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Del Oscar a Drexler a la muerte de Omar Gutiérrez: 30 hitos culturales que marcaron la cobertura

Un repaso por los hitos que marcaron la cobertura cultural de El Observador desde la primera página, a la última
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05 de junio de 2021 a las 05:00

 

La era de los shows masivos

Paul McCartney en Uruguay

La década de 1990 fue el primer aviso de que en Uruguay se podían hacer shows masivos. Pero nada se comparó a lo que ocurrió durante la última década, cuando Montevideo recibió presentaciones que hasta ese entonces solo se podían ver en Buenos Aires o las grandes ciudades de Brasil. Paul McCartney abrió esa nueva era de los shows en vivo en el Estadio Centenario en 2012, y además de su regreso en 2014, pasaron también por ese escenario figuras como la boyband inglesa One Direction (2014), los Rolling Stones (2016), Roger Waters (2017) y Ed Sheeran (2020), entre otros, presentaciones históricas y masivas para un país que no estaba acostumbrado a eventos de esa escala.

El Pilsen Rock y lo que vino después

Pilsen Rock, octubre 2005

A mediados de la década de los 2000, la ciudad de Durazno se convirtió en la meca del rock uruguayo. Como escenario de las primeras ediciones del festival Pilsen Rock, la ciudad recibió en seis oportunidades a miles de jóvenes que peregrinaban en ómnibus, trenes, autos o el medio que fuera posible para ver a las principales bandas del rock nacional, más algunos invitados extranjeros. El evento, que en 2010 tuvo una última edición ya en Montevideo, fue la máxima expresión de la efervescencia y la popularidad del género durante esos años, en los que se consagraron definitivamente bandas como La Vela Puerca y No Te Va Gustar, que junto a los más veteranos El Cuarteto de Nos lograrían también en los siguientes años trascender fronteras y conquistar público en toda la región.

El pop latino de los 2000

Los fatales

A mediados de la década de 1996, al influjo de bandas como Los Fatales, la música tropical uruguaya empezó a recorrer el camino que tantos otros géneros trazaron a lo largo de las décadas, como el rock, el rap, el tango y el reguetón: de sus orígenes asociados a las clases obreras y humildes, en un momento de su evolución es adoptado por el resto de la sociedad, generando una versión masiva. A comienzos de los 2000, bandas como Chocolate, Nietos del Futuro, Monterrojo y los mencionados Fatales sonaban por todas partes, con estéticas que remitían a las boybands, coreografías ensayadas y letras con humor, y fusiones con otros géneros locales, como la murga o el candombe. El pináculo de esta movida fue la canción Mayonesa, una de las más redituables y exitosas de la música uruguaya, que aún hoy se escucha en fiestas de distintas partes del mundo.

Nació, vivió y murió: la cumbia pop

Agustín Casanova y Fer Vázquez

El péndulo de la moda en la música uruguaya fue de lo que se llamó “pop latino” —que era más bien una plena pop— al rock, y de vuelta a la cumbia, solo que en una nueva encarnación titulada “cumbia pop”. En ella,  la influencia de las bandas argentinas de comienzos de los 2000 se había combinado con sonidos y sensibilidades adolescentes para hacerla amigable con un público diverso en cuanto a edades y clases sociales. Con las bandas Rombai y Márama como mascarones de proa del movimiento, un puñado de jóvenes uruguayos copó los oídos de toda Sudamérica, con hits que acumulan millones de reproducciones en las plataformas de streaming que dominan la industria en estos tiempos. Presentaciones en el Festival de Viña del Mar, Luna Park llenos, un paso de sus dos líderes, Agustin Casanova (Márama) y Fernando Vázquez (Rombai) por el espectáculo de ShowMatch en la televisión argentina. Durante la mitad de los años 2010, eran omnipresentes. Luego, escándalos, peleas, separaciones y un alejamiento del sonido original pusieron fin a un fenómeno en el que por un tiempo la tendencia se revirtió y Uruguay invadió musicalmente a sus vecinos.

El primer Oscar uruguayo

Jorge Drexler, ganador del Oscar

Prince abrió el sobre y dijo “And the Oscar goes to…Jorge Drexler, for Al otro lado del río”, y la noche del 27 de febrero de 2005 se hizo histórica para Uruguay. Con su triunfo en la categoría de Mejor canción original, por el tema hecho para la película Diarios de motocicleta, el cantautor montevideano se convirtió en el primer uruguayo en ganar el premio que entrega la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense —un año antes, César Charlone había estado nominado en la categoría de Mejor dirección de fotografía—. Fue la primera canción en español en ganar un Oscar, y Drexler, que había sido impedido de cantar su obra en la ceremonia por la producción por ser poco conocido para el público estadounidense, tuvo su revancha al recibir la estatuilla, cuando cantó algunos versos antes de despedirse con un sencillo “chau, thank you, gracias”.  

Bajofondo y el nuevo tango

Bajofondo

Lejos de estancarse, y aunque ya no tenga la masividad de antaño, el tango sigue presente en el panorama cultural uruguayo, con nuevas voces y sonidos que emergieron en las últimas décadas. Por un lado, se produjo la emergencia de una nueva generación de cantantes femeninas como Francis Andreu, Malena Muyala y Maia Castro; por el otro, se dio la aparición de un nuevo fenómeno como el del grupo uruguayo-argentino Bajofondo, que liderado por los músicos y productores Juan Campodónico y Gustavo Santaolalla, devolvió al género a las pistas de baile y a las radios con un cruce con la música electrónica y el pop, que los llevó además a recorrer el mundo y a recibir premios Grammy latino, además de a estar nominados en los Grammy internacionales. A todo esto se suma la aparición de nuevos movimientos de milongas con jóvenes interesados por el género, y a la realización de eventos como el festival Montevideo Tango, en 2019.

El Sodre y el Solís renacen

Teatro Solís

Dos de los escenarios más icónicos de la cultura montevideana se renovaron y volvieron a convertirse en lugares ineludibles para las artes. Tras un incendio en sus camarines, en 1998 el Teatro Solís cerró sus puertas, y luego de seis años de obras, se reinauguró en 2004 con un espectáculo que incluyó a artistas nacionales y extranjeros, y que no estuvo exento de polémica por los invitados que desfilaron por la alfombra roja y por el excesivo volumen de la Orquesta Sinfónica al acompañar a los cantantes líricos extranjeros, algo que el director de la banda, Federico García Vigil, minimizó comentando que se debía al entusiasmo por el evento. 

En 1971, el Auditorio del Sodre se incendió, y su reconstrucción no se completó hasta 2009. La larga espera valió la pena, ya que el edificio se incorporó al panorama cultural montevideano y uruguayo como uno de los locales más utilizados y de los más adecuados para las presentaciones de las distintas artes que recibe desde entonces. Un año después de su reinauguración, el exbailarín argentino Julio Bocca asumió la dirección del Ballet Nacional del Sodre, iniciando una etapa de proyección internacional para el cuerpo, y de un vínculo más profundo y extenso con el público local que sigue hasta hoy.

El BNS se arraiga en el ADN nacional

El Ballet Nacional del Sodre

Julio Bocca asumió como director del Ballet Nacional del Sodre en 2012 y con él al frente, la compañía floreció. Su gestión revitalizó una disciplina de capa caída y, como uno de sus primeros movimientos estratégicos, repatrió a la bailarina María Noel Riccetto, que se convirtió en rostro y punta de lanza de la compañía. En 2017 Riccetto ganó el Benois de la Danza, un premio que fue también, de alguna manera, para todo lo que incluyó la gestión de Bocca: un repertorio siempre ambicioso, un equipo técnico que no paró de exportar telones y vestuario, giras internacionales, un cuerpo de baile que unió a figuras internacionales y promesas locales y una afluencia de público que alcanzó registros inéditos y que puso al ballet en la mesa. Bocca abandonó la institución en 2018 en medio del hastío por su “burocracia”, pero la línea se mantuvo: el pasaje del director español Igor Yebra fue breve pero destacado, y el puesto quedó desde 2020 en manos de Riccetto, que enfrenta ahora el reto de mantener la vara en alto.

Italia Fausta: récord en tablas

¿Quién le teme a Italia Fausta?

En 2003 bajó de cartel la obra ¿Quién le teme a Italia Fausta?, con el logro de ser la más exitosa de la historia del teatro uruguayo, al haber recibido a más de 300.000 espectadores en sus funciones, además de ser la de mayor continuidad en la cartelera nacional, ya que había permanecido en la programación teatral de forma ininterrumpida desde 1988. La obra, creada por los brasileños Miguel Magno y Ricardo de Almeida, tuvo en su versión uruguaya a Omar Varela como director, y convirtió a uno de sus protagonistas, Petru Valensky, en un referente del teatro y luego de los medios uruguayos. “Italia Fausta me sacó el hambre, me dio todo lo que había soñado. Pasé de ser una persona señalada a ser un actor”, dijo Valensky sobre el impacto de esa obra en su carrera.

Teatro for export

Sergio Blanco, 2017

Cada generación tiene referentes, y si para los teatreros de hace dos o tres décadas esos eran Taco Larreta, Milton Schinca o Héctor Manuel Vidal, para los de los últimos quince años son Sergio Blanco, Gabriel Calderón, Marianella Morena y Roberto Suárez. Desde el ya reconocible ejercicio de la autoficción del primero al estrambótico surrealismo del último, cada uno de ellos ha construido carreras identificables que, además, han pautado que la dramaturgia uruguaya se consagre fuera de fronteras: los premios a Blanco y sus obras no pararon de surgir desde su ya icónica Tebas Land, Calderón y Morena recorren con sus puestas los países europeos y de la región y cosechan aplausos sin parar, y Suárez no deja de sorprender con nuevas capas, nuevos lenguajes y adaptaciones de su propio universo mágico. El teatro uruguayo tiene varios exponentes, pero estos cuatro embajadores, en los últimos años, encontraron los caminos a la cima y allí se mantienen. 

MasterChef y el impulso a la cocina en TV

Nilson, el primer ganador de Masterchef

En el último lustro, la televisión uruguaya ha logrado distanciarse—no del todo, pero sí en buena medida— de la pantalla argentina, en parte fue gracias a la realización local de formatos internacionales, entre programas de concursos, ciclos de preguntas y respuestas y reality shows. Uno de los puntos de quiebre en esa evolución fue la versión uruguaya de MasterChef, el certamen de cocina que se estrenó en abril de 2017 en Canal 10. Desde su primera emisión, el programa se convirtió en un fenómeno popular, liderando las mediciones de audiencia y acaparando la conversación en distintos ámbitos, con sus concursantes y jurados convirtiéndose también en personajes conocidos y hasta parodiados, además de generar un cambio en el vínculo del público con la cocina y los productos utilizados en el concurso.

El vecino de todos

Omar Gutiérrez

Termo y mate bajo el brazo, vestimenta informal, y el saludo de “vecina, vecino” eran algunas de las marcas registradas de Omar Gutiérrez, ícono de los medios uruguayos, que en setiembre de 2018 falleció a los 70 años a causa de una enfermedad pulmonar. Conocido sobre todo por el ciclo De Igual a igual, que se emitió entre 1990 y 2009 en Canal 4, Gutiérrez conquistó al público por su estilo de comunicar, por llevar su programa a todos los rincones del país y por abrir las puertas a todos los artistas que así lo quisieran, sean del género que sean. Su entierro en su San José natal fue un evento multitudinario, y la última celebración de una figura que hizo de la cercanía su carta principal para ganarse a todos.

Darwin, el personaje radial de la época

Carlos Tanco, junio 2003

“El humor es sacar a relucir de manera ingeniosa nuestros pensamientos miserables, que en general estamos tratando de ocultar y existen”. Eso decía Carlos Tanco al semanario Búsqueda en 2017, en una de las contadísimas entrevistas que ha dado. Así ve el humor el hombre que se encargó de crear al personaje más radical, polarizante y transversal de la radio uruguaya: Darwin Desbocatti. Venerado y aborrecido a partes iguales, Darwin ocupa hoy buena parte de los minutos de No toquen nada, en De Sol FM, pero también lo hacía cuando ese mismo programa ocupaba la mañana de Océano FM, radio a la que llegó después de estar un tiempo en silencio tras haber dejado Las cosas en su sitio, el programa en el que debutó. El humor corrosivo y diario del personaje atraviesa la línea temporal de los medios como una especie de mito abstracto y gritón, y lo hará, seguramente, hasta que Tanco se canse de vivir con él.

El resurgimiento de Tv Ciudad

La letra chica

Con menor incidencia y objetivos diferentes a los de los canales de aire privados, la televisión pública uruguaya —TNU y TV Ciudad— se mantuvo siempre en segundo plano. Sin embargo, para el canal de la Intendencia de Montevideo la realidad cambió de manera bastante radical en los últimos seis años. Con el impulso del por entonces director Andrés Rodríguez, y la continuidad que le dio Federico Dalmaud después, TV Ciudad planteó una programación en la que buscó abastecerse de figuras de otros canales, programas con un perfil político claro y una serie de propuestas que empezaron, ahora sí, a colarse en la conversación. La bandera de esa transformación fue La letra chica, un periodístico que logró arañar puntos de rating inéditos en el canal, que se metió en la agenda y que trajo un eco al que TV Ciudad nunca había llegado a aspirar en sus 26 años de vida. 

El nuevo cine uruguayo

25 watts

Fue como un estallido. Un latigazo que, con su golpe más certero, impulsó lo que vino después. En 2001, el llamado “nuevo cine uruguayo” sacudió la estantería de la cultura nacional con dos películas fundamentales: 25 watts y En la puta vida. Es cierto: el cine nacional ya había dado obras en años anteriores, pero fue con el taquillazo de Beatriz Flores Silva y el empuje creativo de Pablo Stoll, Juan Pablo Rebella y el resto de la generación Control Z, que el audiovisual uruguayo se afianzó. De ahí en más, solo vendrían buenas cosas: los premios en el extranjero, cineastas cada vez más maduros y relevantes, una filmografía nacional creciente y una identidad cinematográfica palpable, identificable y admirada fuera de fronteras.

Goles afuera

Después de la explosión, llegó la consolidación: a medida que el cine nacional empezó a colgar películas en su filmografía incipiente, los premios y reconocimientos empezaron a llegar. En 2004, después de saborear distinciones en el Festival de Rotterdam con 25 watts, Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella se llevaron el premio Un certain regard en el festival de Cannes con Whisky. Enseguida el palmarés aumentó y el cine uruguayo se internacionalizó. Hubo premios para todos los gustos: Gigante logró el Oso de plata en Berlín, Inés Bortagaray ganó en Sundance por su guion de Mi amiga del parque, Lucía Garibaldi ganó en Sundance como directora por Los tiburones, La noche de 12 años se llevó un Goya y un premio en Berlín, El campeón del mundo ganó en LongShots de la BBC, El baño del papa fue exhibida en Cannes, entre otros éxitos.

Fede Álvarez y su troupe, a Hollywood

Fede Álvarez

En 2009, un realizador llamado Fede Álvarez subió un cortometraje hecho con 300 dólares y titulado Ataque de pánico a Youtube, y con él selló su pasaje a Hollywood. Gracias a su impulso, el cineasta de culto Sam Raimi se lo llevó a Los Ángeles, le encargó la remake de su propio clásico —Posesión infernal— y lo puso en ruta para una carrera que ya incluyó un taquillazo —No respires—, una saga —La chica en la telaraña—, una serie para streaming —Calls—, la creación de su propia productora —Bad hombre— y varios proyectos en cola. Actualmente Álvarez integra las listas de los cineastas más codiciados del mercado, su teléfono no para de sonar y, a su vez, su equipo de trabajo —que incluye, entre otros, al también director y guionista Rodo Sayagués y al director de fotografía Pedro Luque— también funciona de manera independiente y estira un legado uruguayo que, en la meca del cine, se afianza.

El Cervantes de Ida

Ida Vitale condecorada con el premio Cervantes

"Ahora seres benévolos y palpables movieron las piezas de un superior ajedrez, situándolas en posición favorable y acá estoy, agradecida, emocionada." Las palabras las dijo la poeta uruguaya Ida Vitale el 23 de abril de 2019, frente a los reyes de España, en España, y con el premio Cervantes, el más importante de las letras en este idioma, en sus manos. Con el galardón, Vitale se convirtió en la segunda uruguaya en recibirlo —en 1980 lo había ganado Juan Carlos Onetti— y a los 95 años coronó, así, un momento de popularidad y prestigio tardío para una carrera longeva, destacada y plagada de obras que, en los últimos años, se reeditaron a mansalva. La escritora, última representante de la Generación del 45, le regaló a la cultura uruguaya uno de sus episodios recientes cumbres, y con la sencillez que la caracteriza se unió a un palmarés internacional de prestigio. 

La nueva ola de la edición independiente

Editoriales independientes

La edición independiente en Uruguay no es un fenómeno reciente —allí están Banda Oriental, Trilce, Fin de siglo, Yaugurú y varias más— pero si bien la trayectoria es larga, en los últimos años el entusiasmo por este tipo de publicaciones y la aparición de algunas editoriales puntuales ha determinado que exista una consolidación y renovación, o al menos que estos autores que le “escapan” a las gigantescas multinacionales encuentren más espacio en librerías. Hace poco más de una década, por ejemplo, Casa Editorial Hum, Estuario Editora, Criatura Editora e Irrupciones Grupo Editor, entre otras, inundaron el mapa literario nacional con sus diseños, autores y propuestas. Crecieron, además, a medida que el interés por los “nuevos” autores uruguayos también aumentaba. Más cerca en el tiempo aparecieron colectivos —Sancocho—, ferias y más nombres, algunos que se mantienen, otros que ya no: Salvadora Editora, La propia cartonera, Pez en el hielo, Fardo, Alter Ediciones, Tajante, Ediciones de La Canoa y más.  

Los adioses

Mario Benedetti

No se hacen 10 mil ediciones sin unas cuantas despedidas. Algunas se resumen en una referencia o un zócalo que, los despistados, se perderán. Otras, en tanto, son seguidas con tristeza y muchos caracteres, con coberturas que ocupan varias páginas, varios días. Como sea, la vida de El Observador también estuvo marcada por los adioses, y en materia cultural fueron muchos. La muerte de Mario Benedetti, por ejemplo, fue una de las que más espacio tuvo: Pasos perdidos por Mario fue el título de la crónica de su velorio en el Palacio Legislativo. Algo parecido pasó con Daniel Viglietti: “La guitarra fue colocada en la sala junto al ataúd; él a la izquierda. Como siempre”, recuerda la nota final sobre el músico. También pasaron por las páginas, en estos años, las muertes de Eduardo Galeano, Idea Vilariño, Juan Carlos Onetti, China Zorrilla, Taco Larreta, Mario Levrero, Washington Benavídes, Aníbal Sampayo, Eduardo Darnauchans, Osvaldo Fattoruso y Claudio Taddei, entre otros.

Picasso en Uruguay 

Picasso en Uruguay

En 2019, 45 obras de Pablo Picasso llegaron a Montevideo para ser exhibidas en una muestra en el Museo Nacional de Artes Visuales. Picasso en Uruguay contó con la curaduría del Museu Picasso Barcelona, marcó la agenda cultural de aquel año y pautó que la afluencia de público en el museo del Parque Rodó fuera casi inédita; en ese sentido, aportó otra razón más para lo que su director, Enrique Aguerre, pretende lograr desde hace varios años: “Que el museo no sea un templo sagrado para iniciados, sino un lugar para todo el mundo”. Picasso en Uruguay fue un acontecimiento histórico para las artes visuales en el país, y está en esta sección como representante de la gestión de los museos en los últimos años. De todos modos, hubo un coqueteo previo con el artista español en Uruguay en este mismo período, aunque no de este calibre: en 2003, una muestra de grabados más pequeña se expuso en el Museo Torres García y se tituló Picasso desde Málaga, grabados originales.

Ilustrados y valientes

La ilustración en ebullición

En algún punto de estos treinta años, la manera en la que los uruguayos entendían el diseño gráfico cambió. Empezó a ser importante el aspecto visual de las cosas, las marcas demandaron mayor creatividad y las carreras terciarias comenzaron a perfeccionar talentos que, a priori, antes debían ser autodidactas. Así se llegó al momento que la ilustración vive hoy: un período de trazos en ebullición, de cuidado de las formas, de ilustradores que participan en ferias del mundo y que ganan premios y reconocimientos, de colectivos que unen talentos y los potencian. Dani Scharf, Fran Cunha, Daniela Beracochea, Claudia Prezioso, Laura Carrasco, Sebastián Santana, Alfredo Soderguit, Pablo Choca, Eduardo Sganga y Caja Baja son algunos de los nombres que animan esta renovación en la ilustración, varios que se nuclean, además, en eventos puntuales como el Mercadito de ilustraciones. 

Gustos adquiridos

Cambio en el paladar

Empezó con los viajes, con la apertura al exterior. De a poco, quienes volvían al país en aquellos primeros años de los 2000 llegaban encantados con los sabores asiáticos, los experimentos centroamericanos, las tradiciones europeas menos trilladas, y traían una mochila cargada de recetas. Así, el paladar uruguayo empezó a cambiar. Abrieron nuevas propuestas y restaurantes, determinados productos empezaron a popularizarse y a meterse en la dieta recurrente —la palta, el picante, las especias, el kale y más—, se le prestó más atención a los productos autóctonos y hasta ese momento desaprovechados y el fenómeno de la inmigración caribeña que se reforzó en los últimos años le dio el toque final. Hoy esa figura titulada como “el nuevo uruguayo” se basa, entre otras cosas, en ese interés creciente por los sabores, por esa apertura gastronómica que, en épocas más oscuras, era quizás hasta impensada. 

Comer y beber artesanal

Cervezas artensanales

En esta era de velocidad, una presencia total de lo digital y un creciente recelo a los productos industriales y ultraprocesados, los productos artesanales se han convertido en tendencia. Trajeron al panorama local modas que comenzaron en el hemisferio norte, dieron mayor reconocimiento a productores pequeños, a la exploración de nuevos sabores, y lograron una asociación con las generaciones más jóvenes, que dan prioridad a lo único, lo individual y lo personalizado. La cerveza, los helados, la sidra, los dulces y el pan son algunas de las bebidas y los alimentos que más presencia tienen en este movimiento, en el que también se puede asociar la mayor preponderancia del café de especialidad en los bares y las cafeterías locales. 

Uruguay en los 50 Best

Parador La Huella, José Ignacio

La referida apertura gastronómica oriental tuvo, a la par de la expansión del eje Punta del Este/La Barra/José Ignacio como polo turístico del país, causas y consecuencias: a partir del comienzo del siglo XXI, las propuestas gastronómicas ubicadas en esa zona del este empezaron a ganar terreno en los intereses fuera de fronteras y, con el surgimiento de la lista Latin America 50 Best Restaurants en 2013, lugar en la real consideración internacional. Fueron dos los restaurantes que lograron ser parte en varias ocasiones de esa prestigiosa selección: el parador La Huella, en José Ignacio, y La Bourgogne, de Punta del Este. Actualmente el que se mantiene es el primero, que llegó a ocupar el puesto número 11 en 2015.

La bandera del tannat 

Tannat

El tannat, la cepa uruguaya por antonomasia, ha sido objeto de algunos mitos que atraviesan su historia. Sin embargo, su desarrollo en las diferentes bodegas del país en los últimos 30 años y su consagración a nivel internacional, transformaron a esta uva originaria de los Pirineos en la bandera del vino nacional. Impulsados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, los vinos uruguayos pegaron un salto de calidad encolumnados detrás de la figura de esta cepa, que derribó prejuicios y probó científicamente que, por sus componentes, es el vino con mayor cantidad de antioxidantes. Actualmente en Uruguay existen 1610 hectáreas de viñedos de tannat, se planta en todas las regiones vitivinícolas del país y tiene hasta día propio: el 14 de abril. 

La murga joven explota 

Murga joven

La murga es el género carnavalero uruguayo por excelencia, y como tal tiene una larga historia que abarca más de un siglo. Pero en 1998 comenzó un movimiento que le inyectó una buena dosis de sangre nueva y renovó al género: el concurso de Murga joven, del que surgieron algunos títulos que dieron el salto al Carnaval mayor y se convirtieron en nombres populares, además de, en algunos casos, llegar al título en la categoría. Del Encuentro de Murga joven surgieron conjuntos como Cayó la cabra, La Trasnochada y Agarrate Catalina, que en la senda de otras murgas como La Reina de la Teja y Falta y Resto, salió fuera de fronteras y llevó sus espectáculos fuera de Uruguay. En los últimos tiempos, este fenómeno mostró un lado oscuro: el feminismo que atraviesa a la sociedad logró demostrar que, en ocasiones, la murga joven era un terreno fértil para el acoso, el abuso y las actitudes machistas. Los coletazos de Varones del Carnaval, como se titularon esas revelaciones que pusieron a varios referentes bajo la lupa, todavía resuenan. 

El candombe se expande

Llamadas en Montevideo

Por fuera de los certámenes carnavaleros, en los últimos años el candombe creció en su arraigo y alcance como expresión cultural uruguaya. Declarado en 2009 como Patrimonio inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, hay cada vez más comparsas que surgen en todo el país, ampliando su presencia por fuera de los barrios montevideanos donde surgió su versión moderna y que siguen siendo sus hogares tradicionales: Sur, Palermo y Cordón. Llamadas en la ciudad de Durazno, en la Ciudad de la Costa, comparsas establecidas en el interior, y un incremento en los grupos que compiten en Montevideo que hizo que el desfile anual tuviera que expandirse a dos jornadas son algunos de los signos de esa masificación de la cultura candombera.

Los fondos concursables

Establecidos por ley en 2005 y reglamentados un año después, los Fondos Concursables para la Cultura que desde entonces otorga el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) se han convertido en uno de los canales más habituales para la concreción de proyectos artísticos, editoriales, de videojuegos y académicos en todo el país. Este mecanismo, elogiado y reconocido como una herramienta clave por actores de la cultura, que en 2020 tuvo récord de postulantes, ha sido una confirmación de que los fondos públicos son en Uruguay una pieza ya establecida para quienes buscan realizar sus iniciativas, en un país en el que si bien hay más facilidades, sigue siendo complicado vivir exclusivamente del arte o la cultura, y en el que además un mercado pequeño hace difícil sustentar algunas creaciones.  

Salir a patrimonear

Día del Patrimonio

Instaurado en 1995, el Día del Patrimonio se ha consolidado año a año como una tradición anual en la que los uruguayos se reencuentran con la historia, los edificios y los personajes que han conformado la identidad nacional en distintas áreas, desde la cultura y la arquitectura hasta la medicina y la política. Es una jornada en la que, más allá de los homenajes a figuras y tradiciones, los edificios públicos o aquellos privados con significación histórica, social o cultural abren sus puertas a los visitantes —incluyendo aquellos que el resto del año son inaccesibles—, lo que sumado a las actividades de esa jornada conforman un evento que se ha extendido a más de un día para albergar a un público que ya, desde hace dos décadas, es masivo.

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