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Desde Paysandú a Punta Carretas, vecinos se juntan contra el delito

Con similares estrategias, las organizaciones se expanden en casi todo el país
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21 de enero de 2018 a las 05:00
Desde Punta Carretas hasta el departamento de Paysandú, pasando por Parque Batlle, Malvín, Prado, varias localidades de Canelones, Carmelo (Colonia) y Rocha, los ciudadanos no solamente se organizan cada vez más para coordinar tareas contra la delincuencia y la inseguridad, sino que además se articulan desde hace varios meses en la denominada Coordinadora Nacional de Comisiones de Seguridad Barrial.

El colectivo está integrado por más de 65.000 personas nucleadas en 35 grupos identificados con el lema de "Vecinos en alerta". Para este año, tiene el objetivo de "continuar expandiéndose por todo el país", además de seguir desarrollando su estructura, dijo a El Observador Leonel Martínez, uno de sus referentes.

La Coordinadora ya cuenta con diversas comisiones internas que abarcan distintas áreas de trabajo, como comunicación con la prensa, búsqueda de nuevos grupos de vecinos y unificación de criterios de acción.

A sus reuniones mensuales han asistido representantes de varios departamentos del interior.
Las agrupaciones vecinales que la forman difieren en el grado de sofisticación de las herramientas y las estrategias empleadas para combatir la inseguridad de la zona, pero en todos los casos la lógica es similar: un grupo de Whatsapp que reúne a todas las familias que viven en una misma cuadra.

Por ejemplo, la Comisión de Seguridad de Punta Carretas –formada en 2011–, consta de 84 grupos, y los referentes de cada cuadra transmiten un resumen de los distintos robos o eventos vinculados a la inseguridad que le ocurre a los vecinos. Ese es el motor de todo el movimiento.

Iniciativas

Según una encuesta que hicieron los vecinos organizados de Punta Carretas a mediados de 2017, 33% de los habitantes de la zona declararon haber sufrido un robo en los últimos dos años y tres meses, un guarismo que se ha mantenido incambiado desde la encuesta anterior de 2011, dijo a El Observador Leslie Crowford, representante de este grupo.

"Cuando nos reunimos con la Policía nos dicen que vivimos en uno de los barrios más tranquilos, que incluso ellos vivirían acá... Tendrían que entrar y ver lo que se habla en los grupos para que entiendan que no es así", contó.

Este equipo de ciudadanos planea instalar próximamente un sistema de alarma que pueda ser activado desde un control remoto por cualquier vecino cuando presencie un delito, y sustituir de esa forma los silbatos con que todavía se manejan muchos de ellos.

Por su parte, las 200 familias del Prado conectadas por Whatsapp tienen, desde hace años, un sistema de cámaras de vigilancia a cuyo registro online acceden desde los celulares.

En ese barrio, los asaltos propiciados en las cuadras oscuras debido a la cantidad de árboles frondosos que bloquean las luces callejeras, tienen a los vecinos "inseguros" y evaluando por estos días la contratación de un sereno que patrulle la zona.

El Programa de Alta Dedicación Operativa (Pado) que el Ministerio del Interior puso en funcionamiento en 2016 para ciertas áreas "no es suficiente", señaló Martínez. "Y tampoco la iluminación. Por eso decidimos entre nosotros hacernos cargo del costo e instalar varios postes de luz", agregó.

En la zona sur de Malvín, en tanto, funciona otro grupo que no integra la Coordinadora, pero tiene una organización interna parecida a las demás y una idéntica preocupación por los delitos.

"Sufrimos una rapiña un día y otro también", dijo a El Observador Fernando Ripoll, uno de sus voceros. "Sobre todo luego de las cinco de la tarde, cuando regresamos de trabajar", agregó.

Por esa razón iniciaron contactos con una empresa de seguridad para contratar el servicio de un agente motorizado. La idea es que los vecinos le envíen un mensaje por celular a este hombre cuando estén por llegar a sus casas, ya que cuando abren sus puertas es el momento en el que más asaltos se producen, dijo Ripoll.

En la localidad canaria de Joaquín Suárez no hay tanta tecnología disponible entre vecinos porque la organización recién se formó este invierno, pero ya reúne a 150 familias en casi 20 grupos. Además, ya están en contacto con las agrupaciones de Pando, Barros Blancos, Carrasco del Sauce, Toledo y la Costa de Oro, entre otras.

Su referente, Diego del Valle, dijo a El Observador que su preocupación principal consiste en "generar un cambio cultural que tenga a los vecinos y la Policía trabajando juntos".

Del Valle participa de un curso sobre seguridad que coordinó la Policía Comunitaria de Canelones y la seccional 16 de Suárez, en donde se lo instruyó en asuntos que van "desde narcótráfico hasta violencia doméstica".

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