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De los minutos a los bits: el negocio de las telefónicas

Mientras ANTEL crece de la mano de grandes inversiones, Movistar y Claro buscan su lugar en un mercado en el que están en desventaja
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27 de agosto de 2017 a las 05:00
ANTEL puso US$ 40,9 millones y se llevó cuatro. Movistar desembolsó US$ 31 millones y se llevó tres. Claro puso otros US$ 20,2 millones y se llevó dos. Las tres compañías que compiten en el mercado de servicios móviles salieron a apostar fuerte por los bloques de espectro radioeléctrico de baja frecuencia, que el Estado uruguayo subastó a través de un proceso competitivo realizado por la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec). Los espacios de banda que se adjudicaron son de 700 megahertz, una frecuencia baja que permite alcanzar un radio de cobertura más amplio. Junto a esos bloques se licitaron también bandas de alta frecuencia, para un total subastado de US$ 111,5 millones.

Esos bloques tienen de valiosos lo que no tienen de tangibles, pues constituyen la carretera por la cual transita la principal materia prima que hoy tienen las compañías de telecomunicaciones: los datos. En 2016, 22% del total de ingresos de las telecomunicaciones provino de la transmisión de datos e internet, mientras que el 63% fue producto de los servicios móviles, según la información recabada por la Ursec. La telefonía fija significó solo 15% del total. En 2009, la telefonía fija representaba para ANTEL el 70% de los ingresos, informó el presidente del ente, Andrés Tolosa.

US$ 111,5 millones de dólares recaudó el Estado por la última subasta de espacio radioeléctrico. ANTEL desembolsó US$ 45,3 millones, Claro US$ 35,2 millones y Movistar US$ 31 millones.

Pero una mirada hacia atrás permite ir más allá y apreciar la penetración de los datos en el mercado de telecomunicaciones. Mientras que entre 2013 y 2016, la cantidad de servicios móviles pasó de 5,27 millones a 5,42 millones (un aumento de 2,9%), la cantidad de servicios móviles con acceso a banda ancha pasó de 1,55 millones a 3,51 millones (un aumento de 126%).

Dicho de otra forma, la proporción de móviles con acceso a banda ancha pasó de 30% del total en 2013 a 65% en 2016, y es esperable que vaya creciendo aún más en los próximos años. "ANTEL va a transformarse en una empresa de solo datos. Los servicios de llamar por teléfono van a ser sobre esos datos", aseguró Tolosa en diálogo El Observador.

Eso requiere infraestructura y, en ese sentido, las tres compañías que participaron de la subasta comparten que se trata de una inversión clave que les permitirá alcanzar un mayor radio de cobertura y mejorar el servicio, por ejemplo, en sótanos y pequeños poblados, esos rincones que hasta el momento parecen resistirse al alcance de una señal ya casi omnipresente.

65% de los servicios móviles tienen acceso a banda ancha. La proporción se duplicó en menos de tres años. En 2016, 22% de los ingresos de telecomunicaciones provinieron de los datos.

Sebastián Aguiar, gerente de marketing de Claro, dijo que la compra representa un gran avance para la compañía, dado que es la primera vez que acceden a bandas de baja frecuencia. Desde 2004, año en que la compañía mexicana desembarcó en Uruguay, nunca se habían licitado bandas de estas características y eso obligaba a Claro a operar en espectros de alta frecuencia, que tienen un menor radio de cobertura y, por ende, requerían el despliegue de más puntos de conexión, explicó Aguiar. Además de comprar dos bloques de baja frecuencia, Claro adquirió otros dos espacios de alta pensando en la transmisión de datos. "Los datos no son el negocio del futuro, son el presente. Ya pasa por ahí el consumo, y por donde pasa el consumo es por donde pasa el negocio", agregó.

Fernando Leis, director de marketing de Movistar, coincide con esa visión y apuntó que el espectro radioeléctrico "es un elemento esencial para cumplir con la creciente demanda de tráfico de datos móviles". Leis afirmó que las telecomunicaciones pasan por "un proceso de transformación sin precedentes" en el que, por ejemplo, "los clientes envían menos SMS y hacen menos llamadas, pero se comunican mucho más porque las comunicaciones móviles se potencian con los datos, cuyo tráfico prácticamente se duplica año a año".

El último informe de la Ursec mostró por primera vez una caída en los minutos totales de llamadas de telefonía móvil, que sumaron 7% menos que en 2015. Los mensajes de texto ya habían comenzado a perder terreno en 2014, pero el año pasado acentuaron su caída, totalizando 33% menos que en 2015. Es el efecto Whatsapp.

Negocio disputado

Ese nuevo mercado que de a poco se va consolidando reabre viejas discusiones respecto a una regulación que ya es bastante compleja de entender. A diferencia de lo que ocurre con el suministro de agua, energía eléctrica o combustibles, mercados en los que las empresas públicas OSE, UTE y ANCAP tienen un notorio dominio del mercado o directamente el monopolio, las telecomunicaciones tienen unas reglas de juego que habilitan la participación de empresas privadas, aunque de una forma limitada.

La telefonía fija es propiedad exclusiva de ANTEL, al igual que el negocio de banda ancha fija alámbrica, pero otro es el caso de la telefonía celular, donde la empresa pública participa en competencia con las multinacionales Movistar y Claro.

En esa área –la telefonía celular– ANTEL ha ganado terreno en los últimos ocho años. En 2008 la torta estaba repartida de la siguiente manera: Movistar tenía el 40% de los servicios, ANTEL el 38% y Claro 22%. El mapa de 2016, en cambio, muestra a la empresa estatal con 54% del mercado, a Movistar con 32% y a Claro con 14%.

"Es una lástima privar al usuario de poder tener más opciones de conexión a internet", dijo Sebastián Aguiar, gerente de marketing de Claro

Para algunos, el avance de ANTEL en ese rubro podría ser síntoma de las bondades de un mercado en competencia. Sin embargo, hay quienes consideran que esa competencia nunca es tal, en el entendido de que ANTEL aprovecha su posición dominante en áreas de actividad donde tiene monopolio para volcar recursos a otras áreas donde compite por un pedazo de la torta.

Esa es, por ejemplo, la opinión de Omar de León, exasesor de ANTEL y CEO de Teleconsult, una consultora de telecomunicaciones. Según explica, en todo el mundo la industria de las telecomunicaciones se divide en tres pilares: los operadores (públicos o privados), que son quienes prestan los servicios; el gobierno, que dicta las políticas públicas; y el regulador, que hace cumplir las reglas del mercado.

"Tienen que ser independientes para que funcione. Pero acá el problema es que esas tres patas están distorsionadas", dice De León, y asegura que "entre ANTEL, la Ursec y el Ministerio de Industria no hay una separación de roles". Eso "trae problemas para el resto de los operadores", que se ven restringidos por una "regulación asimétrica", afirma.

Tolosa discrepa con ese tipo de interpretación. Según el presidente de ANTEL, el avance se dio gracias a una "visión estratégica y comercial" que acompasó la irrupción de los teléfonos móviles. "En lugar de que otros negocios desarrollaran el móvil fue al revés: el móvil sostuvo a ANTEL", afirmó Tolosa, y destacó el impacto que tuvo el cambio comercial de 2011, cuando la empresa unificó todos sus productos y servicios bajo la marca ANTEL. "Se cambió la imagen, el logo, se hizo una fuerza de marketing, y gran parte del cambio en el market share se debe a eso", sostuvo.

Consultado sobre si ese impulso publicitario estuvo sustentado en los negocios en los cuales la empresa tiene dominio de mercado, Tolosa dijo que "no es así", y que las competidoras "no son ningunas pequeñas", sino grandes empresas que "también tienen herramientas y capacidad" para realizar ese tipo de estrategias. "La diferencia no se hizo porque ANTEL tuviera una posición dominante; se hizo porque se trabajó mejor que la competencia", concluyó.

En la Ursec tampoco validan la interpretación de De León. "Hay una prédica en contra de las empresas públicas que se traduce en ese tipo de afirmaciones", dijo Gabriel Lombide, presidente del organismo regulador.

El precio de la necesidad

Otro de los problemas que identifica De León tiene que ver con una "sobreinversión" en infraestructura. El plan Fibra óptica al hogar, destacado por las autoridades de ANTEL como parte de un nuevo "ecosistema digital", es para De León algo innecesario.

Según el consultor, existen otras tecnologías más baratas que permiten tener una velocidad parecida y no obligan a desechar la red anterior de cobre como es el caso con la fibra óptica. Desde ANTEL lo ven como una postura anacrónica. "Es como discutir si las carreteras pueden ser de tierra o autopistas. El auto va a funcionar sobre un camino de tierra, pero lento y con riesgos de romperse. La autopista permite mayor velocidad", sostiene Tolosa.

"Para tener internet, tenés que tener una línea de telefonía. Es absurdo y no ocurre en ninguna otra parte del mundo", afirmó De León.

El mercado de fibra óptica también ha sido escenario de desencuentros entre las operadoras privadas y el regulador. A fines de 2011, la Ursec detectó que Claro ofrecía a sus clientes conexión por fibra óptica y lo obligó a desmantelarlo en favor del monopolio de ANTEL, algo que generó un debate acerca de su legitimidad jurídica.

A eso se le sumó, en 2016, el fallo de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), que declaró inconstitucional el artículo 56 de la ley de medios que prohíbe a los prestadores de servicios de comunicación audiovisual brindar, a su vez, conexión alámbrica a internet.

Lejos de poner fin a los reclamos y las dudas, cada fallo del tribunal extiende la discusión y posterga una definición. "Para nosotros es un tema que por ahora quedó ahí", dijo Aguiar a El Observador.
"Es una lástima y una linda oportunidad que el país se pierde de poder mejorar algo que cada vez más es un servicio esencial, como es internet", se lamentó.

Datos centralizados

Andrés Tolosa, presidente de ANTEL, dijo que "hay que empezar a rentabilizar los datos" y, para ello, la estrategia se basa en tres pilares. Por un lado, el pago por el consumo. "Ahí la tendencia es a que el valor de cada dato consumido sea menor porque las tecnologías mejoran", afirmó. Eso obliga a centrar los esfuerzos para "darle más valor a esos datos".

Tolosa puso como ejemplo las plataformas de streaming de video y la posibilidad de que ANTEL, como proveedor de la conexión, comparta una porción de los ingresos.

Por último, la empresa apunta al data center como otra vía importante de ingresos. Tolosa dijo que en este primer año de funcionamiento se han "superado" las propias expectativas, "casi duplicando" lo que se esperaba tener, tanto en espacio como en ingreso. La ocupación está en el orden del 30%, informó. El jerarca se excusó de revelar el ingreso que obtuvo la empresa por ese negocio hasta el momento.

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