En el episodio más reciente de The Walking Dead, que marcó el final de la primera mitad de la octava temporada de la serie, uno de sus personajes fundamentales, Carl Grimes, hijo del protagonista del programa, Rick Grimes, fue mordido por un zombi y empezó el camino hacia su muerte y salida de la serie.
Esta sorpresa - ya que el personaje se manejaba incluso como un potencial heredero al rol protagónico de su padre, encarnado por Andrew Lincoln - fue seguida por una denuncia de parte del padre del actor Chandler Riggs, que interpreta a Carl.
En un posteo de Facebook que luego eliminó, William Riggs denunció a Scott Gimple, el productor de la serie. "Ver cómo Gimple despidió a mi hijo dos semanas antes de que cumpla 18 años después de decirle que lo querían tener en el programa durante tres años más, fue una decepción. Nunca confiamos en Gimple y en el canal AMC, pero Chandler sí lo hacía. Sé cuánto le dolió esto".
El actor dijo luego que su partida lo sorprendió, pero que no lo toma necesariamente como algo malo, ya que podrá dedicarse a otros proyectos de actuación, antes de comenzar sus estudios universitarios. Chandler Riggs, de 18 años, comenzó a actuar en el programa a los 10, pero aclaró que a pesar de su situación estudiantil, la decisión de irse de The Walking Dead no fue suya.
Uno de los pocos actores originales que quedaban en el programa, tiene ahora una partida en una situación enrarecida y con versiones encontradas, como ya ocurrió en el pasado, por ejemplo, con la salida de la actriz Laurie Holden, que interpretaba a Andrea. "No tuvo ningún sentido", dijo sobre su muerte en la historia, que adjudicó al cambio de productor responsable que ocurrió en esa temporada, cuando Gimple tomó el mando de la serie.