Qué es el sarampión, cómo altera al cuerpo humano y qué complicaciones puede generar en la vida de las personas. Estas y otras preguntas fueron sintetizadas en 12 claves para dimensionar el riesgo que supone la enfermedad, en un documento que difundió este martes la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP).
Es una enfermedad causada por un virus –el de ARN- muy contagiosa que puede generar cuadros graves. Al mismo tiempo, también puede prevenirse con vacunas.
Comienza con fiebre, resfrío, tos y conjuntivitis. Después, aparece una erupción roja, con manchas pequeñas y redondas que muestran un leve relieve. Empiezan en la cara, detrás de las orejas y, posteriormente, se diseminan por el resto del cuerpo, incluyendo las palmas de las manos y de los pies. También pueden aparecer manchas blancas en la mucosa oral.
El sarampión se propaga por el aire cuando una persona que está enferma tose o estornuda. Se contagia, entonces, por el contacto directo con secreciones respiratorias, que se trasmiten por gotas suspendidas en el aire que permanecen vivas en el aire por dos o hasta tres horas. Con la tos, particularmente, la explosión de estas gotas puede propagarse hasta cuatro metros.
El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas. Si alguien está infectado, nueve de cada 10 personas que estén a su alrededor contraerán el virus si no están inmunizadas. De hecho una persona puede propagar el virus sin saber que se encuentra afectado. Esto hace que sea difícil su diseminación, porque inicialmente puede pasar desapercibido el diagnóstico.
Si bien la enfermedad se puede tratar exitosamente en domicilio, tres de cada 10 personas afectadas presentan una complicación severa y no hay forma de conocer con anticipación la gravedad de los síntomas que se presentarán en cada caso. Y una de cada 4 requiere internación.
Las dificultades que se generan a partir del sarampión son la neumonía, laringotraqueobronquitis, otitis media, diarrea y encefalitis. A nivel neurológico puede aparecer la panencefalitis esclerosante subaguda, que causa deterioro intelecutal, comportamental y epilepsia hasta siete a 10 años luego de la infección.
Hay determinados grupos de riesgo en los que es más frecuente encontrar estas complicaciones. Estos son niños menores de cinco años, adultos mayores de 20, mujeres embarazadas y personas inmunocomprometidas, como son quienes tienen leucemia, por ejemplo, o personas con VIH positivo.
Se calcula que entre una y dos personas mueren de cada 1.000 que enferman, aún cuando reciben la mejor atención.
Desde 1999 que no se registraban casos de sarampión en el país. Luego de 20 años libres, aparecieron algunos casos importados. La única manera de evitar que la enfermedad aumente es que la población esté protegida adecuadamente vacunada.
La región de las Américas fue la primera parte del mundo que consiguió en 2016 eliminar la enfermedad, mientras que el continente europeo se presentó un número creciente de casos y brotes. En los últimos años la enfermedad se propagó en todo el mundo.
Se previene con la vacuna. En Uruguay es gratuita y obligatoria. Su compuesto ofrece una protección duradera contra todas las cepas del sarampión, además de cubrir las paperas y la rubeola. Para obtener mayor protección las personas deben recibir dos dosis. Las personas que ya padecieron la enfermedad también están inmunizadas. Ante la duda, siempre hay que darse la vacuna.
La primera dosis debe darse cuando la persona tiene un año de vida y la segunda a partir de los 15 meses. Cuando el niño tenga ambas dosis, no será necesario que se vacune cuando cumpla los cinco años. Quienes tienen esa edad y los nacidos después de 1967 deben verificar en su carné de vacunas si se les aplicaron ambas dosis. De no contar con esa confirmación, o si solo han recibido una única dosis, deben ir vacunarse.
Todos los que no tienen dos dosis indicadas en su carné de vacunación, excepto quienes nacieron antes de 1967, ya que previo a ese año, la enfermedad era sumamente común y, por lo tanto, esas personas ya cuentan con la inmunidad por haber vivido expuesto al sarampión.
La vacuna del sarampión está contraindicada para mujeres embarazadas, alérgicos al huevo y personas con inmunodepresión severa. Ante la duda, hay que consultar al médico.
Si se planifica un viaje, se debe consultar a un médico para asesorarse si para estar en el país de destino es necesario tomar acciones específicas. Si en las dos semanas posteriores a su viaje la persona presenta fiebre y erupción cutánea, debe consultar al médico e informar sobre los destinos visitados. El resto, antes de trasladarse, tiene que tener en cuenta:
En cualquier puesto de vacunación público o privado del país, sin necesidad de presentar receta médica. Es gratis y obligatorio.
Además de la vacuna, hay otros hábitos que la persona puede aplicar para sentirse más segura. Estos son:
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