Defendamos la educación

Para contextualizar, en la ENUT funcionan dos planes. El plan de estudios 98 tiene su práctica preprofesional gestionada por la propia escuela, en donde los estudiantes del último año de la carrera deben rotar de manera obligatoria por tres áreas: hospitalización, primer nivel de atención y producción. En el plan de estudios 2014 se realiza la práctica preprofesional en el último año. Los estudiantes seleccionan un lugar de campo, además de autogestionarse una institución en donde la desarrollará.

En el Plan 2014, las prácticas tienen una duración de tres meses con una duración de seis horas diarias.

En la actualidad nos encontramos con 45 estudiantes que iniciaron su práctica en 2020 y no pudieron finalizar sus rotaciones, 155 estudiantes del Plan 98 que ingresaron al último año de la carrera en 2021 y 142 estudiantes del Plan 2014 que ingresaron al 4to ciclo en 2021.

La mayoría de los estudiantes del Plan 2014 ya realizaron las gestiones pertinentes y tienen el aval de las instituciones respectivas para dar inicio a las prácticas, aguardando solamente la autorización de la ENUT para su comienzo, teniendo en cuenta todos los problemas que trajo la pandemia de covid-19.

Llegado el momento en que se autoriza la presencialidad de los estudiantes para el comienzo de las prácticas, las autoridades de la Escuela resuelven que se realizarán de manera escalonada y por goteo. Esto implica que la decisión de quiénes y en qué cantidad comenzarán queda en manos del azar, realizándose a través de un sorteo. Este sorteo tendrá un máximo 30 alumnos por cada tres meses para el Plan 2014 y por cada 18 semanas para el Plan 98. ¡Esto significa que algunos se retrasarán casi dos años!

Esta decisión unilateral, retroactiva y sin previo aviso, varía lo que indica el plan de estudios y echa por tierra las gestiones de los alumnos, que ya habían conseguido las instituciones para realizar las prácticas. Este cambio en las reglas de juego no tiene explicación lógica alguna, no se debe a la situación de pandemia ya que todos los recaudos fueron tomados y los estudiantes fueron convocados a instancias del MSP para ser vacunados.

Tampoco cabe la posibilidad de saturación en las instituciones donde se realicen las prácticas, ya que son esas mismas instituciones las que aceptaron la participación de los alumnos y los están esperando para que culminen su preparación profesional.

A estas alturas debemos preguntarnos: ¿esta es la educación que queremos? ¿Es así como queremos que sean preparados para el futuro de nuestra sociedad? ¿Quién toma cartas en el asunto y hace que se respeten los derechos de los estudiantes? ¿Los hacemos esperar dos años para poder poner en práctica lo que estudian hoy? Y mientras deben esperan sin saber qué hacer…

Creo firmemente que las autoridades, ya sea a nivel del Rectorado de la Universidad de la República o de Presidencia de la República, deben tomar conocimiento de estos hechos y adoptar decisiones que den solución a esta situación no solo por el bien de 350 alumnos y sus familias, sino por lo del principio, el bien de la educación y el futuro del país.

Ángeles Barreto Mastrángelo