 2,8 millones, un millón más que lo que finalmente costó. Un logro que, recordó, le mereció la felicitación del entonces senador colorado Pedro Bordaberry. 

“Nos sigue pareciendo una pena que ese edificio esté cerrado, casi abandonado, muy sucio, sin vigilancia”, lamentó la exministra. “Me dio mucha pena cuando se dijo que se iba a poner en forma inmediata”. 

La exjerarca consideró un despropósito que un edificio como ese, con ese valor y ubicación, se encuentre sin ningún tipo de proyecto ni propuesta. 

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