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Educación: los tapabocas siguen y se reevalúan protocolos de aislamiento tras vacunación
Este miércoles comenzará la campaña de vacunación contra el covid-19 para los menores de entre 5 y 11 años de edad. Los últimos datos oficiales indican que poco más de 113 mil padres inscribieron a sus hijos para ser inoculados en una acción que, al igual que en el resto de la población, sigue siendo voluntaria.
Se trata, aproximadamente, de la tercera parte de las personas que, dentro de esa franja, estarían en condiciones de recibir la vacuna. Si bien resulta un "número auspicioso", en el gobierno aguardan mayores resultados. "Esperemos que, en estos tiempos, se terminen de agendar una gran cantidad", planteó este lunes el presidente Luis Lacalle Pou, durante la conferencia de prensa en que la realizó una puesta a punto de la actual situación sanitaria.
El objetivo, precisó el mandatario, es "empezar tranquilos" el año lectivo. Para eso habrá tiempo hasta el 7 de marzo, cuando tienen fijado su inicio los cursos de Educación Inicial y Primaria.
En estos dos meses, las autoridades educativas y el Ministerio de Salud Pública irán monitoreando la situación con un desafío claro: diseñar los protocolos que regirán en la enseñanza en una realidad que, se aventura, será bien distinta a la del año pasado.
Y en la definición jugarán dos premisas fundamentales: el resultado de la campaña de vacunación entre los menores y qué estatus sanitario presenta el país cuando comiencen las clases. Así se lo dijo a El Observador el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen), Robert Silva.
"Estamos en contacto permanente con Salud Pública" indicó el jerarca, al expresar su esperanza de que en los próximos dos meses se logre un "diferencial" a nivel de vacunación.
Uno de los focos está puesto en el protocolo a aplicar en el caso de la aparición de un caso positivo, y en qué condición eso sucede. Sobre todo, qué pasará con los niños que estén vacunados al momento de resultar contagiados y haber estado en contacto estrecho con un infectado. Por lo pronto, las últimas medidas aplicadas en Secundaria pautadas en los mayores de 12 años establecían que, vacunado a o no, las autoridades no distinguían a la hora de cuarentenarlos.
Por lo pronto, la regulación en torno al uso de tapabocas no tendrá cambios: según el presidente del Codicen, continuará la exhortación a su utilización en la educación primaria, que seguirá siendo obligatoria a partir de los 12 años edad y en el caso de docentes y funcionarios. También en lo que refiere a la ventilación de los lugares de estudio y la verificación de la circulación del aire en las aulas.
A los efectos, dijo, se dispusieron recursos extraordinarios para la limpieza de los centros así como para la contratación de cooperativas, ante la necesidad de paliar el "déficit heredado" de personal.
Más allá de la definición, Silva está convencido de que, tanto si continúa la pandemia como si esta se transforma en endemia, este año tampoco verá la recuperación de la normalidad previa a 2020. Pese a que seguirá habiendo una fuerte apuesta a la presencialidad, Silva señaló que "la tecnología llegó para quedarse".
No cometer el mismo error
Varios especialistas en educación miran con atención la evolución de la situación sanitaria ante la posibilidad de que, si los contagios diarios siguen en aumento, las autoridades opten por ir por la vía de suspender la enseñanza presencial. Una advertencia que, entre otros, realizó en las últimas horas el exdirector del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), Pablo Cayota. "No cometamos el mismo error" pidió, al solicitar una inmediata revisión de los protocolos correspondientes.
Cayota remarcó que el crecimiento exponencial de casos se dio en un contexto en el que no había clases. "No culpen más a los centros educativos", señaló. "Cerrar escuelas es cerrar vidas".
"Voy a vacunar a mi hija de diez años", relató el exdirector. "Respeto a quienes no lo hagan con los suyos. Hagamos lo imposible desde ya para que no se interrumpa la presencialidad escolar en 2022". Cayota remarcó que "ya sabemos" que los daños superan con creces los eventuales beneficios preventivos de una medida de esa tipo.
