Culpar a la balanza cuando muestra unos kilos de más no es una alternativa si la máquina es una
WS-30 de
Withings, una compañía europea que se dedica a desarrollar objetos conectados. Según recoge
Mashable, con esta nueva propuesta la empresa logró hacer que subirse en una balanza sea "un poco más fácil y mucho más exacto". Es que el aparato inteligente se calibra a sí mismo desde adentro, por lo que no depende de la destreza humana para programarse.
Así, garantiza dar información incuestionable sobre el peso y la masa corporal de quien se para encima, además de indicarle con marcas dónde debe pararse exactamente y cómo posicionar su cuerpo.
Conectados con la meta
Pero la clave está en qué sucede luego de que la balanza da al usuario la mala o buena noticia. La WS-30 está conectada mediante Wi-Fi y Bluetooth con el smartphone de iOS o Android, y puede enviar los datos a una aplicación móvil. Esta puede ser
Withings Health Companion App, desarrollada especialmente por la compañía para esa máquina, y disponible de forma gratuita en
iTunes y en
Google Play.
No obstante, la balanza también es compatible con otras 60 aplicaciones, luego de que la firma ampliara sus relaciones en los últimos tiempos, explica Mashable.
De quién son esos pies
La balanza tampoco pasa desapercibido el cambio de usuario: es capaz de detectar quién se para sobre ella, según la información que ha quedado almacenada. Así, cada usuario o miembro de la familia puede crearse un perfil, al tiempo que puede emplear sus datos para plantearse metas de adelgazamiento, por ejemplo, o para ayudar a mantenerse en forma.
Otra opción es la de "
fitness social": compartir el peso que arroja su WS-30 en Facebook o Twitter, como forma de motivación colectiva. Pero eso queda en manos de cada usuario, si elige o no revelar la verdad de su balanza.