Nacional > ENTREVISTA A IAN DUDDY

Después del brexit, el Reino Unido ve "nuevas oportunidades"

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21 de noviembre de 2016 a las 05:00

Pisó por primera vez el Uruguay hace más de una década. Estaba cumpliendo funciones en la embajada británica en Buenos Aires cuando se enteró que Uruguay y Australia jugarían el repechaje para clasificar al mundial de Alemania 2006. Como amante de los deportes
–es hincha del Tottenham y en su juventud jugó al rugby– decidió cruzar el Río de la Plata para ver ese partido.

Años después vuelve a Montevideo como el máximo representante del Reino Unido. Todavía no dice qué equipo uruguayo le gusta más pero ya se considera un hincha del Tannat. Es el primer destino que Ian Duddy tiene como embajador, luego de 15 años de experiencia en la cancillería británica. Antes de llegar a Uruguay estuvo como jefe de la misión británica ante las Naciones Unidas en Ginebra, donde trabajó en colaboración estrecha con la delegación uruguaya en temas de Derechos Humanos, en especial derechos en materia de género.

Este originario de Canterbury –sede de la iglesia anglicana– tiene otra pasión además de los deportes: la música. Y por eso no resulta sorpresivo que le haya pedido por Twitter a la cantante británica Adele que visite Uruguay. En la residencia de Canning y Ricaldoni –que está reluciente luego de una remodelación– recibió a El Observador y, además de expresar su deseo de que Adele llegue, dialogó sobre varios temas que hacen a la relación bilateral.

¿Con qué expectativa llega al Uruguay?

Uruguay y el Reino Unido tienen una relación bilateral larga y con mucha historia. Es lo que veo todos los días, por ejemplo, con las asociaciones, los institutos y la enseñanza del inglés. Mi objetivo es profundizar más los vínculos que tenemos y mirar hacia el futuro. Me interesa mucho la enseñanza del inglés y las oportunidades para estudiar afuera. Todo el tema de la educación y la cultura inglesa es algo que me gustaría promover porque creo que tenemos valores parecidos. Este año tenemos 29 becarios uruguayos que están estudiando en Inglaterra. El año pasado fueron 30. Eso constituye un aumento importante respecto a los últimos años y me gustaría mantenerlo. Y como embajador también será mi misión intentar profundizar las relaciones comerciales entre los dos países.

¿Cómo ve la posibilidad de un tratado de libre comercio con Uruguay?

En primer lugar tenemos que salir de la Unión Europea porque mientras sigamos formando parte de ese club hay que cumplir con las reglas. La primera ministra fue clara en que el voto para el brexit tiene que ser respetado. Ahora estamos en un momento de transición que va a tardar unos dos años. El gobierno también fue claro que estará buscando nuevas oportunidades después de la salida. Yo tengo aquí un puesto de cuatro años, así que después de los dos años estoy seguro que vamos a buscar nuevas posibilidades.

¿Por qué más uruguayos tuvieron en estos últimos dos años la posibilidad de ir becados a estudiar al Reino Unido?

Creo que es importante mostrar que estamos abiertos a recibir gente y que estamos abiertos a la colaboración no solo en Europa sino en otros lugares como en Uruguay. Y creo que Uruguay tiene una buena capacidad en materia de educación con respecto a otros países y hay alumnos que pueden aprovechar para hacer un curso en inglés en instituciones con un peso importante como LSE, Oxford y Cambridge. Aprovechamos la cantidad de alumnos que piden becas para estudiar afuera y hemos visto que hay una gran demanda para las plazas disponibles. Todo esto lo pudimos hacer también con el apoyo de ANII y eso es un ejemplo de cooperación.

¿Qué rasgos de la cultura o identidad uruguaya le llamaron más la atención en estos primeros días?

Hay un estereotipo de Uruguay en el Reino Unidos que es el fútbol, la carne, el campo y los gauchos. Eso es muy atractivo para los turistas británicos. Pero lo que a mí me llama la atención es la diversidad en el país. Fui a festivales los últimos días de música y comida o a los premios Innova y entendí que el país es mucho más que ese estereotipo. Antes de llegar al país no esperaba ver tanto interés en el tema de la enseñanza online, las tecnologías o las redes sociales. El país es mucho más diverso que lo que dice el imaginario.

¿Cómo vio la participación de Uruguay como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde ha desarrollado una agenda en materia de derechos humanos, sobre todo vinculado a la protección de los refugiados?

Uruguay juega un papel importante en la representación de un bloque diverso como América Latina. A nivel internacional Uruguay tiene muy buena reputación en materia de Derechos Humanos. Y esa buena posición es lo que hace que los demás países que están en el Consejo estén más predispuestos a escuchar. Creo que los diplomáticos uruguayos tienen muy buena reputación. Lo que yo vi en Ginebra es que con un equipo bastante pequeño lograron algo muy importante, como es la resolución para proteger las minorías sexuales.

¿Cree que el Reino Unido y Uruguay tienen espacios de cooperación para la construcción de esa agenda de derechos a nivel internacional?

Nosotros hemos trabajado conjuntamente con Uruguay porque ambos países tienen una historia sobre Derechos Humanos cercana; los dos somos progresistas. Trabajamos, por ejemplo, en los derechos de las mujeres y los derechos de los niños. Uruguay lideró la resolución para proteger las minorías sexuales y nosotros lo ayudamos en el lobby para convencer a otros países. Hay veces que es más fácil para un país como Uruguay plantear un tema de Derechos Humanos que al Reino Unido a los Estados Unidos porque se evita esa idea de que hay como una imposición de valores.

¿Cuál es su visión de la forma en que se resolvió el problema de la violencia en espectáculos deportivos en Inglaterra, un tema que sigue generando complicaciones en Uruguay?

En los 80 había un problema con los hooligans en Inglaterra. Hubo que cambiar la mentalidad y la cultura de las normas de comportamiento en una cancha. Y eso lleva tiempo. Hubo que poner más controles para que aquellos que estaban acusados o procesados no pudieran ingresar. Se instalaron sillas para evitar problemas de superpoblación. Pero llevó mucho tiempo poder cambiar la mentalidad. Los hinchas que hoy van a los partidos en Inglaterra son la familia. Cada vez más las mujeres y los niños están dispuestos y se sienten cómodos a acompañar a un hombre a un juego.

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